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Cuando Satoru Gojo oyó de Alan Walker no le pareció de lo nada interesante, al contrario, demasiado aburrido para prestarle atención, después de todo era nieto de Chihiro Hayakawa una chamán que nunca le cayó bien.
No le tenía expectativas, por lo que nunca se lo espero, pero cuál fue la sorpresa al verlo, de estatura media, ropa holgada, cabello azul con dos colitas amarradas, y lo que más llamaba la atención: una prótesis en su cara como máscara.
- ¡Hola! Mi nombre es Alan - Saludo alegremente el chico, todo lo contrario a lo que conocía.
- ¡Hola Alan! Soy Satoru Gojo el hechicero más fuerte y seré tu profesor por todo el año - Correspondió al saludo, con un sentimiento de felicidad.
Desde ahí todo a sido en bromas y chistes, llegando a tener una gran confianza entre ellos dos, siempre iban a distintos lugares aunque siempre tenían alguna que otra misión.
- Eres muy agradable Alan, que bueno que te tengo como un gran amigo - Dijo emocionado pero con algún tipo de duda extraña.
- Jajaja usted es igual alguien muy amable Satoru - El peliazul se sorprendió a si mismo por decirle a su profesor por su nombre.
El ya mencionado pareció ponerse más eufórico y lo abrazo - ¡Vaya Alan! ¡Somos tan amigos que nos llamamos por nuestro nombre! - Estuvieron así por un largo rato, sin decir nada más, hasta que algo surgió teniendo que irse.
Se pregunto si llevarse tan amoroso con su profesor estaba bien, supondría que si, no le prestó mucha importancia.
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Después de la introducción sorpresa de una maldición de grado especial, siguieron con el festival de intercambio como si nada hubiera pasado, pero aún así claramente muchas cosas pasaron con unas fallas de por ahí y de por allá pero todo bien.
Alan se encontraba en las bancas viendo cómo los demás jugaban al béisbol, desde lejos donde casi nadie podía verlo, no tenía puesta la máscara así que toda su cara estaba a su vista, no le dio mucha atención a lo que pasaba y es por eso que no se dió cuenta de la persona que se encontraba detrás.
