XXXIX

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Taeyong no podía ser normal.

Mientras todos avanzaban, él seguía en el mismo lugar donde empezó, adorando los fantasmas de su primer y único amor.

─Buenos días, Jaehyun.

Era lo que decía todas las mañanas al despertar, mirando a un lado de la cama que alguna vez ocupó su novio, pero que él nunca pudo apreciar.

En realidad Taeyong estaba en una relación, Jaehyun y él nunca terminaron. Aunque el inicio de su relación fue extraño, pero era su historia de amor y nadie tenía derecho a juzgarlo.

La rutina era la de cualquier persona, con el pequeño detalle de que entraba a una habitación llena de las cosas de Jaehyun y respiraba profundo, procurando no romper en llanto.

Cada mañana era la misma tortura, cada mañana una nueva espina se clavaba en su corazón.

Pero ese día era diferente, ese día era su graduación. Jaehyun estaría orgulloso de él.

Porque sólo fue suficiente dedicarle trescientos sesenta y cinco días a Jaehyun para enamorarse completamente.

Y ese mismo tiempo fue suficiente para que él lo extrañara siempre.

─Tu niño planta ya tiene veintiséis años ¿No es mucho tiempo? Pero descuida, te sigo amando como la primera vez.

Y sonrió, porque ese sería un nuevo comienzo, porque probablemente aceptaría que Johnny lo invitara a salir a ese restaurante del que tanto hablaba las últimas semanas.

Porque Jaehyun estaría orgulloso de verlo seguir adelante, incluso si tardó tanto tiempo para aceptarlo.

Un amor de un año, pero que perduraría durante siglos.

Vamos Jaehyun, en la otra vida no dejaré que fumes.

Humo - Jaeyong.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora