Capítulo 3

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Camilo se sentó en el borde de la cama y trato de olvidar la conversación con su abuelo. Echó un vistazo alrededor: era la misma habitación dónde crecían los niños de la familia Madrigal hasta cumplir cinco años. Se suponía que, al llegar a esa edad, recibiría un don y una nueva habitación. Pero no fue así.

Las cosas de Antonio estaban bien empacadas y acomodadas sobre su cama, lista para cambiar de ubicación después de la ceremonia de esta noche. Claro si todo salía según el plan, tendría su propia habitación mágica y propia puerta mágica. Camilo volvió a sentirse desplazado. Pensó un momento. Sabía lo que tenía que hacer, que en definitiva no era quedarse ahí sentado sintiendo lastima por si mismo. Su hermanito y futuro ex compañero de cuarto necesitaba su total apoyo.

Abrió un cajón y saco una pequeña caja adornada con dibujos hechos por el mismo. Metió los dedos en los huecos del listón que lo ataba y balanceo el paquete por el borde de la cama.

- Todos te están buscando - dijo Camilo. No hubo respuesta - Este regalo se autodestruirá si no lo tomas en tres...dos...uno...

Las pequeñas manos de Antonio se asomaron por debajo de la cama y tomaron el regalo. Con una sonrisa, Camilo se metió y acomodó debajo de la cama para hacerle compañía a su hermanito.

- ¿Nervioso? - le preguntó, Antonio asintió - No tienes nada de que preocuparte - El asintió otra vez - Recibirás tu don, abrirás la puerta ¡Será lo más increíble y el día más importante de tu vida! Se que así será

- ¿Y si no funciona?

- Bueno, en ese imposible caso, te quedarás conmigo aquí en la habitación de los pequeños. ¡Para siempre! Entonces te tendré aquí a mi lado de por vida - Bromeó Camilo. Antonio volteó a verlo con una mezcla de angustia y amor en la mirada

- Desearía que pudieras tener una puerta - dijo él en voz baja

A Camilo se me hundió el corazón en el pecho. Antonio era un niño tímido y silencioso que hablaba poco, pero siempre había sentido confianza con él para contarle todo. Esa personalidad tímida y considerada hacia que el lo quisiera aún más después de todo era su hermano menor.

- ¿Sabes que? No tienes que preocuparte por mí, porque tengo una familia increíble, una casa fabulosa, y un hermano increíble y único - dijo el - Que hoy resivas tu don especial y tú puerta me hará sentir inmensamente feliz - movió los dedos hacia el regalo y lo empujó más cerca de el - Eso sí, extrañaré al mejor compañero de cuarto del mundo

El inclinó la barbilla en dirección al regalo. Antonio lo abrió: era un jaguar tallado en madera, lo abrazo de inmediato.

- Se que te gustan los animales, así que con algo de esfuerzo mandé a hacer este, para que cuando te mudes a tu nueva y genial habitación tengas algo de mi para que te acompañe

Las tablas del suelo se agitaron debajo de ellos, junto con un reloj que no paraba de sonar; era la casa recordándoles que había llegado la hora de la ceremonia.

- Muy bien, hombrecito ¿Estás listo?

Antonio asintió. Camilo se dispuso a salir, pero regresó para darle un abrazo más a su hermano.

- Lo siento, necesitaba solo un apretón - dijo el. A modo juguetón, la casa levantó las tablas del suelo y los empujó para que salieran debajo de la cama - ¡De acuerdo, de acuerdo! ¡Ya vamos! ¡Casita! ¡Ay!

La emoción iba en aumento por todo el pueblo. La gente celebraba con canciones y fuegos artificiales; camino a la casa Madrigal iban sosteniendo velas. Era una gran noche. Habían pasado diez años ya desde la última ceremonia, la cuál había salido exelente, esa noche Mirabel adquirió un don especial. Todo el pueblo confiaba en que esa noche saliera igual de genial y no como en la ceremonia de Camilo.

Encanto AuWhere stories live. Discover now