neji

5.2K 350 63
                                    

Nada había salido bien.

Desde Lee ingresado por urgencias porque Sasuke no permitió que su amada se le acercara ni a dos metros de distancia, hasta ser orinada públicamente, marcada como propiedad Uchiha sin intercambio de producto alguno. Bueno, tal vez lo de la orinada no fuese tan literal, pero digamos que la lengua del Uchiha hace cosas mucho más maravillosas que la orina. Por un mundo con lenguas en el cuello y en los pezones. ¡Carajo! Con más lenguas en todo el cuerpo.

Sin embargo, aún seguía enojada con él. Las habilidades sexuales Uchiha en una noche de pasión no borraban el hecho de haber faltado al festival por no tener pareja, y porque Sasuke parecía creer que los festivales eran un tatuaje en la frente con el símbolo femenino. No encontraba otra razón por la cual el moreno no quiso dar más explicación que un rotundo «no» cuando ella le propuso ir. No es que se arrepintiera. Ya saben, las ventajas salivales y eso…

Pero pelear por Kiba, dejar parapléjico a Lee y luego impedirle ir al festival con persuasiones no aptas para menores iban más allá de las cosas que podía soportar. Ella era una mujer independiente, ¡tenía voz y voto! Ella podía elegir cuándo quería hacer una cosa u la otra, y hacerla cuando se le viniera en gana.

—Te invito a cenar.

Sakura tuvo que parpadear un par de veces para digerir la propuesta. Miró esos ojos perla y el rostro fuerte de Neji con mucha atención, tratando de obtener una mueca de burla o el indicio de una jugarreta de mal gusto.

Claro, humillen a la chica con el novio asocial.

—No. —Con esa respuesta, dio media vuelta dignamente para seguir su camino y volver a divagar sobre su extraña vida amorosa-sexual. La mano del chico agarró su antebrazo con firmeza, logrando que se detuviera.

—Quiero hablar contigo —murmuró demandante.

¡Mierda! Sabía que era bonita, no tanto como Ino, claro, pero sí era bonita, lo que no esperó era que Neji la invitara a cenar. Neji estaba en el estatus de chicos guapos en la que se encontraba Sasuke; la única diferencia era que Sasuke tenía un comportamiento que espantaba a la comunidad femenina de Konoha. Por otro lado, el Hyuga no era tan antipático como el azabache, tenía una buena lista de candidatas para tener descendencia, y debía ser sincera con sus sentimientos, cuando Sasuke se lo proponía, expresaba un lado muy especial que nadie había conocido. Claro, no era afectuoso, pero expresaba su cariño de una manera muy peculiar.

Puede que demasiado peculiar, muchas veces ni ella misma lo comprendía.

—Neji-san, yo… Sasuke…

El muchacho pareció comprender, no sin exasperación, la confusión en su propuesta.

—Quiero pedirle algo a Tenten, necesito ayuda… de chicas —repuso con tono impaciente. Un leve sonrojo cubrió sus pómulos al tener que recurrir a ella para consejos femeninos. Ahí va el orgullo de un hombre enamorado.

Sakura volvió a parpadear.

—Oh, bueno. Si es así…

El cielo color azul marino era completado mágicamente por la luna llena que iluminaba un poco más las calles de Konoha, en medio de la oscuridad Sasuke seguía sentado en la mesa del pequeño comedor que había en el apartamento compartido con Sakura. Mantenía la mirada fija en la cocina, como si aquella mirada tuviese el poder de hacer aparecer a su novia. Novia que aún no llegaba a casa para cenar, novia que no veía desde que se levantó en la mañana y que, aunque no lo iba admitir abiertamente, empezaba a preocuparle.

Chasqueó la lengua irritado. Más le valía estar a salvo, de lo contrario, asesinaría a quien le hubiera tocado un pelo, y luego la asesinaría a ella por exponerse a los peligros de la noche. Agarró las llaves de la puerta y dio un portazo al salir del lugar en busca de Haruno.

Bajó las escaleras hacia la calle cuando oyó su risa, la tensión se desvaneció de inmediato, hasta que una segunda voz apareció.

—Gracias por todo.

Vio rojo.

—De nada, Neji-san. Creo que fue una cena muy acalorada, espero que las cosas funcionen bien.

—Yo también.

—Lo hará, descuida. Eres un buen chico: inteligente, atractivo, fuerte…

El llavero hizo un chasquido cuando se rompió en las manos del azabache, Sakura calló en el acto y Neji miró por sobre el hombro de la peli-rosa. Ojos escarlata brillaron tétricamente en la oscuridad con un sentimiento escalofriante y amenazante.

Sakura tragó saliva, una mirada nerviosa a su acompañante fue suficiente para enloquecer a su pareja.

—¿Sasuke-kun?

—Inteligente —Sakura estaba segura que esa voz era perfecta para una historia de ultratumba.

—Oye, Uchiha, espera…

—Atractivo —dio un paso hacia la luz de las farolas de la calle, el brillo de estas no hicieron gran trabajo para amenizar la expresión asesina del azabache—, fuerte —si su voz no lograba transmitir el desprecio, la mirada que lanzó era suficiente, pensó la chica—, y se te olvidó lo más importante —musitó él agarrando su katana—: Es hombre muerto.

En su defensa, Sakura no tuvo oportunidad de explicar nada antes de que la pelea empezara. No fue nada divertido cuando Naruto y Shikamaru aparecieron de la nada para detenerlos a ambos y tampoco tuvo nada de gracia cuando Sasuke, luego de explicado el asunto, diera una vuelta entera y entrara al departamento dando el segundo portazo del día.

Esa noche, Kurama vio orgulloso el nacimiento de su nuevo sucesor, por la única razón que la despistada Haruno había olvidado que tenía una cena de aniversario con el

COMTINUARA...

Los celos de elWhere stories live. Discover now