Promise

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-Ese fue un plan muy arriesgado-

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-Ese fue un plan muy arriesgado-

Shuntaro pronunció sosteniendo la mano de la chica con fuerza. Akira, recostada sobre una mesa de metal, se movía como gusano mientras él le reclama a Niragi. Suguru simplemente  rodó los ojos mientras intentaba sostenerla con fuerza. Se suponía que Ann curaría su herida en unos segundos y todos partirían sus caminos. 

Nakamoto tenia otros planes.

-¡Suéltenme!-

-No hasta que saquemos la bala de ti- el peliblanco le respondió -Mantente quieta-

-¡La bala puede quedar ahí por siempre!-

-Tu sabes que no-

-¡Por el amor de dios ya deja de patearme!-

Kuina observaba con diversión la escena frente a ella.

Hikari no podía creer como los dos hombres mas peligrosos de ese lugar estaban teniendo la batalla de sus vidas contra una chica de un metro sesenta que intentaba con todas sus fuerzas defenderse. 

Niragi tenia sus piernas aprisionadas entre sus brazos evitando a toda costa recibir golpes en su rostro. Mientras que Chishiya apretaba el torso de Nakamoto con desespero. La expresión en su rostro no había cambiado desde que vio a quien mas quería, entrar en brazos de Suguru, casi desmayada.

-Que paso con el "soy una mujer y yo puedo" ¿eh?- el morocho dijo con dificultad -¡No puedes ni mierda!-

-Te disparare y sacare la bala dentro de ti muy lentamente- pudo pronunciar la chica -Y luego me dices como se siente.

La verdad era que ni siquiera le dolía. Su condición hacia que no pudiera sentir dolor alguno. Y todo el espamento que creo era porque le daba impresión ver la pinza intentar escarbar dentro de su piel. Por eso simplemente cerro sus ojos y dejo que Ann terminara de retirar el pedazo de metal, le desinfectara la herida y vendara el brazo mientras Niragi junto a Chishiya se apoyaban contra una pared. 

Uno al lado del otro y completamente exhaustos. 

Nakamoto los miró divertida, pensando lo raro que era verlos así de tranquilos. Pero al mismo tiempo, conocía lo suficiente para saber que podían ser amables cuando se lo proponían. Aun cuando era difícil de creer.

-Eso es todo- Ann le comunicó -No hagas mucha fuerza por unos días y tu hombro estará como nuevo-

-Gracias-

Akira le dio un leve asentimiento a la mujer y se dirigió al a salida con ayuda de Kuina. Los dos muchachos las seguían en silencio por detrás intentando desviar las miradas de los rezagados. El viaje en ascensor fue muy incomodo, pero Nakamoto llego a su cuarto en una pieza. Chishiya abrió la puerta con su llave y Hikari dejo los vendajes intactos en la mesa de luz. No quería estar ni un segundo mas ahí dentro. 

Su amiga tendría que perdonarla. 

Pero no iba a arriesgar su vida.

-Cuídate mientras no estoy- dijo rápidamente -Necesito un trago antes de mi próximo juego.

Akira sonrió de lado porque sabia la razón. Eran las 6 de la mañana, ningún juego estaba abierto a esa hora. Kuina solo quería salir de ese lugar y evitar el incomodo silencio en el que ahora se encontraban. Mas Nakamoto acomodo las sabanas cuando su cuerpo toco en suave colchón, y se dedico a analizar a los muchachos que parecían querer asesinarse con la mirada frente a ella.

-Entonces...- dijo divertida -¿Ya terminaron con sus juegos o puedo dormir un rato?-

-Sisi, lo que sea- Suguru acomodo su arma -Nos vemos luego niñita-

-Ya vete- dijo irritada ante el apodo -Gracias de todas maneras. Salvaste mi vida anoche-

Niragi no le respondió. Pero el asentimiento que le dio fue suficiente para hacerle saber que las palabras que le dijo horas atrás, todavía eran ciertas. El morocho salió de la habitación -no sin antes darle una mirada de irritación a Chishiya- y cerró la puerta dejándolos en silencio. 

Akira sabía lo que estaba a punto de venir. Eran raras las ocasiones en las que Shuntaro se enojaba o perdía la paciencia. Pero cuando pasaba, ella solo quería salir corriendo del lugar tan rápido como podía.

-Bien jugado-

-¿Uh?-

-Lo que escuchaste- el peliblanco sonrió ante su expresión confundida -Pensé en la jugada que hiciste. Distrajiste a todos porque sabías que la mafia era Niragi- pronunció con recelo el nombre -Pero.. no esperabas que él tuviera que dispararte-

-Pero funciono-

-Saliste herida-

-Pero funciono-

Akira continuó discutiéndole. Chishiya rodo los ojos en broma mientas desabrochaba su blanca campera, que  quedo en una silla luego de que se acostara a un lado de Nakamoto. Ella ignoro la puntada que tenia y se puso de cortado para apoyar su mejilla sobre el abdomen descubierto de Shuntaro. Él la observo trazar su piel con el dedo índice, y ya muy acostumbrado a eso, dejó que continuara mientras ignoraba la sensación que le producía. 

Lo calmaba de cierta manera.

Akira levanto su rostro para ver la expresión de paz de su no pareja. Lucia como una persona diferente. En lugar del inexpresivo ser que era frente a los demás, cuando estaba con ella sabia que podía bajar la guardia, porque no haría nada en su contra. Si había algo que adoraba, era que Shuntaro se sintiera de esa manera solo con ella.

-¿Ya terminaste de analizarme?-

-No, creo que no- volvió a su posición original -Te seguiré observando hasta que descubra como es que incluso cuando no dormiste en toda la noche, te sigues viendo tan atractivo-

Chishiya no dijo nada pero Nakamoto vio cómo trago saliva con fuerza. La chica rio pasando sus brazos por la cadera del peliblanco, permitiendo que pasara los suyos por su espalda. Siempre cuidando de no tocar su herida, y dibujando figuras abstractas en la piel que la bikini dejaba al descubierto. Eran esos momentos en donde todo estaba en tranquilidad, donde ninguno debía preocuparse por si el otro estaba bien y no herido. O aún peor, muertos.

Eran esos momentos donde solo existían ellos.

-Crees que si nos quedamos así todo el día- la chica comenzó -¿Alguien se dará cuenta?

-No veo por que no quedarnos-

El falso puchero de Nakamoto rápidamente se convirtió en una sonrisa radiante ante su respuesta. Chishiya acarició el cabello de su chica sintiendo como lentamente su cuerpo comenzaba a relajarse y entrar en un sueño profundo. 

Pero no podía dormir todavía. 

Esa fue la razón que lo llevó a levantar la mano la mano izquierda de Akira y observar un objeto plateado en su dedo anular. El anillo tenía forma de serpiente y se ajustaba a su dedo casi a la perfección. Pero lo que mas resaltaba, eran las dos piedras rojas que simulaban ser los ojos del animal. 

La primera vez que el muchacho vio esa joya no pudo evitar pensar en la chica. Y luego de pasar un infierno por dos horas en un juego de corazones, finalmente pudo ganar el objeto. Shuntaro recordó la emoción en su mirada cuando se lo entregó, explicándole que lo tomara como una promesa.

Chishiya no dejaría que nada le pasara mientras él estuviera ahí. 

RED - Alice in BorderlandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora