Miércoles 20 de abril, 12:36AM

103 15 1
                                    

—Quiero el divorcio.

Jeno detuvo sus movimientos un segundo, su mirada se levantó de los papales frente a él y bufó—. No

—No te lo estoy preguntando, te estoy diciendo que quiero el divorcio.

—Y yo te estoy diciendo que no. —siseo irritado, dejando los contratos pendientes a un lado— cuando dijiste el maldito "acepto" sabías a lo que te metías, la opción del divorcio no existe para nosotros, supéralo.

Yeeun apretó sus manos juntas, elevó el mentón y trató de fingir que tenía el control, aclaró su garganta y continúo— Mi abogado te enviará los papeles la siguiente semana, no quiero nada de...

—Ni siquiera tienes abogado.

—Claro que tengo uno.

—Me encargaré personalmente de destruir la carrera profesional del idiota al que se le ocurra representarte de manera individual, ¿crees que alguien aceptará el trabajo? —burló Jeno, ella apretó sus labios con fuerza, su corazón palpitando aceleradamente en su pecho— deja de hablar estupideces por favor, solo desperdicias mi tiempo.

La mirada de él regreso al trabajo, su mano derecha soltó el nudo de la corbata, pero Yeeun seguía parada frente a él, sus manos temblando sin control, señal de cuanto miedo le daba su esposo.

Cuando lo conoció él había sido caballeroso e incluso amable, ella estaba inquieta por un matrimonio arreglado, pero Jeno la había calmado y por un momento ella en serio pensó que podrían funcionar, que podría llegar a amarlo en verdad. Hasta que la noche de bodas llegó y él cambió por completo, la indiferencia y el desprecio que sentía por ella eran más que obvios; ese cambio le hizo mantenerse alerta, porque si bien nunca le hizo daño pero parecía siempre estar listo para hacerlo.

—No es una estupidez el que quiera amor de verdad... —murmuró y Jeno hizo rodar sus ojos— nos merecemos esa oportunidad, ¿no lo crees? tu también podrías...

—Yo estoy perfectamente bien así, gracias. —exclamó, cortando sus palabras, el silencio se mantuvo por unos segundos más antes de que él suspirara de nuevo— entonces, todo este show ¿es por él? 

—¿Q-Qué...?

—Ya veo. —Jeno asintió, apretando el puente de su nariz con fuerza, sentía el inicio de un dolor de cabeza esparciéndose por la frente— me pides el divorcio para casarte con Mark.

—Bu-bueno... y-yo... s-sí. —murmuró ella, completamente derrotada, debió imaginar que Jeno sabría de lo suyo con Mark, él lo sabía todo— nosotros... que-queremos intentarlo en serio y... él es una buena persona, pe-pero podemos terminar esto bien, Donghyuck y Jisunggie pueden venir contigo en las vacaciones, podemos...

—En las vacaciones. —asintió Jeno, viendo fijamente su rostro, la mirada en sus ojos era indecifrable y ella sintió el rubor subir por sus mejillas, él era tan guapo como peligroso—. ¿Él te hace así de feliz?

—Muy feliz.

Jeno asintió, sus palmas se presionaron contra el escritorio cuando su silla se corrió hacía atrás de repente, ella salto aterrada, dando un par de pasos hacía atrás mientras sentía los ojos del contrario fijos en ella, como los de una pantera con su presa; se acercó hasta ella, colocándose firme delante de su cuerpo pálido y tembloroso, por unos minutos no dijeron nada, solo se observaron en el silencio de la oficina, si ella creyó que Jeno sería capaz de matarla este era el momento, se imaginó a si misma siendo estrellada contra la pared o con una de sus grandes manos rodeando su cuello hasta el desmayo.

Estaba a un segundo más de llorar por los nervios, cuando una amplia sonrisa se extendió por el rostro de su esposo, sus ojos se volvieron unas pequeñas lunas y el lunar debajo de su ojo se arrugó un poco, ella quedó en shock, por eso no se alejó cuando él la abrazo, sus fuertes brazos rodeando su cintura.

—Eso me alegra... —murmuró contra su oído— Hoy es muy tarde para empezar a ver los términos del divorcio, veámoslo mañana a primera hora ¿te parece bien?

Sintió que un peso se caía de sus hombros, Yeeun se deshizo en los brazos del contrario, pasando sus brazos por su espalda— Gracias Jeno, muchas gracias, sé que nos meterá en problemas con nuestros padres pero...

—No te preocupes ahora, mejor bebamos una copa. —negó él, aún con la sonrisa en su rostro, ella no pudo evitar el escalofrío en su espalda, pero lo atribuyó que muy pocas veces había visto al contrario sonreír en los últimos años y menos estando solos.

Cuatro copas de vino después, Yeeun tenía su rostro enrojecido y reía sin control, ella siempre había sido mala bebedora, media copa de vino era suficiente para emborracharla, así que Jeno tenía prácticamente un títere en sus manos. Tocaron la puerta de su oficina y sin esperar una respuesta Minho entró escoltando a Mark, el mayor tenía un moretón en la barbilla y aún sin verlo sabía que la punta de una pistola se presionaba contra su espalda.

—¡Holaaaaa, mi amor! —exclamó Yeeun, moviendo una mano al aire, Mark cambió la mirada de uno a otro y tembló nervioso— Jeno dijo, que nos podemos casar. —sus palabras se arrastraban, su lengua debía estar ya dormida.

Mark vio directamente a Jeno, esa sonrisa de burla adornando su rostro, se giró hacia Yeeun y sonrió— Es una excelente noticia, bonita. —ella asintió hacía eso y terminó lo último de su copa antes de recostarse en el sofá.

—Esto es lo que pasará. —habló Jeno al fin, estirando más su sonrisa, sus ojos brillando con algo que Mark podría describir con malisia— te la vas a llevar lejos de mi maldita vista, para siempre, más les vale que crean que están muertos y... oh vamos, no me veas así... te estoy dando un regalo, si nunca los vuelvo a ver los dejaré en paz para que vivan su estúpido amor. —siseo, casi como una serpiente— si me los llego a encontrar en algún momento, bueno, creo que no van a tener que fingir que están muertos ¿cierto? —preguntó, dando un sorbo a su copa, Mark trago duro, su mirada de vuelta a Yeeun que ya parecía dormida, asintió lentamente y Jeno aplaudió— Muy bien, eres inteligente Mark, eso me agradó siempre de ti, ahora ¿qué sigues haciendo aquí? llévatela de mi vista.

Minho soltó el brazo de Mark y este saltó directo hacía Yeeun, vagamente tuvo la idea de ir contra Jeno pero no valía la pena, su guardaespaldas tenía un arma lista para ser usada y si quería verlo de lado positivo, él les estaba dando la opción de escapar, algo que creyó no pasaría, así que salió de esa oficina cargando a Yeeun en sus brazos, la subió a su auto y sin necesidad de pedirlo el garaje se abrió para ellos de par en par, piso el acelerador y se perdió en la oscuridad de la madrugada, ¿cuánto tiempo tardarían en llegar en Canadá si se iban por transportes menos convencionales?

Jeno observó el auto salir de la residencia con una sonrisa, se acercó a su escritorio, empujó el fondo de la primera gaveta, el escondite de su celular desechable, marcó el número y esperó pacientemente.

—Estoy con ella ahora ¿Me necesitas? —preguntó la voz de Jaemin y por un momento él sintió la paz llenar su cuerpo.

—Dile a Renjun, que su aparente novio tiene pensado escapar del país con su amante... él hará todo el resto del trabajo. —burló, Renjun estaba obsesionado con Mark, ellos había terminado hacía tanto pero él seguía reclamando al contrario como suyo. De cierta forma, le recordaba a un exnovio que él había tenido hace años ¿cómo es que se llamaba? ni idea, pero Renjun estaba el doble de loco, ya podía imaginarse el desenlace, él estaría simplemente frenético.

Jaemin suspiró, escuchó movimiento al fondo y espero paciente a escuchar su voz de nuevo— ¿Puedo preguntar por qué el plan se adelantó?

—Me pidió el divorcio.

—Gran error.

—Muy grande, pero ella lo sabía Jaemin, —dijo, encogiéndose de hombros, mientras veía como la señora Kim se llevaban la copa de Yeeun con cuidado para colocarla en su estudio con una botella vacía— ella podía salir de este matrimonio solo de una forma, hasta que su muerte nos separe.

Hasta que tu muerte nos separe | NCT DreamWhere stories live. Discover now