XXXI

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WARNING! Este capítulo contiene escenas +18.

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A pesar de que ambos chicos estaban pasando una tarde agradable junto a la señora Choi; la noche estaba comenzando a avecinarse, y por ende, la hora de irse a casa.

Después de la cena, ambos retomaron la carretera, prometiendole a la señora Choi, que la visitarían cuando Beomgyu volviera para navidad.

La calle apenas estaba iluminada por unas pocas farolas, por lo que Sooyoung no sabía si realmente no reconocía el camino, o simplemente estaba demasiado oscuro.

    — ¿Quieres pasar la noche en mi casa? — las palabras se deslizaron de los labios de Sooyoung sin siquiera analizarlas.

Las manos de Beomgyu se apretaron contra el volante. No era extraño, no era la primera vez que pasaría la noche en su casa, por lo que no entendía por qué aquella pregunta le había secado la boca.
Aún así, intentó no sonar demasiado nervioso antes de pronunciar alguna palabra.

— Digo... ya es un poco tarde, y está oscuro... — se explicó la platinada señalando el exterior con su dedo, y golpéandose internamente por haber siquiera dado una explicación.

Beomgyu quiso reír, pero lo aguantó, sólo por no hacerla sentir avergonzada.

— Claro, me encantaría. — Beomgyu despegó sus ojos de la carretera por un segundo, sólo para observar el rostro de su linda chica y dedicarle una sonrisa.

Y el corazón de Sooyoung saltó aún con más fuerza cuando el chico despegó una de sus manos del volante, y se hizo de las suyas para encontrar la mano de la chica y entrelazar sus dedos.

La menor no sabía si desde antes tenía sueño, o si era el simple toque de Beomgyu que la tranquilizaba, que no se dió cuenta cuando se quedó dormida.

No tuvo más noción del tiempo. Probablemente había pasado más de una hora, cuando sintió unas pequeñas caricias sobre su mejilla, después su naríz y luego sus labios, dibujando finas lineas sin despegar el dedo ni una sola vez.

Cuando la chica abrió los ojos, se dió cuenta de que estaban frente a su hogar, aún dentro del auto, pero Beomgyu estaba reclinado levemente sobre ella, y aquellas caricias que sentía, provenían de sus dedos.

— Duermes cómo piedra. — refunfuñó Beomgyu, dando un ultimo toque juguetón a la nariz de la chica.

— Mira quien habla. — Respondió sarcástica, mostrándole una mueca de desagrado al chico de ojos bonitos que, no era su pareja, pero la traía loca.

Ambos jóvenes se bajaron del auto e ingresaron al hogar de la chica después de quitarse los zapatos en la puerta.
Todas las luces del lugar se encontraban apagadas, pero Sooyoung supo que su madre estaba en casa porque vió su bolso en uno de los sillones la sala.
Probablemente ya estaría dormida, por lo que ambos subieron a la habitación de la chica intentando hacer el mínimo ruido.

Cuando entraron a ella, Sooyoung cerró la puerta de esta y dejó su bolso sobre su escritorio, que no estaba precisamente muy ordenado.

— Te traeré ropa de Hyeyoung para que duermas. — expresó la menor, antes de salir de nuevo en silencio e ingresar a la antigüa habitación de su hermano mayor.

Beomgyu por su lado, se adelantó a tomar una ducha, mientras que la chica buscaba algunas mantas y ropa.
Se deshizo de su ropa, y cómo de costumbre, buscó entre los gabinetes del baño una toalla antes de meterse a la ducha.

sky | 𝘣𝘦𝘰𝘮𝘨𝘺𝘶Where stories live. Discover now