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Era sábado por la mañana, Kai salía de la ducha con una toalla enrollada en sus cadera y lavando sus dientes mientras elegía que ropa ponerse el día de hoy. Había quedado de salir con Taehyun, uno de sus viejos amigos, pero lamentablemente este le había cancelado quedándose sin planes para hoy.

Tenía ganas de una fiesta, emborracharse hasta perder la cordura y ni acordarse que había pasado la noche anterior.

¿Tenía con quién ir? No.

¿Soobin? A el no le gustaban las fiestas, decía que el alcohol pone mal a las personas y hacen que no midan sus acciones haciendo cualquier estupidez o hablar cosas sin sentido. Su otra opción era Yeonjun, uno de los tantos guardias de Soobin, tenía las misma edad que el y ya había salido antes con el.

Sabía que estaría bien y que Yeonjun se encargaría de que no hiciera algo de lo que después se pudiera arrepentir.

Terminó de lavar sus dientes y se visitó con algo no tan formal ni llamativo, eso lo dejaría para la noche, bajó las escaleras sin toparse con Soobin en el transcurso del camino. Algo que le pareció raro ya que Soobin no era de levantarse tarde.

Vio una sirvienta poniendo el desayuno que suponía que era para Soobin en una bandeja, fue hacía ella y la detuvo.

— Chaeryeong, si no te molesta se lo llevaré yo al señor Choi ¿Si? — La mujer asintió sin problema.

Kai con cuidado subió las escaleras con la bandeja en sus manos, la cual tuvo que dejar en una mesita que se encontraba al lado de la puerta para poder tocar. En cuanto escuchó el "Pase" por parte de Soobin, abrió la puerta y entró con la bandeja en sus manos.

— Buenos días. — Canturreó mientras dejaba la bandeja en la mesita de noche.

— ¿Ahora tienes ganas de hablarme?

— De hecho no pero tenía que avisarte de que saldré con Yeonjun, esta noche. — Dijo sin muchos rodeos.

—  ¿A dónde?

— Una fiesta.

— Sabes que no me gusta que vayas a esas cosas.

— Sabes que me importa un culo lo que digas.

Soobin rodó sus ojos mediante un suspiro, a veces Kai era un caso imposible.

— Esta bien, has lo quieras.

— No digas eso, me haces pensar como que no te importo.

— Si me importas.

— Entonces no me digas "Has lo que quieras" — Imitó otra voz.

— ¿Y qué quieres que te diga? Si aun que te diga que no saldrás igual. — Kai miró hacía otro lado como en señal de que el alfa tenía razón. — Ve y diviértete Kai, deja al pobre viejo solo.

— Para estar viejo estás bastante bueno.

— No se si sentirme halgado u ofendido.

Kai rió y se sentó en su cama, viendo el teléfono de Soobin en la mesita, lo tomó entre sus manos haciendo que el teléfono se encendiera, dejando ver una foto de ellos dos.

— ¿Por qué pusiste nuestra foto de fondo de pantalla?

— Es la única que me gustó de las cientos de fotos que tomaste. — Kai no evitó sonreír al ver la foto, era el besando la mejilla de Soobin mientras que esté sonreía con sus ojos cerrados.

Un lindo recuerdo de su viaje al reino unido.

— ¿No tienes más? — Preguntó mientras desbloqueaba el teléfono y entraba a la galería.

— Soobin, pásame mi teléfono. — Le pidió el alfa mientras se paraba de su silla e iba dispuesto a quitarle su teléfono a Kai.

— ¿Por qué? ¿Ocultas algo? — Kai siguió deslizando su dedo viendo la mayoria de fotos de ellos dos juntos, hasta toparse con una del abdomen de Soobin frente a un espejo. — Jesús María José ¿A quién le ibas o le vas a enviar esta foto?

— A nadie.

— Joder Choi que bueno estas. — Musito el omega mientras lamia sus labios. — Deberías enviarme esas fotos.

— No. — El alfa le arrebató el teléfono apagando este y guardandolo en el bolsillo de su chaqueta. — Pervertido.

— Has bendecido mis ojos. — Dijo con una sonrisa. — ¿Me dejas tocar tus abdominales?

— No, no me entregaré a ti tan fácil. — Kai formó un puchero. — Tus pucheros los puedes guardar para otra ocasión.

Volvió a sentarse en su silla viendo su computador nuevamente, tenía que hacer unos informes contra otros casos y ver de quienes se trataban para obtener la mayor información posible.

Kai por otro lado se paró de la cama y se dirigió hacía el con una cara maliciosa, puso sus manos en sus hombros haciéndo un pequeño masaje, el cual Soobin disfrutó por unos segundos.

— Estas tenso, eso no es bueno. — Murmuró en un susurro pero audible para el peli-azul. — ¿No quieres un descanso?

— No trates de engatusarme.

El omega soltó una pequeña risa.

Quitó sus manos de los hombros de Soobin y esta vez acarició sus brazos mientras dejaba pequeños besos entre su nuca y cuello.

— Kai. — Lo llamó con su respiración agitada. — Dejame tranquilo. — Pidió.

— Bien que lo disfrutas.

Esta vez sus manos se dirigieron a la camisa del alfa, la cual comenzó a desabrochar dejando a la vista su abdomen bien trabajado. Kai giró la silla dejando a Soobin frente a el aún sentado con sus ojos cerrados.

Comenzó a besar su abdomen con pequeños besos, de vez en cuando lamia aquella partes haciendo que la piel de Soobin se erizara al tener contacto con la tibia lengua de Kai.

Sus manos ahora estaban en el cinturón de Soobin que poco a poco comenzaba a desabrochar. El alfa sabía a donde quería llegar Kai, se hubiera negado, pero la cordura ya se le había ido por el caño.

— Señor Choi, lo buscan.


𝙈𝙖𝙛𝙞𝙖 𝙗𝙤𝙨𝙨||ˢᵒᵒᵏᵃⁱWhere stories live. Discover now