Helena Ollivander

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ℕ𝕒𝕣𝕣𝕒 𝕂𝕚𝕣𝕒.

Pasaron unos días. Ya era 22 de diciembre. Osea, mi cumpleaños. Había conseguido el puesto de guardiana y la vida me iba bastante bien. Hasta que me desperté y vi que el señor Thompson no estaba. Era mi osito de peluche.
- ¡¡DONDE ESTÁ EL SEÑOR THOMPSON!!
Entré en la sala común como un rayo. Todos me miraron menos los gemelos. Fred y George se lanzaban a mi osito.
- ¡¡¡DADMELO!!!
Fred me miró con una sonrisa maliciosa y levantó el brazo. Corrí hasta él y empecé a saltar para cogerlo.
- ¡¡DAMELO!!
- ¿No eres demasiado mayor para dormir con peluches, Kira?
- ¡¡TU NO SABES NADA!! ¡¡DAMELO!!
- Sigo pensando que deberías madurar, pero toma - dijo bajando el brazo-. Por cierto, feliz cumpleaños.
- Sí, sí. Gracias y todo eso. Adiós.
Salí por el cuadro y fui a dar una paseo por Hogwarts, aún en pijama.
- Ugg... Peor día imposible... Solo falta que aparezcan Malfoy y sus gorilas. O que aparezca metiéndose con alguién. ¡O besándose con una chica ingenua! - me dije a mi misma -. Lo único bueno es que hoy empiezan las vacaciones y no tendré que aguantar a ese... Ese...
- Hola, Snake.
- ¡¿Malfoy?! ¿No deberías estar haciendo las maletas?
- No. Esta vez me quedaré - dijo con una sonrisa de lado-. ¿Tu no deberías estar vestida?
- Eso te da igual, Hurón Teñido.
- ¿Todavía sigues durmiendo con peluches? JAJAJAJ... ¡Pelo Nido duerme con peluches!
- Aish.
Rebusqué mi varita en el bolsillo de mi pantalón. No estaba, así que di media vuelta para volver a la torre de Gryffindor.

Subí las escaleras hasta la torre y fui a la habitación. Busqué mi varita, pero cuando la encontré estaba partida en tres y rodeada de astillas. Me empezó a dar un  𝙩𝙞𝙘𝙠 en el ojo y recogí los restos.
- ¡¡¡QUIEN SE SUPONE QUE HA TOCADO MI VARITA Y LA ROMPIÓ!!! - nadie respondió-. SI EL CULPABLE NO SE DEJA VER SERÁ PEOR PARA ÉL.
- He sido yo...
- ¡¡SEAMUS FINNIGAN!! ¿¡¿¡JUSTO HOY!?!? ¿¡JUSTO HOY!? ¿¡TENIAS QUE EMPEORAR EL PEOR DÍA DEL AÑO!?
- N-no quería romperla... Lo siento...
- ¡CUANDO VUELVA DE OLLIVANDER'S ME PAGARÁS EL ARREGLO O LA VARITA NUEVA!
Volví a la habitación para cambiarme con esto:

Y me dejé el pelo suelto, salvo por una parte que me recogí con un broche del escudo de Gryffindor, pero dejé mi flequillo igual

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Y me dejé el pelo suelto, salvo por una parte que me recogí con un broche del escudo de Gryffindor, pero dejé mi flequillo igual.

Salí hacia el despacho de la profesora McGonagall para preguntarle si podía ir al callejón Diagon.  Aunque antes de salir me paré delante de Seamus.
- Finnigan.
- Lo siento, Kira, lo siento. Estaba intentando hacer un conjuro y explotó. Lo siento tanto...
- No importa. ¿Quieres que te traiga algo del callejón Diagon?
- ¿Qué?
- ¿¡Quieres o no!?
- S-sí claro. ¿Me puedes traer un pastel de calabaza del Caldero Chorreante?
- Claro. Luego me tienes que devolver el dinero.
- Sí, sí...
- Adiós.

La profesora me dio permiso al ver mi varita y me dijo que Hagrid me llevaría, para después haberme deseado un felíz cumpleaños.
- Sí, sí. Gracias y todo eso...
- ¿Que pasa, Kira?
- Sabe perfectamente lo que me pasa.
- Kira, debes olvidarlo.
- ¡No puedo! ¡Llevo años intentándolo! ¡Y no puedo! - me di la vuelta para salir.
- No te rindas - dijo mientras yo salía.
- Prometo que no me rendiré hasta el final...
Salí del castillo para ir a la cabaña de Hagrid y así entregarle el permiso de la jefa de mi casa.

𝓛𝓪 𝓱𝓲𝓳𝓪 𝓭𝓮 𝓥𝓸𝓵𝓭𝓮𝓶𝓸𝓻𝓽. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora