JAMAS

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Jamás me cansare de ti, jamás te dejare de amar, Te quiero tanto corazón y bien lo sabes tú mi amor que nunca yo me cansare de amarte así ...

Jamás podré decirte adiós, porque un adiós jamás se da a un amor cuando en verdad se ama tanto como yo te amo a ti ...

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De nuevo el malestar, de nuevo el síntoma, el doctor le había dicho a Donghae que tenía que realizarse esos estudios y aunque le asustaba conocer el resultado, sabía que era inevitable, pero que sería mejor conocer que le aquejaba y no solo pensar en su cabeza mil y un enfermedades.

Apenas aquella mañana, había asistido al médico, para después volver y encontrarse a Ji sung sentado en el césped de la entrada del edificio "esperando".

Lo matare, pensó Hae al bajar del taxi que lo llevo a casa, Hyuk había prometido pasar el siguiente día con su hijo como regalo de cumpleaños y lo había estropeado, pues eran casi las doce y no había ni siquiera un mensaje de disculpa.

Ni siquiera hubo un "omma" emotivo en el rostro de su hijo, el solo veía a los carros pasar uno tras otro en completo silencio mientras abrazaba el muñeco de felpa. Heechul estaba en la misma posición imitándolo mientras cantaba a plena voz una canción de trot, en muy mala entonación.

-Vayamos adentro- sugirió Hae, veinte minutos después, pues al principio tomo la misma posición que aquellos dos y espero en silencio "algo" que no iba a llegar.

-No- se negó su hijo y se aferró al muñeco.

-Qué les parece si cocino un poco de kimchi, soy bueno en eso- dijo Heechul al ver que Hae rodaba los ojos, pues Heenim no era exactamente un buen elemento en la cocina, pero aun así trato de llevar la situación a algo más divertido y alego que podían hacer bolas de arroz y otras cosas mientras se inclinaba en su hijo pidiéndole ir dentro.

-No- volvió a decir el niño.

-Corazón está haciendo frio- explico Hae ante su negativa.

-Él dijo que vendría- menciono entonces el niño y pegándose a su pecho comenzó a llorar con lentitud.

Seguro que lo matare, pensó Hae no era justo que su hijo sufriera por culpa de su padre, quien había prometido algo que no cumpliría –Seguramente tuvo trabajo en su empresa, él tiene una empresa muy muy grande como Suho y por eso es que no puede salir de ella tan fácil - explico con el fin de evitar que su hijo sufriera.

Lo puso de pie, mientras le quitaba ese mono y lo aventaba a las manos de Heechul, con gusto lo aventaría a mitad de la calle para deshacerse del recuerdo que ahora lastimaba a su pequeño.

Comenzaron a caminar al interior, Ji Sung se limpiaba sus lágrimas y gimoteaba, cuando el sonido del claxon los hizo voltear –Es Henry, omma es Henry- repitió el niño mientras en su rostro se formaba una enorme sonrisa y corría feliz de vuelta al césped gritando loco de alegría.

-Lo hizo- murmuro Hae.

-Si lo hizo quizás sea porque le importa, no crees - le comento Heechul al oído.

-Henry- volvió a gritar Ji sung, mientras el susodicho salía del auto, era como si el mismísimo santa Claus se hubiera presentado a la puerta de su casa. –Que tal campeón- le llamo Henry mientras chocaba palmas con él, del otro lado del auto bajo Yesung quien solo lo miro y lo saludo de lejos - Hola...- dijo pero se quedó callado pues no recordaba el nombre del sombrío chofer –El cómo se llama- le pregunto a Henry el voz baja –Yesug- respondió este - Hola Yesung- grito nuevamente el niño y corrió hacia Heechul por su muñeco –Me llevas- pregunto a Henry.

HASTA CUANDO ...Where stories live. Discover now