Fragil

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Alek estaba nervioso, sabía que podía contar con Dee pero algo en el le decía que no tomará decisiones apresuradas. Pero por primera vez ignoró cualquier rastro de sentido común.

- ¿Qué carajo te importa?- respondió Alek ante los gritos de su padre. Sin esperar una respuesta colgó rápidamente.

- Eh...¿Alguno sabe cómo quitar el rastreador de un celular?- dijo alzando su teléfono, el cuál para sorpresa de nadie era un última generación.

- Yo sé- dijo Lif la cuál rápidamente tomó el teléfono del chico y en cuestión de minutos desactivó el rastreador del celular.

- Alek, ¿por qué necesitas desactivar el rastreador?- pregunto el rubio

- Eh...- Alek suspiro- Estoy huyendo de mi casa Jaja...- finalizó el joven dejando salir una risa nerviosa.

- ¿¡Qué tú qué!?- Dee frunció el seño y posó su mano sobre su entrecejo, haciendo una pequeña pausa.

Dee decidió tomar la mano de Alek y la llevo hacía una habitación alejada, rompiendo el círculo que anteriormente había formado junto con sus amigos.

- Alek, no es por ser pesimista pero ¡Tenemos 15 años!- gritó dejando salir la frustración que en pocos segundos había acumulado-. Aunque pudieras, tu estado mental se arruinaría por el poco tiempo que tendrías. Porque obviamente necesitarías trabajar.

- entonces...-Alek hizo una pausa- ¡Llévame contigo!

- ¿Qué?- balbuceo Dee- ¡No te llevaré conmigo!

- ¿¡Por qué!? ¡Estoy seguro de que glam entenderá!

"Aún si entiende no quiero llevarte conmigo" pensó Dee.

Dee lo pensó unos segundos, cayendo en cuenta de que la existencia de Alek en su hogar sería beneficiaría para el, puesto que cuando encontraran a Alek la atención de todos estaría centrada en el jóven invasor.

- bien, te llevaré conmigo.- una sonrisa boba apareció en la cara del contrario haciendo que el rubio sonriera también.

- Gracias Dee.

- no hay de que- finalizó el rubio

Alek tenía la sonrisa de un niño pequeño, estaba sumamente emocionado por lo que estaba haciendo. Por primera vez Alek sentía que tenía un amigo, puesto que podía dejar escapar esa personalidad tonta y empalagosa que tan sólo su madre conocía.

Pero apesar de su felicidad Alek sabía que esto no duraría, y en algún momento tendría que volver a su jaula dorada.

Volvieron al círculo que anteriormente habían formado, y después de unas horas decidieron retirarse.

- ¿vienes heavy?- preguntó Alek con una sonrisa en su rostro.

- ¿eh? ¡Seguro!- afirmó el pelirrojo

- apúrense, no tenemos toda la madrugada.- afirmó Dee, el cuál iba más adelantado que los jóvenes.

Pasaron los minutos y por fin llegaron a la casa de los hermanos. Heavy entró con normalidad mientras que Dee tardo unos minutos en entrar, puesto que estaba metiendo a un castaño por su ventana.

Dee entró, saludo, y subió rápidamente las escaleras.

Al entrar a su habitación vio a Alek acostado en su cama dando vueltas en la misma.

- ¿Qué estás haciendo?

- estoy siendo feliz, haz silencio.

Inconscientemente Dee soltó una risa, apesar de que lo que hizo el joven por lo general le molestaría, está vez no lo vió como algo malo. Si no algo hasta cierto punto, adorable.

Dee se sentó en su escritorio y simplemente se dispuso a hacer algunas anotaciones en sus apuntes escolares. Era una acción que realmente disfrutaba, lo ayudaba a mantenerse organizado.

- Dee- lo llamó Alek, aún acostado en la cama del rubio. Está vez mirando al techo.

- ¿Dime?

- siento que se me va a salir el corazón del pecho, ¿Es normal?

- sí, acabas de escapar de tu casa.

La pequeña conversación terminó ahí. Hasta que el rubio rompió el silencio nuevamente.

- Alek ¿Por qué escapaste de tu casa?- preguntó, volteando su silla y su cuerpo hacia donde estaba Alek.

Alek no respondió y simplemente se quitó la camisa, dejando ver las grandes muestras de abuso de su padre.

- a la mierda...- susurro Dee con la  boca notablemente abierta- ¿Te duelen?-. Apesar de parecer una pregunta tonta Dee se molestó en preguntar. Puesto que alguna que otra herida se veía sangrante.

- Solo algunas, las demás están secas...

Dee no siguió la conversación y busco entre sus cajones un botiquín. Su padre era un hombre cuidadoso cuando se trataba del cuidado de la salud física. Al encontrarlo se acercó a Alek, y mojo un pequeño pedazo de algodón en alcohol etílico.

Alek, yo también quiero ayudarte...

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¡Se que no e estado muy activo! Pero, tengo justificación.

Acabo de cambiar de curso y estuve de cumpleaños, sinceramente pasaron muchas cosas. Algunas dignas de un libro aparte. ¡No es el punto!

Me aseguraré de estar más activo apartir de ahora.

¡Por favor, no pierdan el contacto!

…ᘛ⁐̤ᕐᐷ

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