Una batalla diferente, un final diferente.

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Fue complicado el hecho de que Stephen aceptara los sentimientos que tenía por Peter, desde que lo conoció en aquella nave que los llevaba a Titan en aquella gran batalla que se estaba originando, creyó que el joven tenía algo muy especial. Era lindo, espontaneo, con cierta incredulidad. Le mataba eso. Pero, le causaba conflicto haberse encontrado interesado en él.

No tendría por qué haber algún problema, Peter tenía 22 años, y él estaba en sus cuarenta, ¿Qué eran 18 años de diferencia?

De cualquier manera, se mantuvo al margen y peleo junto a él y los demás héroes para conseguir la victoria, claro que, al visualizar todas las posibilidades que tenían, se dio cuenta de que el plan que se estaba llevando a cabo iba a resultar.

Al conseguir las gemas, se encargaron de colocar cada gema en un lugar seguro, de destruir el guantelete, y de acabar con Thanos. Había sido una batalla difícil, pero lo consiguieron, y ante aquella gran emoción por la victoria, Peter se acerco a Stephen para abrazarlo efusivamente, algo que sorprendió al hechicero y le costó trabajo corresponder a ese abrazo, no era muy afecto a las muestras de cariño.

Pasado el tiempo, Stephen había vuelto al santuario, al final era su deber como hechicero supremo proteger el mundo de aquellas cosas que los demás no podrían entender con facilidad.

Por otro lado, Peter llevaba su día a día con la misma normalidad, entre la universidad y su trabajo como el amigable vecino, hombre araña, no podía evitar de vez en cuando recordar los vivido en el espacio, aun se sonrojaba al recordar cuando se le ocurrió abrazar a Strange. No podía ocultarlo, la verdad es que aquel hombre le había gustado, ese semblante de hombre duro le había encantado y le causaba curiosidad saber más sobre él.

Así que, decidido a acercarse a el Dr Strange, lo fue a buscar al santuario. Era un lugar bastante curioso, pero le pareció genial. Antes de siquiera haberse decidido por completo a tocar la puerta, dado que se sentía algo nervioso, ya se encontraba dentro de aquel lugar, no entendía como es que todo había pasado, pero bueno, al fin de cuentas estaba en un lugar mágico, queriendo tener cercanía con un hombre aun mas mágico, eso le parecía aun más interesante de él.

—Peter Parker ¿A que debo tu visita? —la voz del hechicero se escuchó de pronto, el chico lo busco con la mirada para darse cuenta de que esté estaba detrás de él levitando hacia él.

—Hola... hola, señor. Disculpe por venir de pronto, es sólo que...—hablo nervioso, puesto que verlo nuevamente lo impresiono, se veía igual, o más, atractivo que la primera vez que lo vio—Le seré sincero... —se aclaro un poco la garganta, puesto que sentía que se le iba la voz, no podía creer que estaba pensando en declararse, si tan sólo pensaba en ir a verlo y tratar de pasar el tiempo con él con cualquier pretexto y así los siguientes días, pero no, simplemente las palabras comenzaron a salir de su boca— usted me gusta, y no he podido dejar de pensarle desde que nos conocimos. Sé que parece una locura, pero cuando lo vi, me pareció un hombre muy atractivo e interesante y me gustaría poder conocerlo más... aunque, con mi declaración este poniendo en riesgo ese deseo.

Stephen se sorprendió ante aquellas palabras, no se esperaba nada eso, de hecho, esperaba cualquier ocurrencia que pudiera decir el chico, pero eso, definitivamente no creía que sucediera.

Fue extraño, hacia un mes que dejaron de verse, los días próximos a la batalla en titan se vieron y de alguna manera podría decirse que convivieron, dado que, entre el proceso para esconder las gemas y el final dado al gran sujeto morado, así como las celebraciones por la victoria, fue que no pudo evitar reafirmar un cierto interés por el chico, aunque claro, se negaba a ello, por lo que creyó un alivio que al volver a la normalidad iba a poder dejar atrás esos absurdos pensamientos. Pero no, nada volvió a ser normal, puesto que cada noche aquel joven se apoderaba de sus sueños, por lo que se dio cuenta que el sentimiento era enserio.

Durante días estuvo pensando en qué debía hacer, de alguna manera ya había aceptado que sí gustaba de él, aunque de vez en cuando todavía se negaba, no sabía si buscarlo o intentar hacerlo atreves de Stark, o pedirle a Carol que le aconsejara que hacer, siempre es bueno tener la opinión de una mujer, y sí, aquella batalla también le había dejado una buena amistad, congenio bastante bien con la Capitana Marvel, aunque a veces solía ser complicado verse, ya que ella siempre estaba fuera de la tierra, pero igual mantenían contacto. Por otro lado, tampoco sabía si Wong podía ayudarle, así que, aquella confusión se la guardo, hasta que, evidentemente, el joven tomo la iniciativa.

Se sintió algo cobarde, él, un hombre de 40 años, con una gran inteligencia y sabiduría, no supo qué hacer con respecto al interés que tenía por un joven, el cual era menor que él. ¿cómo era posible? Quizá, el hecho de no haber sentido algo así durante un largo tiempo le había causado ser demasiado patético.

La oportunidad ya estaba ahí ¿Qué debía hacer? No podía continuar con esa estúpida batalla interna entre que si es lo correcto o no. Le gustaba, sí. Quería intentarlo, sí. Le costaba trabajo demostrar exactamente lo que sentía y ser cursi y esas cosas, pero quería intentarlo, así que, no iba a seguir perdiendo el tiempo con tonterías.

—Peter... en primer lugar, deja de llamarme señor, porque, uno, salvamos al mundo juntos, y dos, no creo que sea adecuado llamarle así a la persona con la que estas saliendo —dijo con voz firme, con esa seriedad que lo caracterizaba, en un principio el chico lo escucho como si lo estuviera rechazando, pero al entender bien sus palabras se dio cuenta de que era todo lo contrario, sólo que, esa peculiar forma de expresarse de Stephen lo había asustado, pero tan sólo era el efecto de sus nervios.

—¿Habla enserio? —dijo con una notoria emoción por ser correspondido.

—Deja de hablarme de usted o cambiare de opinión —dijo en un tono un poco más relajado, quería reírse por alguna razón ya que, esa forma de ser del joven le gustaba mucho— Hablo muy enserio, y bueno, ¿me permites invitarte un helado?

—Sí... por supuesto —respondió con alegría, aun le temblaba la voz, pero ahora era por la emoción, se acercó rápidamente a Strange y lo tomo de la mano para tener, su primea ¿cita? Quizá podría considerársele así, la primera de muchas más.


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Espero que les guste, hace tanto que no escribía, pero me gusto mucho el resultado y espero tanto que a ustedes también.

Cualquier sugerencia, corrección o lo que gusten, es bienvenida. 

Linda noche y gracias por leerme ♥

14 Millones De Futuros A Tu Lado || Stranker OSWhere stories live. Discover now