Juego alterado (Compañeros peligrosos x T/N)

Capitulo 7

Nos reunimos en el salón. Todos están disgustados porque la llave no funcionó en la biblioteca.

—Si, una pena, pero es muy pronto para rendirse —Lawrence le da esperanza al grupo—. ¡Vamos, chicos! ¡Todavía tenemos un chance!

Mis ojos no abandonan ningún gesto del líder. Tengo que estar vigilando porque cuando me descuide seré comida de zombies y no sé qué pasará conmigo.

—La próxima vez podemos ir al almacén del gimnasio, seguro que tendremos suerte allí —menciona Harry dándome una pequeña y suave palmada en la espalda.

—Sí, gracias —respondo.

Eugene levanta su mano para llamar la atención de todos.

—Creo que deberíamos tomarnos un descanso.

Todos están de acuerdo con él, al momento algunos se van a su habitación.

—Entonces, ¿Cómo te fue? —me pregunta Judy animada.

—Ya sabes, no pudimos abrir la puerta —le digo mientras meto la llave en mi bolsillo—. Aunque pienso que tu sugerencia sobre el almacén es una muy buena idea.

Esta asiente emocionada.

—¡También la barra de bocadillos! Imagina que encontremos varios allí, ¡Yummy!

—Claro, ¿Por qué no? —le doy una sonrisa.

—¿No estás cansada?

—Sí, ¿Y tú?

—También. Iré a mi habitación. Anoche no pude dormir mucho ¿Tú qué harás? —dice.

—Ehh, creo que iré a tomar una siesta también.

Acompaño a Judy hacía su habitación, me despido, pero ella insiste en que me quede. Lo hago, pues tengo una sensación horrible al estar a solas y me parece una mala idea puede que me haga quedar como presa fácil.

Nos la pasamos un rato hablando de cosas que nos gustan básicamente como era la vida tan agradable antes del apocalipsis. Judy es muy divertida, nos reímos tanto hasta que las dos quedamos vencidas por el sueño en su manta.

Pasan unas horas y ella se despierta primero, me sacude suavemente y se acerca a mi oreja.

—¡Despierta, bella durmiente! —me grita al oído.

Me sobresalto y de esto me sigue un pequeño chillido que tapo con mis manos.

—Ey, ¿Qué te pasa? —le doy un codazo mientras ella no para de reír.

—A esta hora hay reunión.

—Vamos a comer —digo emocionada por lo hambrienta que estoy.

Ella desvía la mirada hacia la ventana lo que me hace preguntarle:

—¿Qué pasa?

—Hoy solo comemos una vez.

Mi emoción se desvanece.

—Oh...

Veo en ella una expresión de tristeza.

—En mi habitación tengo una barra de chocolate que podemos compartir.

Ella me mira y su rostro se ilumina. Ambas salimos de su sala y asistimos a la reunión, anunciaron que la comida se ha estado escaseando, algo me dice que sólo dicen esto para salir de la escuela. Regreso a mi habitación, recojo mi bolso y le doy al líder buena parte de la comida (al menos los alimentos no perecederos que tome, por suerte estos no necesita ningún tipo de cocción) estoy dispuesta a compartir para que todos comamos, claro, no me olvido de tomar una pequeña barra. Se la llevan a un almacén en que los chicos guardan los alimentos. Lawrence está buscando un buen lugar para apartar algunas raciones de emergencia.