🔸Reunión🔸

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No tuve valor para alejarla o alejarme, después de todo, esa parte humana que hay dentro de mí quiere seguir experimentando el suave tacto de una linda chica. Me dediqué a disfrutar ese tierno tacto mientras durara. Nunca me habían mirando como ella lo hace, tal vez con deseos no tan buenos y dignos de escuchar, pero es imposible no sentir esa pizca de alegría y quizás un poco de orgullo por sus inesperadas confesiones y su atrevimiento al acariciar mis labios. Si boca también se me apetece, pero no quiero ceder tan fácilmente a las tentaciones; y ella es una muy grande, una a la cual debo estar precavido o podría caer en cualquier momento.

—Y-yo... debo irme ahora mismo — di un paso atrás, dejando su mano al aire y siendo muy consciente del calor que sus dedos dejaron en mi piel—. Tengo misas que dar, compromisos que cumplir. Por favor, llévame de regreso a mi hogar.

—No.

—¿Por qué?

—Porque sencillamente no me da la gana dejarte ir — su cambio de actitud me desconcertó—. Este es tu nuevo hogar, pensé que había sido muy clara anoche.

—No juegues conmigo, Samantha.

—Por supuesto que voy a jugar contigo — tomó mi rostro entre su mano, enterrando sus uñas en mi piel y acercándome al suyo—.  Sé obediente, es todo lo que puedo decirte.

—Entonces, esto sí es un secuestro.

—Tu grado de inocencia me vuelve loca, pero me encanta — lamió mis labios pausadamente sin dejar de mirarme a los ojos—. Pórtate bien mientras voy al trabajo. ¿Entendido?

—No puedes tenerme aquí en contra de mi voluntad — el corazón lo sentía agitado, tal vez por su reciente acción y que me gustó o por el peso de sus palabras—. Déjame ir.

—Ya te dije que no — presionó su boca en la mía, alterandome más de lo que ya me encuentro—. Regresaré en la noche y lo hablaremos con más calma.

—Samantha...

Puso dos sus dedos en mis labios y me sonrió torcido ante de salir de la habitación y dejarme solo, confundido y aterrado.

Miré la enorme habitación a mi alrededor, el espeso bosque que refleja la ventana y más pánico sentí. ¿Cómo se supone que voy a salir de este lugar? ¿Por qué ella está haciendo todo esto? ¿Qué es lo que quiere exactamente de mí? Me seguí preguntando, mientras ponía toda mi fe en Dios, se que él nunca me dejará solo. Soy un cura, un hombre que no tiene familia, ni amigos, ni muchos cuento con dinero para ser útil en la vida de una mujer que lo tiene todo a sus pies.

Samantha

—¿Qué piensas hacer con ese padre, Samantha? — cuestionó Fedora tan pronto me vio salir de la habitación de mi padrecito—. Si Dmitry se entera, estarás arriesgando la vida de un hombre de Dios.

Dejé de caminar para centrarme en ella. Que mencione a ese bastardo me irrita de sobremanera. Y ella cree que traerlo en boca voy a temer como antes.

—Te recuerdo que soy una mujer libre ahora.

—Sigues casada con él. No puedes huir nunca de tu esposo ni de tus deberes. Samantha, han pasado dos años, creo que ya es suficiente. Es hora de volver a casa y dejar de actuar como niños. Él te ama.

—Me ama — repetí, sonriendo con amargura—. Su manera de demostrar amor mató a mi hijo y por poco me lleva a mi también. ¡Ese hijo de puta no sabe amar a nadie más que no sea así mismo! Mira, Fedora, yo te agradezco que me hayas sacado de ese infierno junto a Ian, pero no pienso volver nunca con una persona que lo único que desea es verme muerta a toda costa. ¿Necesitas verme bajo tierra para comprender mis palabras?

—No digas eso, sabes lo mucho que te quiero. Pero...

—Entonces no te metas en mis asuntos — zanjé, cansada de siempre escuchar lo mismo—. Encárgate de llevarle desayuno y ropa más cómoda a Logan.

—Entendido — suspiró.

Bajé las escaleras, encontrándome con Ian y Jhon listos para partir a nuestra reunión con los Lombardi. Hubiera querido tener más tiempo para hablar con Logan, pero necesito quitarme ese maldito yugo que me ata a ese maldito infeliz.

Si me hubiera amado, no me hubiera destrozado la vida como lo hizo ni me hubiera hecho conocer el infierno en sus manos por largos años. Nunca le voy a perdonar haber sacado de mis entrañas a mi hijo, uno que compartía lazo sanguíneo con él y no le importó en lo absoluto.

—Vigilen muy bien a Logan — dejé la orden sin esperar respuesta de nadie, subí a mi auto e Ian arrancó en completo silencio.

Jhon tuvo intención de hablar, pero también se aferró a un silencio cuando le indiqué con una mirada que no quería hablar por el momento. Anoche discutimos por Logan, pero ciertamente lo que digan los demás me importa una mierda. Ese hombre se quedará conmigo les guste o no. Si es mi perdición o no, es muy problema mío, no de ellos. Además, tampoco le estoy confesando amor, solamente quiero pasar un rato agradable con un hombre inexperto y bueno como él.

Treinta minutos después llegamos a la bodega donde mayormente los Lombardi suelen hacer las reuniones y de las cuales he participado un par de veces. A diferencia de otras reuniones, en esta solo estamos nosotros tres frente a dos de ellos. Aún no sé con exactitud quién vaya a estar frente a mí, pues es una familia grande y todos parecen tener el mismo grado de autoridad.

—Siempre es un placer volver a verte, Samantha Gaskell — comentó el rubio, dejando un beso en mi mejilla y riendo por la cara de furia de su esposa—. No le hagas caso, sabes bien que la rabia no es del todo peligrosa. 

—Cállate o te arranco la lengua con mi bebé, princesa — refutó la colombiana, jugando con una cuchilla entre sus manos—. Cuando le llega el periodo se pone de perra, algo normal entre los hombres.

Reí, dándole un fuerte abrazo a Diana, pues llevo mucho sin verla.

—Debías dejarle la semilla a él y no cargarla tú — acaricié su vientre, recordando cuando mi hijo estaba dentro del mío—. El embarazo te ha puesto más ruda.

—Que va — bufó André, rodeando a su mujer y dándole un beso en su mejilla—, estando embarazada o no siempre es el macho de esta relación.

—Y tú la chica en apuros.

—Faltaba más — sonrió ladeado—. Siempre estoy dispuesto a ser salvado por mi princesa de cuchillos y Ak-47. ¿Para qué tener una manada de inútiles si mi esposa es la mejor tiradora?

—En eso difiero un poco contigo — intervino uno de los gemelos, pero no supe bien cuál era—. La mejor es Maya.

—Eso lo dices porque es tu hermana.

—Y la que protege tu sucio culo día y noche.

—En fin — Diana nos hizo señas de tomar asiento—. Hemos venido a hacer negocios con Samantha, no a echar chisme, par de señoritas.

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Hola, bellezas. Espero se encuentren muy bien. Primero, quiero ofrecer una disculpa por la tardanza, pero como algunos saben, he estado un poco alejada de la escritura debido a mi enfermedad y, aparte de eso, tuve un pequeño bloqueo con esta historia que no me permitió escribir por unos días, pero ahí está llegando nuevamente la idea. Les voy a pedir paciencia, las actualizaciones no serán constantes, pero no crean que la novela no va a continuar. Estaré subiendo los capítulos de a poco hasta darle fin. Gracias por su apoyo y por comprender.

¡Los quiero mucho! 💖

Perdición[✓]Where stories live. Discover now