Guerra, sangre y pasión Parte 4:

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Senjuro caminaba por la orilla de la playa, permitiendo que la arena mojada y las olas del mar golpearan entre sus dedos, Sumihiko, su cachorro corría no muy lejos de él, recogiendo extrañas conchas de mar, le gustaban coleccionarlas y confeccionar algún adorno hermoso.

— No te alejes mucho — grito Senjuro cuando observo a Sumihiko alejarse demasiado.

El niño le respondió algo que no logro entender, pero sonrió al observarlo inclinarse, seguro por algo brillante sobre la arena.

Senjuro respiro el aire salado y húmedo de la playa, acomodando los canastos de su venta en su cadera.

Una alta figura se divisó en el horizonte bajo, estaba por atardecer y el vapor humo del calor lo difuminaba.

Senjuro se apresuró a tomar la mano de su cachorro, no parecía ningún habitante de la isla y por la capa que ondeaba era.... no podía ser, estaban demasiado lejos, no era una región de interés, su corazón comenzó a latir como caballos desbocados.

— ¡Sumihiko! — grito asustado.

Estaba a punto de alcanzar a Sumihiko cuanto tuvo que soltar su carga, sus manos directo y sobre su boca por la impresión, no, no, no podía ser.

La figura tomo forma, forma de un Tanjiro más curtido, orgulloso y ancho, su cabello pelirrojo estaba trenzado en una larga trenza en sus espaldas, el claro rastrojo oscuro sobre sus mejillas y mentón crecía insipiente, era y no su alfa, se veía diferente, más grande, más intimidante, los años solo habían hecho sus facciones más duras, su poderosa mirada se suavizo al observarlos a la distancia.

Senjuro dio un paso atrás, quería tomar a su cachorro y huir a casa, pero una parte de él, se llenó de esperanza quería quedarse y averiguar qué hacía ahí su alfa.

No le dio tiempo de tomar una decisión cuando Tanjiro camino directo hacia Senjuro, su decisión escrita en su mirada y se dejó caer arrodillado delante del omega, tomando su cintura mientras aspiraba como un adicto en su estómago, su modesto vestido se sentía húmedo de ¿Lagrimas? ¡¿Tanjiro estaba llorando?! El feroz y fuerte espartano se estaba desmoronando en sus manos.

— Te encontré — murmuro una y otra vez Tanjiro, mientras su rostro y mejillas se flotaban contra Senjuro.

Senjuro aspiro el aroma de su alfa, tan familiar y adictivo, sus feromonas de felicidad y devoción dominaban su alrededor.

Sus manos temblaban al hundir los dedos en la abundante sedosa cabellera pelirroja, sus ojos destilando lagrimas también, eso quería decir que Tajinro ¿Los había buscado todo este tiempo? ¿Los quería? A ¿Ambos?

Sumihiko lo miro con sus grandes ojos claros con curiosidad y supo lo que tenía que hacer, con suavidad y ternura insto a Tanjiro a soltarlo, pero el alfa se aferró aún más a él, como si supiera que si lo soltara desaparecería, eso derritió su corazón, si los había buscado por tanto tiempo.

— Sumihiko— el niño lo miro expectante.

— Este es, tu padre alfa — ahora tenía la atención de Tanjiro, sus ojos rojos e hinchados miraron al cachorro y sus brazos se aferraron a ambos como un ancla.

— Lamento mucho no haber estado ahí para cuidarte, para protegerte, lamento haber sido tan mal alfa, tan bruto y salvaje, lamento no haberte dicho que te amo mucho antes de que huyeras — Senjuro jadeo, sus ojos casi desorbitados de lo amplios que los tenía ¿Había escuchado bien? ¿Dijo que lo amaba? Era curioso de ver a un fuerte y aguerrido soldado espartano desmoronarse y abrirse como lo estaba haciendo Tanjiro, en verdad lo debía amar como para que de sus labios saliera un te amo y un lo lamento.

Guerra, sangré y pasión ⌠TanjiSen⌡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora