Capítulo -2

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Nos habíamos internado en el bosque hace un par de minutos y había perdido la cuenta de cuanto habíamos recorrido

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Nos habíamos internado en el bosque hace un par de minutos y había perdido la cuenta de cuanto habíamos recorrido.

Comenzaba a desconocer el lugar al que Caleb me guiaba - Espera - Le pedí tirando de la mano que sujetaba - Ya corrimos por mucho tiempo.

Él se detuvo a un par de pasos de mí - Falta poco - Me aseguró volviendo a tomar mi mano.

-Debería de regresar - Le dije.

- Me emociona mucho presentarte a todos - Ignoró mi oración y salió de entre los arboles a una especie de campo abierto, con senderos, caminos y cientos de cabañas pintorescas.

Me paralicé al observarlo, preguntandome cómo había podido ignorar su existencia durante tanto tiempo.

El lugar era tan grande que no podía distinguir en donde terminaba, aunque si forzaba la vista podía ver muy al fondo como el bosque lo rodeaba.

Antes de pisar los caminos de piedras, había una enorme extensión de terrenos con sembradíos cubiertos por la nieve, me imaginaba lo lindo que debía verse en primavera.

- Ven - Caleb volvió a tomarme de la mano y juntos avanzamos los cincuenta metros de nieve que nos faltaban para llegar al poblado.

Ahí no pude contener la emoción al ver a tantas personas.

Yo solía ver los mercados y las aglomeraciones desde lejos, no se me había permitido hasta la fecha involucrarme de lleno en acciones tan básicas como ir a comprar fruta. Y ahora estaba justo en el centro del pueblo, con decenas de puestos a mis costados.

- Tienes que probar esto - Nos acercamos a uno de los puestos y caleb me tendió un pan caliente que me abrigó las manos - Es el postre tradicional de aquí - Después de dar la primer mordida y ver a Caleb quemarse al intentar comer; me enfrenté a una risa sonora que emití con fuerza.

El sonido me fue indiferente, no recordaba la última vez que me había reído con esa fuerza. A mis padres les gustaba hacerme reír, pero siempre tenían algúna corrección que hacerle a mis dientes, a la abertura de mi boca o al escandalo que salía de ella.

— "Debes ser perfecta" — Decían, como puliendome cual artefacto para la entrega de un producto final.

Él me acompañó en mi desface de energía y caminamos mientras reíamos y acababamos nuestro bisquet. Durante nuestro recorrido tuve la sensación constante de que alguien me observaba, pero después de voltear un par de veces decidí ignorarlo. Pensé que debía tratarse de algo común cuando había tanta gente alrededor.

En algún momento de nuestra conversación hubo una gran conmoción en la gente, provocado por un grupo de hombres que, aglomerados, corrían en dirección al bosque.

Me detuve para escuchar un poco mejor los susurros que venían de los cazadores, pero Caleb no permitió que llegaran correctamente a mis oídos - Hey - Me distrajo - Pronto será la fiesta del pueblo, seguro te gustará.

Dejé que me envolviera un par de minutos más con su charla, no lo detuve hasta que el atardecer pasó sobre nosotros.

-Ahora, en verdad, debo de irme - Repetí por tercera vez y Caleb suspiró con negación.

-No te presenté con nadie - Habló con apresuro - Mi casa está a unos metros y cerca viven mis... - Puse mi mano sobre su boca, deteniendo sus palabras.

- Vendré de nuevo - Le prometí - Pero pronto va a oscurecer.

Él apartó mi mano -Espero que sea pronto.

Me acompañó hasta su orilla del río, durante el transcurso no paró de decir que sus padres lo castigarían durante un mes. Me hizo reír como nunca antes.

Cuando fue momento de la verdadera despedida me abrazó con fuerza y no me soltó hasta después de largos minutos. Después tuve que irme y la noche me alcanzó en mi camino hasta la cabaña.

Al abrir la puerta observé a Delcan a varios metros, de espalda y preparando la cena. Intenté no emitir el mínimo ruido con la esperanza de que no se percatara de mi llegada, pero solo pude avanzar dos pasos cuando su voz me sobresaltó.

-¿En donde estabas? - Preguntó sin voltear. El tono de su voz tampoco me ayudó a descifrar si le había molestado mi prolongada ausencia, solo fueron vocablos saliendo de su garganta sin ninguna carga o emoción.

Avancé por la sala y el comedor hasta la cocina de panorama abierto, me senté en el taburete de la barra y traté de contener mi sonrisa.

Quería contarselo todo, pero por alguna extraña razón; sentí que había hecho algo malo.

- Por ahí - Mordí mi labio inferior para que mi sonrisa no creciera más, él se giró y se recargó en la encimera detrás de él, viendome con atención y severidad. Sus ojos estaban ligeramente decaídos.

La dureza de su mirada hizo que me encogiera de hombros y mi corazón se hiciera pequeñito, era evidente que él estaba molesto.

-Lavate las manos, ya está la cena - Ordenó sin el minimo tacto y volvió a darme la espalda.

Me bajé del taburete, rodee la barra y me acerqué despacio por su derecha, comencé a lavarme las manos en el lavabo de la cocina.

Me encontraba en ello cuando Delcan abrió el horno a mi lado y sacó un recipiente de él. Me distraje observando la comida pero algo sobre su brazo me robó la atención.

-Estás sangrando - Le dije apartando las manos del agua, él dejó la comida sobre la barra y observó la cortada que se extendía desde su muñeca por su antebrazo.

Lo guié hasta una de las sillas del comedor mientras el observaba esa parte de su piel como si apenas se percatara de la herida.

Tomé papel de la cocina y lo mojé con agua para limpiar un poco la sangre que escasamente le brotaba, cuando el papel le rozó el brazo Delcan clavó su mirada en mi rostro. Se mantenía tan firmemente inexpresivo que provocó que los largos minutos que permanecimos en silencio tuvieran un aire frío y cortante.

-Nidve - Llamó al fin - Yo te he prometido que siempre te elegiría - Notaba en su voz el deje decaído que también se proyectaba en sus facciones - Pero, ¿Tú me elegirías a mí?

Fruncí el ceño ante el origen de su pregunta, no quería levantar la vista de su brazo ni parar mis movimientos porque sabía que no podría soportar el peso de su mirada directo a mis ojos. - ¿Quieres que lo prometa? - Me animé a observarlo y fue él quien apartó la cara.

Negó un par de veces - No quiero que me eligas si no es lo que quieres - Volvió a observarme, con mas seriedad que las anteriores veces - Eligete a ti.

Suspiró y me tomó de la muñeca atrayendome hacia él, como se encontraba sentado mis pequeños pasos me posicionaron entre sus piernas, en donde él me abrazó y recargó su cabeza contra mi cuello.

-Espero que al alegirte me elijas a mí - Sentí como cerraba los ojos con fuerza y inhalaba con profundidad.

Me quedé quieta durante unos segundos, dentro de la satisfacción que me causaba tener a Delcan tan cerca también había un estado puro de confusión. No solo sus acciones me parecían dificiles de decifrar, sino que también tenía un nudo formado en mi garganta.

Durante toda mi vida sentí que mis padres me habían preparado para alguien más, tal vez para él.

Pero por más que tratara deshacer el vínculo y la dependencia que sentía hacia Delcan, sería inutil. Tardé años en el futuro comprobando lo doloroso que sería renegarme de él.

Hasta que entendí que no había salida.

Aunque me estoy adelantado mucho.

Alfa, la sombra de la nieve.Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ