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6 meses. En 6 meses irán a la guerra. 6 meses después de haber hecho la "confesión" de que Ava y Porco estaban esperando un hijo. 6 meses para demostrar que eso era cierto. O, de lo contrario, ella se vería obligada a heredarlo.

— ¿Qué vas a hacer cuando descubran la verdad? — preguntó mientras miraban a los niños entrenando. Entre los candidatos a guerreros se encontraba su prima Gabi y el hermano menor de Colt, Falco.

— Responsabilizarme por mis actos — respondió liberando un suspiro.

— Aunque...

— ¿Eh?

— Si quieren...

— ¡JA! No. Claro que no — el rubio le mandó una mirada de obviedad —. No me mires así, Reiner.

— Supongo que ya estamos lo suficientemente mayores como para hablar de manera clara.

— ¿Qué estás tratando de decir?

— Por favor, Ava, entre Porco y tú hay una fuerte tensión sexual que es tan fina y delgada como una línea recta que con un sólo pestañeo puede desaparecer.

— Sí, lo sé. Soy consciente de eso.

— No te quiero forzar a nada, Ava, pero también pienso en ti y en lo infeliz que serás si eres esa heredera — ella suspiró mientras asentía. Reiner tenía razón.

— Zoe.

— Señor — le entregó un pequeño bonche de papeles en sus manos —. Son los expedientes de los infantes, recuerda que debes de revisarlos para poder entrenarlos.

— Sí, sí es cierto — asintió bajando la cabeza —. Me iré de una vez a casa para verlos.

— Bien. Nos vemos mañana — asistió con la cabeza.

Después de algunos minutos, un pequeño grupo se acercó a ese rubio que miraba sobre el barandal a los niños.

— Aún tengo dudas sobre el Titán Mandíbula — comentó, apoyando sus brazos en el barandal.

— Si tienes dudas, Ava te puede ayudar — dijo Reiner, siendo observado por los ojos brillosos de Porco en el momento en que mencionó a su hermana adoptiva.

— ¿Cómo?

— Su madre tenía un libro sobre los Titanes. En él se redactan las características generales del Titán, podrías ir a su casa para que te lo preste.

— Por cierto, ¿Dónde está?

— Magath le encargó un trabajo, así que se fue a su casa. Además, ya casi es hora de salir.

— Es cierto. En la noche iré a visitarla.

— Está bien.

Fue curioso que dijera en la noche y no saliendo del trabajo. Seguramente quería darle tiempo para que ella pudiera terminar su trabajo.

Ligeros toques en la puerta pudieron desconcentrarla de sus actividades. Por lo cual, se puso de pie con dirección a la puerta que, al abrirla, se llevó una "grata" sorpresa.

Love Dive; Porco GalliardWhere stories live. Discover now