12.

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Zhan se sorprendió al descubrir que era el dia siguiente cuando abrió los ojos. No recordaba haberse quedado dormido, pero debe haber sido aniquilado después del juego y el sexo alucinante. Esto ultimo había sido caliente como el infierno.

Podía oír a Yibo roncando suavemente detrás de él, con un fuerte brazo colgando libremente sobre la cintura de Zhan. Zhan sonrió y se acurrucó contra él, suspirando felizmente. Estaba duro, y podía sentir que Yibo también lo estaba, pero podía ignorarlo por ahora. El sexo era genial, pero momentos como este, en los que podían abrazarse y acariciarse y simplemente existir solos juntos en una habitación tranquila, eran las cosas favoritas de Zhan.

Zhan normalmente era madrugador y seguía una rutina estricta todas las mañanas. Pero en lugar de saltar de la cama y ponerse ropa deportiva, esta mañana sucumbió a la comodidad de ser abrazado por el hombre que amaba y se quedó dormido.

Fue despertado algún tiempo después por Yibo dejando un rastro de besos a lo largo de su hombro.

—Buenos días—, murmuró Zhan.

—Lo es—, estuvo de acuerdo Yibo.

Zhan rodó sobre su espalda y miró a Yibo soñoliento y precioso a la luz del dia.

—Tenemos todo el día juntos.

Yibo sonrió.

—Y noche.

—¿Qué es lo que quieres hacer?

—Quiero que te laves los dientes, porque no me dejarás besarte hasta que lo hagas.

—Tienes que cepillarte tú también—, se apresuró a agregar Zhan.

—Sí.— Yibo llevó la mano de Zhan a su boca y besó sus nudillos.

—Y tenemos que ducharnos.

—Lo sé. Y luego quiero hacerte un desayuno asqueroso y saludable. —Besó la palma de Zhan. —Y quiero pasar todo el día tocándote.

—De acuerdo.

Se cepillaron los dientes y luego se besaron juntos en la ducha. Ambos estaban de buen humor, sonriendo y riendo con facilidad. Yibo preparó huevos con frutas en rodajas, mientras que Zhan preparó batidos de proteínas y café.

—El documental sobre nosotros sale al aire la próxima semana—, dijo Zhan.

—Sí.

—¿Crees que será raro ver eso?

Yibo se encogió de hombros.

—Quizás.

—Creo que mis entrevistas fueron terribles. Estaba tan incómodo.

—Por supuesto que lo estabas.

—Responder tantas preguntas sobre ti y nuestro, ya sabes, sobre nuestra relación profesional. Mientras ocultamos nuestra relación real. Fue difícil.

—Mmm.

Zhan le tendió una taza de café, que Yibo tomó. Luego, de la manera más casual posible, Zhan preguntó: —¿Qué dijiste sobre mí?

Yibo se rió entre dientes y fue a la nevera a buscar un poco de la crema de café que Zhan había comprado específicamente para él.

—Mira el documental y descúbrelo.

Zhan dejó escapar un largo y exasperado suspiro.

—Solo dime una cosa.

—No.

Zhan lo fulminó con la mirada y luego pisoteó enojado hacia la mesa de la cocina.

—Bien.

Yibo guardó la crema y se dirigió al azucar.

—Dije que te corres muy rapido cuando te hago una mamada.

Zhan le tiró una fresa.

—Eres un idiota. Y ni siquiera es tan rápido.

Se sentaron juntos a la mesa, y Yibo olió su batido con repugnancia en su rostro.

—Está repleto de proteínas y nutrientes—, le prometió Zhan. Yibo no parecía pensar que esa era una buena razón para beberlo. Lo dejó a un lado y fue por los huevos en su lugar.

—Dije cosas lindas sobre ti—, dijo Zhan mientras observaba a Yibo.

—¿Si?— Parecía desinteresado, pero Zhan sabía que era una fachada.

—Sí.— Zhan tomó un sorbo de su batido y esperó.

—¿Qué dijiste?

Zhan sonrió.

—Tendrás que verlo en el documental.

Yibo resopló.

—Bien.

S2.Where stories live. Discover now