O10

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Había pasado ya una semana desde que el celo de Tzuyu comenzó, este ya había terminado. Afortunadamente, la caja de anticonceptivos llego antes de que la rubia comenzara con aquel acto, así que no había ninguna preocupación por ahora.

O eso pensaba Nayeon.

¿Qué hacer cuándo tienes a ocho omegas bonitas que te piden una sola cosa?. Darles lo que quieren, ¿no?. Bueno, para la alfa (en esta ocasión) es un poco difícil.

Im nunca había sido de esas alfas celosas que sueltan gruñidos como un animal rabioso a cualquier cosa que se mueva cerca de su omega. No, nunca.

Ella era comprensiva y analizaba las cosas y la situación antes de hacer cualquier cosa impulsada por sus instintos.

Pero, en esta ocasión, lo estaba reconsiderando.

Las menores pedían con ojitos acuosos y rostros angelicales una sola cosa. Salir todas juntas a cenar. Era algo simple, ¿no es así?. Muchos dirán que si. Una simple cena grupal, las nueve en algun restaurante o un local de comida rápido comiendo y carcajeandose de cualquier cosa. Sonaba perfecto.

Pero para Nayeon no es así. No es tan fácil.

Salir a la calle con sus ocho chicas, significa tener ojos por todas partes, observar quién se acerca a ellas y con que intención, significa tener sus instintos a flote y no bajar la guardia en ningún momento, ni un solo segundo.

Joder, son celebridades, y aunque tenga cubrebocas y gorras cubriendo sus rostros, es más que imposible no reconocerlas. Podrían ir en los carros que la empresa les ofrece y ya, ¿no?. Ir con guardaespaldas y el problema se resuelve, ¿no?.

Pero Nayeon ya no puede ni confiar en los guardaespaldas. Uno de esos malditos grandulones estuvo a punto de golpear a Momo por no obedecer las "ordenes de seguridad".

Para la rubia, no hay nadie más que pueda proteger a sus omegas, nadie más que ella. Im Nayeon es la unnie que siempre verá por el bien de sus menores.

Y es por eso, que por más insistentes y bonitos que fueran los rostros suplicantes de las demás miembros frente a ella, pidiéndole que las llevara a cenar, su respuesta fue un firme y autoritario:

- No.

Las caras animadas y emocionantes pasaron a ser decepcionadas y aburridas.

¿Qué?, ¿creyeron que diría que sí?. Esta vez no será. O no mientras Nayeon se prepara mental y físicamente para poder derrotar a cualquier alfa que se quiera sobrepasar con sus omegas.

- Lo siento, chicas, pero no quiero que les pase algo mientras estamos fuera, saben muy bien el peligro que incluye salir las nueve juntas. - Explicó Yeon, tomando su celular-

- Pero unnie. - Protesto Chaeyoung-

- Podemos pedir algo y cenar todas aquí, la cosa es pasar tiempo de calidad entre nosotras, ¿no?. - Dió una de sus tan famosas sonrisas de conejo, animando un poco a las demás-

- Nae unnie tiene razón. - Apoyó Jihyo, sentándose aún lado de la mencionada- No importa dónde sea, si estamos juntas, esta bien.

Y eso terminó por convencer a todas. Cada quién tomó asiento en dónde más les apetecía, quedando así las nueve reunidas en la sala de estar, sentadas en el suelo, con una mesita larga en el medio que les servía para poder poner sus alimentos.

Optaron por pedir algo de comida china, hace tiempo que no probaban algo así.

Pasaron veinte minutos y el pedido llego. Momo y Sana fueron las que tuvieron que recibir la comida, sintiendo como la boca se les hacía agua al ver como las dos bolsas emanaban un suave olor a una rica cena.

Estaban por cerrar la puerta, ya habiendo pagado y recibido todo, pero el repartidor pareció emocionarse al darse cuenta de a quienes tenía enfrente.

- No puede ser, ¿ustedes dos son Momo y Sana, verdad?. - Preguntó con cierto toque de admiración-

- Uh, si. - Respondieron ambas omegas-

- Oh por dios, ¿podrían darme un autógrafo, por favor?. - Pidió con ojos emocionados, sacando un lapicero de la bolsa de su pantalón-

- Oh, claro. - Mencionó la pelinegra de mechones rubios, tomando la pluma que el chico ofreció-

Por su parte, Nayeon no dejaba de mirar fijamente en dirección a la puerta, las siluetas de las dos japonesas no se movían de ahí, desesperandola un poco, pues ya se habían tardado. Olfateo ligeramente el aire para ver si podía sentir el aroma del repartidor. Se tranquilizo un poco al oler un suave olor a bombones, un omega sin duda.

Finalmente ambas menores agradecieron por la comida al chico, no sin antes darle lo que había pedido. Cerraron la puerta y se dieron la vuelta, encontrándose con un par de ojos azules que las observaban fijamente, sintiéndose pequeñas ante la intensa mirada de la alfa.

Ignorando lo anterior, las niponas acercaron las bolsas a la mesita, mientras que Dahyun junto a Tzuyu y Jihyo iban por platos y otras cosas.

- Sana, Momo. - Llamó Nayeon, ambas aludidas posaron su atención en la mayor- Yo-

Un jadeo ahogado interrumpió las palabras de la rubia, la atención de todas fue a parar en aquella pelinegra de ojitos felinos que pareció sorprenderse de igual forma.

- Chaeng, ¿que...?

Un nuevo jadeo salió de sus labios, comenzó a sentir aquel ardor familiar en su vientre, el aroma a fresas inundó en totalidad la habitación, haciendo que las demás miembros comenzaran a comprender que le sucedía a Chaeyoung.

Las pupilas de Nayeon se dilataron y sus instintos protectores salieron a relucir en cuanto la coreana menor se encogió en el suelo, abrazando sus piernas entre sus brazos, escondiendo su rostro entre ellos.

- Nae. - Murmuró en un suave ronroneo-

Chaeyoung había entrado en celo.

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Perdón por no haber actualizado, la escuela me tiene demasiado ocupada con exámenes y tareas, prometo actualizar lo más que pueda <33.

ꗃ ¡𝐔𝐧𝐧𝐢𝐞!║▎𝐍𝐚𝐲𝐞𝐨𝐧 𝐡𝐚𝐫𝐞𝐦Where stories live. Discover now