08 | rosa

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.:. CHAPTER EIGHT .:.
( PINK )

CUANDO LLEGARON A HOGWARTS VIERON QUE EL VESTÍBULO  resplandecía con la luz de las antorchas, y en él resonaban los pasos de los alumnos que caminaban por el suelo de losas de piedra hacia las puertas que había a la derecha, las cuales conducían a...

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CUANDO LLEGARON A HOGWARTS VIERON QUE EL VESTÍBULO  resplandecía con la luz de las antorchas, y en él resonaban los pasos de los alumnos que caminaban por el suelo de losas de piedra hacia las puertas que había a la derecha, las cuales conducían al Gran Comedor donde iba a celebrarse el banquete de bienvenida.

-Estoy muriendo de hambre -se quejo Lyra sentandose en la mesa de los leones- Tendria que haber desayunado como dijo papá.

-Ahí tampoco está -dijo Harry mirando la mesa de profesores en busca de Hagrid.

-No puede haberse marchado -comentó Ron, que parecía un tanto angustiado.

-Claro que no -dijo Harry firmemente.

-No le habrá… pasado nada, ¿verdad? -sugirió Hermione con inquietud.

-No -respondió Harry de inmediato.

-Pero ¿entonces dónde está?

-¿El el país de nunca jamas?

Harry la miro de forma seria.

-Eso no es gracioso, Lyra -dijo y luego susurro- A lo mejor todavía no ha vuelto. Ya saben…, de su misión, de eso que ha estado haciendo este verano para Dumbledore.

-Sí… Sí, debe de ser eso -coincidió Ron, más tranquilo.

-¿Quién es ésa? -preguntó Hermione, señalando hacia la mitad de la mesa.

Lyra miró hacia donde indicaba su amiga. Era una mujer rechoncha y bajita, y tenía el cabello pardusco, corto y rizado. Se había puesto una espantosa diadema de color rosa que hacía juego con la esponjosa chaqueta de punto del mismo tono que llevaba sobre la túnica.

-¡Es Umbridge!

-¿Quién?

-¡Estaba en la vista! ¡Trabaja para Fudge!

-Bonita chaqueta -comentó Ron con una sonrisa irónica.

-Creo que me he quedado ciega -dijo la rubia mirando con asco a la mujer.

-¡Trabaja para Fudge! -repitió Hermione frunciendo el entrecejo- Entonces ¿qué demonios hace aquí?

-No lo sé…

Se abrieron las puertas del Gran Comedor, por ellas entró una larga fila de alumnos de primero, con pinta de asustados, guiados por la profesora McGonagall, que llevaba en las manos un taburete sobre el que reposaba un viejo sombrero de mago, muy remendado y zurcido, con una ancha rasgadura cerca del raído borde.

Los de primer año se pusieron en fila delante de la mesa de los profesores, de cara al resto de los alumnos, y la profesora McGonagall dejó con cuidado el taburete delante de ellos y luego se apartó.

✓ | lyra y la orden del fénix [5]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora