4| Paso uno, intento dos (esta vez sale bien)

1K 125 34
                                    

Caminaba a paso veloz hacia la cafetería, Marcela me estaba esperando y yo debí de haber llegado a su lado hace diez minutos. Me va a matar por dos cosas: 1) llegar tarde y 2) aún no consigo a nadie con quien podré hacer la entrevista. Sí, la vida me odia y en cualquier momento me tiro de un puente.

Aló, papá. Quiero rosas blancas y negras para mi funeral.

Miré la hora en mi teléfono y apuré el paso, si no fuera porque estoy con mi mochila me pongo a correr, pero seamos sinceros, es molesto y vergonzoso correr con mochila. No lo digo yo, lo dice la ciencia.

Rezo internamente para que Marcela no se moleste conmigo por mi impuntualidad, en mi defensa, la hora pasó muy rápido y me quedé dormida. Finalmente llegué a la cafetería, en donde mi amiga estaba hablando con Nil. No lo había visto desde que arruinó el primer paso.

—Hola —saludé mientras me sentaba al lado de mi amiga

—Nada de hola, se viene el paso uno, intento dos —Nil golpeó suavemente la mesa con su puño, logrando que la escena fuera dramática

Alcé las cejas y lo miré de pies a cabeza.

—¿Estás loco? Estoy muy ocupada, no puedo —murmuré

—¿Ocupada? Yo te veo relajada —frunció el ceño

Rodé los ojos y me masajeé las sienes. Señor dame paciencia porque en cualquier momento le doy una patada que lo sacará volando de la vía láctea.

—¿Todavía no grabas la entrevista? —Preguntó Marcela

—No —mordí mi labio

No llores, no llores. Respira, todavía queda tiempo.

—Mañana se envía —recordó

—Cállate por favor, en cualquier momento voy a llorar de estrés —tomé el puente de mi nariz entre mis dedos, intentando que el dolor no se extienda

—¿Entrevista? —Nil preguntó confundido

—Tenemos un desafío de nuestra clase, debemos grabar una entrevista hablando portugués fluido con alguien que esté planeando su futuro o tenga una profesión —expliqué

—Te ayudaría, pero mi portugués es un disco rayado, pero podría decirle a mi mamá que te ayude —murmuró

—¿Qué? —Marcela lo miró confundida

—¿Hablas otro idioma aparte de las idioteces? —Gruñí

—Por cosas del trabajo, mi mamá ha tenido que aprender otros idiomas y como soy su sujeto de prueba, también he tenido que aprender lo básico —hizo una mueca

—¿Realmente me ayudarías? —Lo miré mientras me mordía el labio de los nervios

—Yo no, mi mamá puede que si —rodé los ojos ante su respuesta y quise darle un golpe, de nuevo

—¿Y cuándo podría ser? —Preguntó Marcela atenta a la conversación

—Si no me equivoco, hoy debería de estar en casa —Nil respondió mientras acariciaba su inexistente barba

—¿Podemos ir? —Le sonreí

—Sí, vamos —tomó mi muñeca y empezó a caminar, prácticamente arrastrándome

Me despedí de Marcela con una sonrisa de disculpa y seguí a Nil. Me solté de su agarre y caminé a su lado, intentando seguir su ritmo, al momento de bajar al primer piso del edificio nos encontramos a cierta chica que tiene la atención de Nil, a pesar de estar ayudándolo con el plan no sé demasiado sobre el tema.

¿Qué Podría Fallar?Where stories live. Discover now