Capítulo 2: ¿Dónde estoy?

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Después de un ruidoso despertar, Zusel escucha en un susurro su nombre, voltea su rostro y observa a la persona que lo ha llamado, Dalai. El Wu Dalai que recuerda es un joven orgulloso y generalmente serio, por ello él jamás pensó que lo vería en ese estado, nervioso, avergonzado y con un rostro enrojecido, no podía creer que la persona que ahora escondía su rostro tan tímidamente era que aquel serio y generalmente cortante CEO que siempre parecía retarte con la mirada. Pues en realidad Dalai generalmente no es muy agradable con las personas, pues suele ser muy directo, siempre suena muy cortante y distante. Dalai siempre luce bien arreglado, o al menos es la manera que Zusel siempre lo ha visto, en cambio ahora puede ver su cabello totalmente alborotado, marcas que descendiendo por su cuello y por donde va, podría apostar a que hay más en su pecho y espalda. Se ha perdido tanto observándolo que al parecer lo ha incomodado. Con apuro y nerviosismo ve que trata de cubrir su cuerpo con una sábana. Cuando por fin logra ver su rostro se da cuenta que Dalai tiene los labios un poco hinchados, detiene su observación cuando cae en cuenta de quien es el posible responsable del actual estado de Dalai.


"Espera, qué hice ayer por la noche. Yo... pasé la noche con... ¿DALAI?" Se preguntó internamente.


El silencio se apodera de la habitación, una mesa y un florero roto con el agua y las flores por todas partes adornan el suelo, la situación es incomoda, Dalai de pie cubierto por una sábana sin saber que decir y tratando de mantener la poca dignidad que le queda y Zusel tratando de ubicar sus recuerdos mientras luce confundido.


Un dolor punzante en su cabeza trae de nuevo a la realidad a Zusel, no recuerda mucho de lo que pasó anoche. Su estado de ánimo cae al recordar los eventos de su día anterior, pero no recuerda nada en ese horrible día que lo llevara a terminar en la cama con Dalai. En este momento su cabeza no le permite pensar con claridad por todo lo que había bebido la noche anterior, él no suele beber a menudo, en realidad ni siquiera lo hace a menos que sea una ocasión especial y cuando lo hace solo bebe una copa como mucho pues le desagrada el sabor del licor por lo que su tolerancia es casi nula. Pero como en cada ocasión que sucedía esto solo pudo haber estado con un grupo de personas, sus amigos; Lowey, Adley y Keane, con quienes siempre termina pasándose de copas, pero aún así seguía sin entender donde entraba Dalai en todo esto.Los escasos ruidos en la habitación lo sacan de sus pensamientos, otra vez, cuando se da cuenta que Dalai no está en la habitación y el sonido de una ducha abierta se escucha dentro, de lo que supone, es el baño de la habitación.Se pone de pie y cubre su cuerpo con la toalla grande que encuentra entre el revoltijo de sábanas, no, no es un descarado como para paseársela por la habitación sin nada puesto sabiendo que Dalai podría salir en cualquier momento. Observa por la ventana y se da cuenta que está en el hotel que queda cerca del bar de Adley. Entonces esto hace más fácil las cosas, podría ser acaso que después de reunirse con sus amigos, se encontraran y terminaran ¿aquí? De repente se oye dos toques firmes en la puerta. Se dirige allí y la abre.


-Señor... disculpe que interrumpa su estancia en el hotel, pero tiene que pagar por la habitación- Dice la chica que parece ser una de las trabajadoras del lugar.


-Buen día señorita, lamento los inconvenientes, pero me atrevo a preguntar ¿No se paga primero antes de ingresar las habitaciones?- Pregunta Zusel en un tono amable


-Eso es correcto pero lo que ocurre es que el encargado de anoche es conocido de la persona que lo acompaña y dijo que podríamos cobrarle una vez instalado en la habitación. Sin embargo, cuando vinimos a cobrarle... ustedes ...mmm bueno ... como decirlo... se escuchaban... muy ocupados y ninguna de nosotras se atrevió a interrumpirles- Al terminar de hablar ella bajo la mirada y negó ligeramente con cabeza como si quisiera olvidar algo, mientras que a Zusel los colores se le subían al rostro.


-Comprendo... entonces- trata de contestar sintiéndose muy avergonzado, pero no puede terminar de hablar.


-Pagaré la cuenta, no hay ningún inconveniente. Puede retirarse.- Cortante y directo como suele ser, interrumpe Dalai después de aparecer repentinamente detrás de Zusel, envuelto completamente por una toalla, se para junto a él y espera a que la chica se retire.


-Solo... informar al señor que la fractura será cobrada con el precio de dos días.- expresa, con nerviosismo la joven ante la seria actitud que siempre tiene Dalai , o quizás no con tanto nerviosismo pues esas marcas en su cuello y sus labios mordidos definitivamente le quitan esa seriedad.


-Si no es molestia, podría explicarnos la razón de tal cobro- Pronunció Zusel con la intención de aligerar el incomodo ambiente y evitar que la chica salga espantada si Dalai se atreve a hablar, lo que usualmente solía suceder con sus trabajadoras.Ella comienza hablar tratando de mantener un tono firme pero no soberbio sino solo ocultar sus nervios -Bueno en este momento son más de las doce del mediodía y... -


-Si pasan de las doce, entonces es correcto. Me acercaré a pagar la cuenta, se lo agradezco y lamento los inconvenientes.- Interrumpe la explicación y contesta tratando de no ser descortés, pero Zusel nota que en sus palabras está implícito "Pagaré lo que quiera, solo váyase."


-Entonces es todo, me retiro- al parecer la chica entendió el significado de sus palabras y se marchó caminando por el pasillo.


Dalai cerró la puerta, su rostro tenía una expresión complicada y Zusel podía sentir en su intensa mirad una mezcla entre timidez, decepción y culpa. Siguió su mirada y resultó ser la argolla que adornaba uno de sus dedos y que en su tiempo había usado con alegría, pero el pasado no es el presente y leyendo las expresiones de Dalai sabe lo que puede estar pasando por su cabeza y no quiere complicarlo más.


-Ya no importa.- aclara y se quita la argolla para después recoger la mesa del suelo, acomodarla en su lugar y colocar su anillo sobre esta.


-No te sientas culpable- menciona y se dirige al baño para tomar una ducha.


-Pero solo ... hace seis meses... ustedes se casaron y ahora... Anoche yo actúe sin pensar, no debí ser tan descarado ni descortés con ella, a pesar de todo ella...- desde la puerta Dalai trata de replicar.


-Dalai, por favor no digas más. Esto no ha sido causado por ti es algo que ocurrió ayer pero no tuvo nada que ver contigo- explica Zusel con amargura. No quiere hablar de eso, no ahora que aún duele, no tanto como ayer, pero la decepción aún sigue presente.-Entonces, supongo que recuerdas cómo llegamos aquí- inquiere Dalai mientras se sienta en la cama, pero no encuentra respuesta. -¿Por qué estoy aquí contigo? ¡¿Acaso me usaste para olvidarla?!-

Meeting at nightTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon