13. Descontrol.

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       ¿Quién iba a imaginarse que Jiyong estaría colocándose un saco de Seunghyun en ese momento? saco que le quedaba mucho más grande pero que le cubría por completo el cuerpo y que después de eso estaría actuando como un verdadero adolescente escapándose de casa, cuando tomó la mano de Seunghyun y salieron huyendo sin hacer ningún tipo de ruido, sin avisarles a los chicos que aún estaban en casa que se irían, porque se sentía como algo prohibido, como algo que no deberían estar haciendo y ese sentimiento instalado por todo el cuerpo de Jiyong trajo consigo una adrenalina que tenía años sin sentir, una sensación de libertad y de goce que expresó a través de la risa después de que corrieran por toda la parte trasera del patio y saltaran los muros que la rodeaban.


       Los dos hombres caminaban a toda prisa por las calles, sin autos, sin ropa que los hiciera lucir decentes, sin teléfonos y con tan solo la billetera de Seunghyun como única salvación, entre risas murmullos, y un manojo de emociones impulsados por la adrenalina descontrolada que ni siquiera se disipó cuando ingresaron al bar que estaba a punto de cerrar, pero que con la excusa de que solo tomarían un trago pudieron tomar asiento e instalarse en el lugar, pensando ahora en lo que deberían ordenar. Seunghyun deslizó su billetera de su bolsillo trasero del pantalón y se acomodó el sweater de lana que llevaba puesto, mientras que Jiyong se quitó lentamente el saco acomodándolo suavemente en su regazo cuando se ubicaron en la barra. 


—Yo quiero... Un bourbon. —Jiyong se mordió el labio dirigiendo la mirada hacia Seunghyun, quien lo miraba con una expresión de sorpresa. 

—¿bourbon? 

—¡Por supuesto! Lo mejor para el mejor.

—¡Wow, que salvaje! —Bromeó entre risas, y le guiñó un ojo al contrario. —Me gusta tu estilo, Jiyong. 

—Gracias, gracias. Sé que tengo gustos exquisitos.  —Jiyong alzó las manos en un gesto de alabanza hacia sí mismo, abanicándose el rostro con una mano y sonrió.

—Ya que estamos aquí, solo quiero un whiskey puro, estaré bien con eso y un poco de sal. —Pidió Seunghyun.

—¿Sal para sentir como si bebieras tequila?

—No, es para incrementar el sabor. —Seunghyun había hecho reír a Jiyong nuevamente con sus palabras, aunque regularmente no tuvieran nada de gracia. El bartender les sirvió en cuestión de segundos sus tragos, dejando sobre la barra una cubeta de hielo por si ellos deseaban agregar más, un platillo con algunos cortes de limón, otro platillo con azúcar y uno más con sal. 

—¡Mira! Aquí están los tragos. —Jiyong señaló el suyo y lo tomó de inmediato, revolviéndolo con la mano mientras lo observaba fijamente. 

—Pienso que hacer brindis cada vez que bebes con alguien es cursi, solo debes verlo y ya, pero si es algo que te gusta y quieres hacerlo, puedes chocar tu vidrio con el de mi reloj y quedarás satisfecho. —Seunghyun tomó su vaso y se lo llevó a los labios dando un sorbo sin decir nada más y por supuesto, sin esperar hacer un brindis. 

—Pienso lo mismo, así que no te preocupes. Las personas solo buscan excusas para justificar el hecho de que desean tomarse un trago, por eso brindan. —afirmó el más bajo llevándose su trago a los labios también. 


     Lo que no esperaron es que ambos se acabaran el trago en ese mismo sorbo, así que lo que suponía era un solo trago se convirtió en dos cuando el bartender les ofreció un segundo trago.

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