Capítulo II

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Una suave caricia recorrió mi rostro. Aquellos dedos fríos y titilantes me produjeron un ligero escalofrío, pero en ningún momento me aparté. Extrañamente me sentía a gusto, era un placer difícil de describir; no obstante, cuando el invisible camino llegó a mi pequeña herida, cesó.

Me vi obligado a abrir mis ojos como una forma de protesta e inmediatamente quedé hechizado. Una mujer yacía junto a mí y observaba mi rostro con atención. Su mirada era penetrante, como algún tipo de escáner que buscaba exponer cada recóndito secreto, pensamiento o sentimiento.

Pestañeé varias veces en un inútil intento de escapar de aquél extraño trance. Nunca fui una persona capaz de esconder lo que sentía, por el contrario, mi defecto era ser excesivamente expresivo y fácil de leer, así que dudaba que mi expresión atónita haya pasado desapercibida ante ella.

Sus carnosos labios formaron una pequeña sonrisa, aunque esta me dio la impresión de que estaba satisfecha, ¿acaso causó en mí la reacción que deseaba? Pero, ¿Quién era ella? Las demás preguntas que giraban en torno a la figura femenina inmediatamente se disiparon, porque me resultó más relevante cuestionarme de quién se trataba. Estaba segurísimo de no haberla visto nunca, y por ello me extrañaba su aparente preocupación por mí.

Sin embargo, si todo se trataba de un sueño, tenía sentido. Al mismo tiempo, no podía evitar pensar que todo se sentía demasiado realista como para ser solamente una ilusión creada por mi cerebro. Aparte de ella, observé que a mí alrededor había algunos árboles gigantescos y la hierba se extendía por todas partes. El viento movía el césped, y este cosquilleaba mis pies desnudos, así como mis brazos. Después de inspeccionar todo lo visible, sentí el coraje de dirigirme a ella, quien sostenía mi cabeza en su regazo y acariciaba mi cabello.

—¿Quién eres?

Llevó sus dedos a mis labios y nuevamente fui incapaz de moverme, me limité a tragar saliva. Si no la conocía, ¿por qué estaba tan cerca de ella?

—Ya me conoces.

Fruncí al ceño ante su respuesta, era imposible, estaba seguro de no haberla visto antes. Abrí mi boca en un intento de soltar algunas palabras más, pero ella se adelantó.

—Estaba tan preocupada. No te había visto herido ni con un aspecto tan lamentable —acarició mis mejillas.

—¿Dónde me has visto?

—Donde también me has visto —percibí cierto tono de obviedad en sus palabras, aunque yo no lograba encontrar lo obvio.

—Pero nunca te he visto.

Ella notó mi confusión y volvió a sonreír ligeramente antes de dirigirse a mí.

—Lo has hecho, aunque no luzco igual allá afuera. Igualmente, no importa, pronto hallarás la respuesta. Mientras tanto, de ahora en adelante apareceré frente a ti de esta manera.

—¿Cómo te llamas?

—Haces demasiadas preguntas. De todos modos, es mejor si no lo sabes. Lo conveniente es que conozco todo de ti, Hoseok —en ningún momento apartaba su mirada de la mía, por ello sus palabras me resultaban aterradoramente convincentes.

—Eso, eso es imposible —intenté sentarme, pero ella empujó mi frente con su dedo anular para mantenerme en su regazo.

—Algunas veces es mejor no obtener ciertas respuestas, y sin lugar a duda, mi nombre es una de ellas. De acuerdo con lo que he visto de ti, no eres una mala persona, entonces no quiero arrastraste a este infierno —finalmente desvió sus ojos a otra dirección.

—Dudo que sea tan grave como para considerarla un infierno —fruncí el ceño; sin embargo, mis palabras lograron capturar nuevamente su atención —. Además, si tanto sabes de mí, menciona al menos tres cosas.

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⏰ Last updated: Apr 23, 2022 ⏰

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Who are you? // HoseokWhere stories live. Discover now