in the dark

931 137 8
                                    

Ambos jóvenes llegaron al lugar indicado, entre risas y empujones suaves el grupo por fin entro a la casa.

Todos contaban con una pequeña linterna para poder alumbrar el camino a seguir, los jóvenes se dividieron en dos grupos; Gerard, Somier y Alek en uno, y Lif junto con Dee.

Todos sabían que ellos dos querian estar solos desde el inicio, pero no se atrevieron a decirlo explícitamente, así que sus amigos simplemente los dejaron solos.

Después de una hora de explorar la gran casa los jóvenes se sentaron a comer en el suelo de la misma, los paquetes fueron abiertos para que los jóvenes pudieran comer de forma más cómoda, entre risas y chistes malos pasaron los minutos.

Alek no podía parar de reír y sonreír, claro que aún pensaba en los golpes de su padre, pero la adrenalina de escapar y la felicidad que le provocaba la idea de tener amigos lo hacían formar una pequeña sonrisa en su rostro.

Dee simplemente se limitaba a mirar, en el poco tiempo que llevaba de vida jamás se había centrado tanto en la sonrisa de otro hombre, aquella sonrisa lo embriagaba incluso olvidaba dónde estaba.

Cómo si se apagará su interruptor de pensamiento.

Sin embargo, aquella sonrisa se veía opacada por la presencia de una pelinegra, la cual reía a su lado,llegados a cierto punto los ojos de Dee no sabían a dónde mirar.

"Parece que Alek y Dee son muy amigos, incluso se preocupan el uno por el otro, ¡Que lindo!" Pensó la pelinegra al ver como Alek revisaba las vendas en el cuello de Dee.

Claro que ella había notado las vendas en el cuello del rubio, y sabía el que las había provocado: Ataques de pánico, desde que Dee entro a la adolescencia sus ataques de pánico se hicieron recurrentes. El alguna vez menciono que eran por la presión de ser hijo de un genio como su padre, pero nunca lo aseguro totalmente, aunque jamás presenció uno.

Los otros dos chicos simplemente no cuestionaron la existencia de las vendas, sabían que si Dee quería contarles lo haría. Aunque claramente notaron que el tacto entre Dee y Alek era bastante peculiares, Dee apenas hablaba cuando ellos tres se conocieron.

Ambos murmuraron entre ellos algunas teorías sobre el porque Dee se dejaba tocar con tanta confianza.

Las horas comenzaron a pasar y Alek había olvidado por completo quien era y dónde debía estar, las llamadas no se hicieron esperar. Debía irse lo más pronto posible, pero, no quería hacerlo, sabía que salir de aquella casa la emoción de comodidad se iría y no volvería.

- ¿No vas a contestar?- cuestionó el rubio

- Yo...ah, sí- respondió Alek resignandose

Alek al fin contesto la llamada, al momento de contestarla escucho la agitada voz de su padre al otro lado de la llamada.

- Alek- lo llamó, haciendo breves pausas para respirar - ¿Dónde carajos estás?

Alek lo pensó un momento, realmente no tenía porque decírselo. No tenía razón para regresar, sólo su madre pero ella no tardaría nada en valerse por sí misma después de su huída.

Alek estaba dispuesto a dejar su cómoda vida por la sensación de ser libre.

-----------

Hice esto es mi clase de teatro

...ᘛ⁐̤ᕐᐷ

Best Friends Where stories live. Discover now