Dolorosa espera

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Sparrow habría deseado correr detrás de Duchess, habría querido explicarle que todo había sido un malentendido, le habría gritado que la amaba... pero no pudo, la punzada en su corazón fue tan grande que le fue imposible reaccionar.

A su lado Poppy estaba tan desconcertada como él 《¿Qué había sido todo eso?》

Los Hombres Alegres y Hunter se acercaron a su amigo para preguntarle qué había pasado pero el pelirojo no pudo articular palabra.

《¿Por qué Duchess lo había mandado al infierno de aquella forma tan cruel? ¿Era acaso obra del cisne negro? 》Necesitaba encontrar una manera de averiguarlo y reparar todo ese malentendido con ella, pero si las cosas iban mal antes, ahora estaban mil veces peor.

No supo cómo, ni cuánto tiempo pasó pero la clase finalmente acabó y se vio a sí mismo caminando en silencio por el bosque hasta la vieja guarida de su padre.

Había evitado hablar con Poppy diciendo que la vería luego, sabía que la incertidumbre posiblemente le afectaba y que tenía que darle explicaciones antes de que se sintiera herida o rechazada, pero en ese momento, no se sentía con las ganas o la fuerza para hablar la con la hija de Rapunzel, quien en cuanto la clase terminó, salió del gimnasio sin nisiquiera mirarlo.

Durante el ensayo, Sparrow volvió a desconcentrarse en numerosas ocasiones pero ésta vez, sus amigos decidieron no reclamarle, pues sabían que su situación con Duchess se había salido de control.

—Al menos inténtalo una vez más— insistió Tucker pensando que quizá la música alejaría a Sparrow de sus pensamientos tal y como sucedió la tarde anterior.

—Nuestra presentación es pasado mañana, tenemos poco tiempo— agregó Jhonn apresuraramente.

—¿Saben? Ya no me importa la presentación— soltó Sparrow de repente.

—¡¿Qué?!— gritaron ambos Hombres Alegres al unísono.

—Pero si ese siempre fue tu más grande sueño, ser una estrella de rock era lo único que querías...— murmuró Jhonn sabiendo que desde niño Sparrow soñaba con tocar la guitarra.

—Exacto era la idea que tenías de un final feliz— recordó el hijo del fraile Tuck.

—Sí, la tenía, pero eso cambió, porque en mi final feliz también estaba Duchess— confesó recordando la promesa que le había hecho a la bailarina.

Los Hombres Alegres lo miraron en busca de una explicación.

—Hood tienes que despertar, no vas vivir de la felicidad de Duchess, estamos a dos días de mostrarle al mundo nuestro talento, no podemos rendirnos ahora— alentó el hijo del Pequeño Juan.

Sparrow suspiró, había perdido la inspiración para continuar pero tenía que seguir, por sus amigos y por su propio futuro, a pesar del dolor de las palabras de Duchess.

—Está bien, terminemos con esto— respondió el muchacho resignado. Se esforzó lo más que pudo y al final del día, resultó ser un ensayo cuanto menos aceptable.

Deseó que Duchess estuviera ahí, quizo retroceder el tiempo y bailar a su lado, poder abrazarla y poder tocar la guitarra para ella, solo para ella. Quizo volver a sentirse vivo con cada una de las canciones pero ahora, eran simplemente notas vacías.

En cuanto terminaron de ensayar, los chicos guardaron sus instrumentos y regresaron a la escuela, sin embargo, Sparrow no dejaba de pensar en la bailarina y lo mal que debía sentirse, se preguntó si Blondie ya había grabado su noticiero y la imagen de Poppy también cruzó su mente.

Tal vez podría abordar a la princesa cisne esa misma noche, cuando ya hubiera oído el prograna de la hija de Ricitos de Oro y pudiera aceptar hablar con él. No tenía ánimos de nada, por lo que al despedirse se sus amigos, se puso a vagar por el bosque.

Lágrimas de Cisne- Duchess Swan y Sparrow HoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora