21. Jael.

223 130 26
                                    

(21)

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

(21)

JAEL.

Para encontrar un mundo, tal vez tienes que que haber perdido uno, y yo he encontrado el mío en ella. Me tomó tanto tiempo en encontrarla, pero es tan real todo esto que siento. Sonará loco pero me he enamorado; quizás estábamos destinados uno al otro.

—Decir las cosas pueden ayudarte a sentirte mucho mejor, incluso más que solo ver la lluvia caer.

¡¿Uh?! ¿Cassie? ¿Qué está haciendo aquí? Luce tan hermosa bajo la lluvia.

¡No puede ser! Moría por verla y ahora no puedo decir ni una sola palabra. ¿Qué está mal conmigo?

—¿Puedo sentarme a tu lado? —pregunta.

Asiento.

—¿Có-oomo llegaste hasta a-aquí?

Pero ella no me mira, está perdida viendo la lluvia caer.

—Digamos que un lindo pajarito me ha dado la dirección.

Un lindo pajarito..., ¡idiota! El único que pudo haber sido es Lukas.

—Creo que ese pajarito lo conozco muy bien —digo.

Ella esboza una sonrisa y no dice nada más; se abre un silencio entre ambos dónde solo el caer de la lluvia producía su propia melodía.

—No fuiste.

Pronuncia y se a que se refiere.

—Te mentí, no confíe lo suficiente en tí para decirte quien era... temía que no quisieras verme y así fue.

Cassie me dedica una mirada descolocada.

—Entiendo perfectamente que no podías confiar porque al fin y al cabo no, nos conocimos es las mejores circunstancias. ¿Pero por qué habría querido yo, llevar a las autoridades el chico misterioso que me ayudó aquella noche? Además no asumas por ti mismo que no quería verte, ¿podías tan solo habérmelo preguntado?

Paso mis manos por mi cabello sin entender la última pregunta.

—¿Qué habría hecho si no hubieras sido tú la chica de esa noche? ¿Lo has pensado?

Se inclina un poco hacia atrás.

—Si, lo pensé. Pero también pensé que si fueras un chico de malas intenciones habrías sacado provecho de mí, pero al contrario me cuidaste. ¿Qué habrías hecho?

Ladeo mi cabeza.

—Iba a negarme a subir esa noche, pero es como si una corriente me hubiera empujado, obligado a ir.

Me da un pequeño golpecito con el codo.

—Además creí que habías sido muy clara con el mensaje.

—¿Mensaje? ¿De qué hablas? Los delincuentes que me agredieron aquel día también se llevaron mis cosas. Así que yo no pude haberte enviado un mensaje.

Cuando llegue enero©️#1✔️[COMPLETO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora