Final: Fuego.

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Advertencia: Esta parte contiene contenido sexual expilícito.

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Una infinita serenidad inundó las facciones de J-Hope, a la vez que soltaba todo el aire que había estado reteniendo en sus pulmones. Me miró a los ojos un segundo, para después acortar la poca distancia que separaba nuestras bocas para unirlas en un beso que sellaría esa confesión. Sus labios se movían lentamente sobre los míos, encajaban a la perfección, como si estuviesen predestinados a encontrarse desde hacía siglos. Como si estuviese escrito que se pertenecían los unos a los otros.

Sentí las manos de J-Hope en mi cintura, pegándome más en la pared, aprisionando mi cuerpo contra el suyo. Coloqué mis manos detrás de su cuello, acercándolo más a mí y abriendo mis labios, dando yo el primer paso para profundizar el beso. De pronto el beso se tornó más voraz, más violento. J-Hope recorrió cada milímetro de mi boca con su lengua, haciéndome tocar el cielo con las puntas de los dedos.

En pocos segundos ambos estábamos exigiéndonos más el uno del otro. J-Hope dejó mis labios cuando necesitamos respirar - cosas de ser humanos, y eso - pero no dejó de trabajar con sus labios. Recorrió mi mejilla y mandíbula con sus besos, dirigiéndolos hacia mi cuello. Gemí suavemente cuando noté como intentaba marcarme con sus labios y dientes, allí donde sus besos húmedos me tocaban. Mi labio iba a sangrar de tan fuerte que lo apretaba entre mis dientes, debido al placer que sus besos me proporcionaban.

Noté como una de las manos de J-Hope bajaba de mi cintura a mi muslo, acariciando mi culo por el camino. No podía creer la facilidad con la que las manos de este hombre me encendían. Acarició mis muslos con libertad, ya que la corta falda que vestía se lo permitía a la perfección. Las cosas estaban saliéndose de madre, jamás había llegado tan lejos con un chico así de rápido, pero todo con J-Hope era intenso.

J-Hope alzó la mirada, encontrándose con la mía y derritiéndome con sus ojos inyectados en lujuria. Dios mío, jamás había visto esa expresión en su cara, pero pagaría lo que fuese por verla todos los días de mi vida. Sus labios estaban rojos debido a la batalla de besos que habíamos mantenido y parecía acalorado, como yo. Hobi posó su mano libre - la que no estaba entretenida hurgando bajo mi falda - en mi mejilla y volvió a unir nuestros labios en un beso hambriento. Correspondí a ese beso gustosa, bebiendo de él como si la vida me fuese en ello. Si el mundo se acababa en ese mismo instante me daba igual, porque sería entre los brazos de aquél hombre que me estaba llevando a la locura.

De repente noté como J-Hope me elevaba por los muslos con sus manos, aprisionándome más contra la pared y pegando toda su anatomía a mi cuerpo. Un gran gemido salió de mis labios, provocando que el beso se rompiese, al notar toda su hombría contra mi sexo. Clavé las uñas en su espalda al sentir como clavaba su erección contra mí, haciendo movimientos que iban a llevarme a la locura.

- Hoseok... - gemí agudamente contra su cuello.

Él siguió con los tortuosos movimientos, haciendo que cada vez me mojara más contra mi ropa interior. Mis manos empezaron a recorrer su espalda y le arranqué la camiseta desesperada mientras él sonreía de lado al verme así. Atrapé sus labios con mis dientes en un beso agresivo, necesitado. Me estaba volviendo loca y él lo sabía, lo que hacía volverme más loca. Mis manos recorrieron sus hombros, pecho y abdominales, deteniéndome en estos más tiempo del debido.

Sus manos empezaron a recorrerme a mí también, subiendo desde mis muslos hasta mis pechos, los que acunó y masajeó delicadamente en comparación a la furia de nuestros besos. La situación estaba sobrepasándome de todas las maneras posibles. Esa postura, arrinconada contra la pared, con J-Hope pegado a mí, completamente. Decidí deshacerme yo misma de mi camiseta, regalándole la vista con mi sujetador de encaje rojo. Di las gracias a Dios por ponerme ese justo hoy y no cualquiera de los otros con motivos infantiles tales como unicornios o fresas. Hoseok mordió su labio mientras contemplaba mis pechos, lo que hizo que me excitara aún más. Pasó su lengua por encima de los montículos que sobresalían del sujetador, provocándome un escalofrío de pies a cabeza. Hizo contacto con mis ojos mientras mordía uno de ellos suavemente y sentí que desfallecía. ¿Cómo podía ser tan jodidamente sexy? ¿Por qué nunca me había dado cuenta de esa faceta suya?

Mine. (One Shot Jung Ho Seok / J-Hope)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora