8.

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La muerte.

Esa que vive y suele dar intimidades pasos entre todos nosotros: los seres vivos, esa que hace su trabajo sin importarle absolutamente nada las letras pequeñas de cada contrato, en ocasiones pienso que es la única que jamás juzgaría a alguien por su aspecto, por su vida o sus pecados. Ella hace lo mismo con todos, no tiene preferencia y es la única que no tiene un precio, porque si lo tuviera millones de personas fueran eternas.

Y después de todo la respeto, porque ella cumple con su deber todos los días, su trabajo es llevarnos de aquí, de esta mierda que en ocasiones no duele tanto.
Pero, mentiría gravemente si dijera que jamás le he temido a la muerte, porque me aterra muchísimo, me da mil vueltas en la cabeza, por las noches pienso en ella y me asusta, el pensar qué demonios habrá después, dónde estaré, si en el infierno, o en el cielo o solamente en la nada, como muchas veces he imaginado.

Pero definitivamente si pudiera elegir, me gustaría poder reencarnar en un ave, en un pez, o quizá en una persona nuevamente, una persona mejor definitivamente.
De cualquier modo, le sigo teniendo miedo a la señora muerte, y quizá también respeto.

Pero señora, por lo que más quiera, no se lleve a mamá.

[...]

El teléfono nos había despertado del sueño profundo, era el celular de Tony el cual sonaba y creía que no era debido a una alarma.

Sí no nos hubieran despertado de golpe, hubiera notado que me tenía abrazado mientras dormíamos. Él era muy dulce conmigo.

—¿Sí? — respondió en cuanto tomó su teléfono y lo colocó en su oreja.

Yo sólo miré al techo, estaba adormilado y pensaba con muy poca claridad.

—¿Qué?... ¿Cuándo fue? — dijo después de un instante, su voz era preocupada, quizá asustada —. Entiendo, le agradezco...

Por un milisegundo de cordura imaginé qué podría haber sido, sin embargo casi de inmediato me prohibí pensarlo. Era una estupidez.

Dejó el teléfono en la mesa que estaba al lado de la cama y se acostó otra vez, definitivamente, por su aspecto y comportamiento, no era algo bueno.

—¿Quién era?

Quería que me respondiera pero que no dijera lo que yo creía. Lo estaba anhelando. Quería estar equivocado, mi corazón se aceleró y mi estómago dolió.

Parpadeó y suspiró. No, no podía ser.

—Tenemos que ir al hospital.

Solo entonces sentí que mi vida se oscureció de repente, fue como si el sol de apagase y no tuviese ninguna vela.

[...]

—Lo siento mucho Peter — decía MJ mientras me miraba con esa lastima que odiaba ver en los rostros de la gente, esa lástima que me provocaba náuseas y ganas de llorar, volteé a ver a Ned y él me miraba del mismo maldito modo. —Estamos para tí.

La verdad me sentía roto, me sentía increíblemente triste, me sentía desecho.
Y solamente quería dejar de sentir algo por lo menos por un día o por el resto de mi jodida vida.

Sentía que ya nada tenía sentido y la verdad pensé que en ningún momento algo lo tuvo.
Seguí llorando.
Mis amigos no sabían qué decir y yo tampoco.

—Sabes que estaremos siempre para ti sin importar nada, eres más que solo un amigo para nosotros, tú eres de nuestras familias — repitieron y la verdad ni siquiera noté si fue Ned o MJ quien lo dijo.

Falling. (STARKER)Where stories live. Discover now