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(Find You)
18 años después...
Aún tengo recuerdos de ti cuando estabas aquí
Joy no prestaba atención a lo que estaba diciendo y solo jugaba con los anillos que adornaban su mano. Perdió el interés en algún punto de la conversación pero le daba igual, ella era la dueña de la empresa, ¿que iban a hacer al respecto? ¿despedirla?
Miró hacia la ventana y pudo ver algunos copos de nieve comenzar caer. Su cuerpo se tensó ante la vista. No le gustaba la nieve.
En otro lado, no muy lejos de la sala de juntas, el señor Kim buscaba desesperado entre los papeles de su escritorio. Necesitaba el informe para la reunión que ya había dado comienzo. Unos golpes en su puerta llamaron su atención, su hija, Kim _____, estaba apoyada en el marco de la puerta mientras sujetaba la carpeta con el informe que tanto estaba buscando.
—Te lo dejaste en casa.
El señor Kim aceleró el paso hasta llegar a su hija y la abrazó con fuerza mientras le repetía lo agradecido que estaba. Su jefa podía llegar a ser cruel y no tener el informe le daba la razón perfecta para que lo despidieran.
—Muchas gracias, cariño. —Dejó un beso en su cabeza. —Me has salvado. —Dijo soltando un suspiro de alivio. —Prometo que te lo compensaré. —Dijo antes de salir casi corriendo a la sala de juntas.
_____ se acomodó la mochila a su espalda y se iba a dirigir hacia el ascensor pero Yeri, la recepcionista a la cual ya había visto en varias ocasiones la saludó.
—Sé que hoy es tu cumpleaños. —Dijo sonriente. Hoy _____ cumplía dieciocho años y estaba segura de que su padre era el responsable de que ella lo supiera. —¿Te apetece ir a por algo de desayunar? Yo invito.
—No tengo mucho tiempo, tengo que volver. —Hizo una mueca al recordar que debía de ir a clases.
—Vamos, solo será un momento. —Se levantó de la silla y empezó a agarrar algunas de sus cosas. —Los de la planta de arriba tienen un máquina de café impresionante.
—¿Les robas el café? —Preguntó ______ con diversión.
—Solo a veces. —Se encogió de hombros mientras sonreía.
después de que te dejé ir, aún puedo escuchar tu voz
Después de quince minutos, Joy se levantó de su asiento llamando la atención de los presentes.
—Si solo van a proponer idioteces para eso no nos reunamos. —Dijo con rostro serio. Los hombres sintieron un sudor frío por sus nucas. —Con estas ideas no llegaremos a nada. —Agitó los papeles antes de tirarlos en la mesa y que quedaran esparcidos por la mesa.
