cigarette daydreams ━━ eddie munson (pausada)

ii. hawkins high school

capítulo dos,
( hawkins high school )

               DESPERTARSE TEMPRANO AQUÉL DÍA RESULTÓ TODO UN logro cuando las noches se encontraban plagadas de terribles recuerdos que volvían a su mente en forma de pesadillas, recuerdos en los que no quería volver a pensar, recuerdos que eran mejor olvidar, que era mejor enterrar en lo más profundo de su mente. Era la segunda noche que le sucedía, pero lo peor eran las terribles migrañas que les sucedían, las cuáles amenazaban con partir su cráneo en dos.

Fue así que lo primero que Aspen hizo tras levantarse, resultó ser tomar una gran cantidad de aspirinas, esperando que el dolor mitigara antes de poder funcionar. No siendo la primera vez que le sucedía, era consciente de que el dolor no se iría por completo, pero si lo suficiente.

—Cariño, lo siento, pero no puedo llevarlas al colegio hoy —dijo Lorraine al verla entrar a la cocina, dejando el desayuno sobre la mesa—. Me tengo que ir ya o llegaré tarde. Lo siento, te amo.

Lorraine besó la frente de su hija al pasar a su lado, tomó las llaves de su auto con apuro, igual su cartera y abrigo, y corrió fuera de la casa. Trabajaba una ridícula cantidad de horas en un pequeño mercado y la paga ni siquiera era buena, pero al menos alcanzaba para poner un techo sobre sus cabezas y alimento en sus platos. Por lo tanto, casi nunca estaba en la casa, y levantarse temprano para hacerles pancakes a sus hijas era su manera de decir que lo sentía. La mujer realmente hacía todo lo que podía.

Una vez que la puerta se cerró, Aspen tomó asiento en la mesa y engulló los pancakes, la taza de café y el jugo de naranja. Le gritó a su hermana que se levantara y se aseó y cambió antes de gritarle de nuevo.

—¡Victoria, me voy! ¡Vete en tu bicicleta!

La puerta de la habitación se abrió y el rostro adormilado y enfadado de la aludida apareció. Tampoco le gustaban las mañanas.

—¿Y mamá?

—Se fue a trabajar. Ya es tarde. Cámbiate y vete en tu bicicleta.

Manteniendo su mirada y sin responder, Victoria simplemente volvió a cerrar la puerta de su habitación. Aspen frunció sus labios con enfado y alzó sus dedos corazón aunque su hermana no pudiera verla. Simplemente tomó su mochila, se montó en su bicicleta tras salir de su casa y se dirigió al colegio.