15. Un comportamiento contradictorio

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Capítulo 15

Al día siguiente estoy tan avergonzada de mí misma que no le dirijo la palabra a Aren en toda la mañana.

Él tampoco hace el esfuerzo de acercarse a mí, así que me resulta más fácil fingir que no existe y seguir con mi narrativa de que el beso de ayer fue una especie de ilusión óptica para ambos.

Aunque realmente no sea así.

Sí lo es.

No, Mariana, el beso con Aren fue real.

Y es que a pesar de intentar negarlo con todas mis fuerzas, no puedo dejar de pensar en lo sucedido y en todo lo que sentí dentro de mí cuando nos besamos. Nunca me había sentido así, ni con Guille cuando tuve la valentía de confesarle mi atracción y conseguir aquel ansiado beso con el que había soñado tantos meses atrás.

No entiendo por qué me está pasando esto ahora con Aren y me gustaría profundizar en mis sentimientos para averiguarlo. Sin embargo, lo mejor para mí en estos momentos es no pensar demasiado en ello o si no me acabará dando un ataque de ansiedad en medio del coche con Guille, Laura y Paula delante. Una situación que definitivamente preferiría evitar.

Así que mi mente decide viajar hacia un tema más agradable, como lo bien que está mi amistad con mi amigo de la facultad desde que aclaramos las cosas. Hemos ganado tanta confianza en unas simples horas que cuando llegó la hora de volver a casa, tomé la iniciativa de ir de copiloto ante la atenta mirada de Aren, que se encargaba de llevar el otro coche disponible.

No le di demasiado importancia a su extraña mirada, pero lo que sí captó mi atención es que Paula quisiera venir con nosotros en el coche, en vez de con el chico con el que supuestamente se ve todas las noches.

De nuevo, retiro ese pensamiento de mi cabeza y me recuerdo a mí misma que no es un tema de mi incumbencia (y ahora menos). Debo pasar de largo y no me entrometerme en dramas ajenos, de modo que no le doy más vueltas e intento disfrutar del trayecto a casa.

Cuando mis amigos me dejan en el portal de mi edificio después de cantar a todo pulmón canciones de Miley Cyrus durante una hora y media seguida, tiro mis cosas de mala manera encima de la cama y me dirijo hacia la ducha.

No sé cuánto tiempo paso dentro de ella, pero cuando salgo me siento más relajada y limpia que nunca. Algo que claramente necesitaba tras pasar dos días en una casa que tenía horas limitadas de agua caliente.

Antes de comenzar a secarme el pelo, compruebo mi móvil y me doy cuenta de que tengo varios mensajes nuevos en WhatsApp.

Entro en la aplicación sin ningún tipo de interés y mi corazón da un triple salto mortal dentro de mi pecho cuando el nombre de Aren aparece reflejado en la pantalla.

"¿Podemos quedar para hablar?".

Bloqueo la pantalla del móvil y lo dejo encima del lavabo, sin saber muy bien cómo reaccionar y sintiéndome más emocionada que nunca debido al giro de los acontecimientos. Lo último que me esperaba encontrar al llegar a casa era un mensaje del chico.

Me miro durante unos segundos en el espejo, todavía sin creerme la situación y cojo de nuevo mi móvil para releer el mensaje una y otra vez.

Las palabras se materializan con claridad delante de mis ojos y me confirman que no me he equivocado. Aren me ha escrito y me ha pedido quedar para hablar sobre lo sucedido.

Intento no pensar demasiado en qué contestarle y, con las manos temblorosas, comienzo a escribir mi respuesta

"¿Cuándo?".

Dudo por un instante.

Enviar.

Como si el mensaje acabase de activar una bomba, dejo mi móvil en la otra punta del baño y enciendo el secador para deshacerme de la humedad de mi pelo de una vez por todas.

Cambio de aires | COMPLETAWhere stories live. Discover now