-09-

748 84 12
                                    

Narración Omnisciente

-celda 15R, prisionero número 15-576 - un hombre mencionó dándole la información a sus compañeros para que abrieran dicha celda mencionada, mientras escoltaba a los visitantes del prisionero, hacia una sala de visitas hecha con seguridad especial.

Eran enormes pasillos llenos de puertas y secciones dadas por una letra en grande para poder diferenciarlas por lo gigantesco del lugar que era aquella prisión. Teniendo además, guardias de menor grado o medio, cuidando entre dos o tres los lugares desde lo alto de un segundo piso, cargando armas por cualquier problema que surgiera.

Los de menor grado, los de difícil control e incluso teniendo a los condenados a pasar el resto de sus días en esas barras de metal.

Uno de los tantos guardias se dirigía a aquella celda anterior mencionada. Con ayuda de un panel junto a la puerta, una clave y una tarjeta, abrió las puertas de dicha celda, encarando al prisionero que tenía en frente y su figura femenina... Bueno, incluyendo claro, esas partes de animales que poseía.

-prisionero número 15-576, tienes visita.

-vaya, y ese milagro?- dijo la mujer con cierto desinterés, pero que al mismo tiempo no dejaba de sonreír y de admirar el techo y de su color gris.

-manos en la espalda... Y alas hacia abajo- ordenó el guardia, llevando unas esposas colgando de su cinturón.

La prisionera no le quedó de otra que seguir las ordenes, poniendo sus manos en dicho lugar para después ser inmovilizadas por las esposas, seguido después por sus alas que fueron amarradas con una cuerda lo suficientemente resistente y ajustadas para no poder soltarse de ellas.

Entonces fue así que el guardia se encargó de llevarla hacia los cuartos de visita. Visitas que le daba cierta curiosidad saber quienes eran para la villana, aunque ya se podía estar dando una pequeña idea de quien podía ser.

***

A penas y fueron unos minutos de espera en que ambos visitantes no se dirigían la palabra.

-vaya, acaso mis ojos felinos me están engañando?- mencionó cómicamente la villana. Por mientras que el guardia la sentara en la única silla de la sala, o por lo menos de su lado, pues los visitantes y el prisionero eran separados por un cristal de bastante grosor que incluso dificultaba un poco el habla, si no fuera por los comunicadores que estaban puestos para que no influyera en ello.

Luego de un par de segundo la mujer se quedó sola en esa habitación, ya que el guardia se fue para dejar la privacidad, teniendo la mirada puesta en los dos héroes presentes que hacían prácticamente lo mismo.

-qué les trae por aquí queridos? O acaso les comió la lengua un gato? jeje- se burlaba la mujer sin dejar de sonreír- no me digan que fue ese lindo niño que se cree héroe quien les comió la lengua?

-dinos que le hiciste a mi ret... A mi alumno- dijo el azabache presente en la habitación- Red Riot.

-solo le di un pequeño regalo, deberían estar agradecidos.

-eres una sucia villana, no tengo porque agradecerte por lo que hiciste- habló el otro visitante, mucho más alto que el azabache y redondo gracias a su quirk- por tu culpa ahora Red Riot no puede ir a mi agencia a salvar a los civiles en peligro.

-meh, esa gente inútil da lo mismo- respondió la villana desinteresada- y díganme, es todo un lindo gatito? Cuando lo vi por primera vez ya podía ver lo tierno que es, pero estoy segura que es por lo menos 10 veces mejor.

-eso no te incumbe, ahora dinos como revertir tu quirk- continuó hablando Aizawa.

-saben, si yo pudiera transformarlos tu serían también una gatito jeje- hablaba la villana mirando el azabache- o tal vez en una pantera, los dos me agradan... Y a ti te convertiría en un lindo, tierno y esponjoso osito- esta vez sus ojos fueron hacia el de quirk de absorción de grasa.

Kirineko (Bakushima)Where stories live. Discover now