Perdido en el bosque - Capítulo de Tristán

6 2 0
                                    

No sé cuántos días llevo caminando sin rumbo, no sé a donde tengo que llegar, pero sigo el camino que me dicta mi corazón. Todas las mañanas me despierto desorientado, sin saber a donde debo caminar, si tan solo algo tuviera sentido, pero nada lo tiene, nada tiene sentido aquí en el bosque.
Estoy seguro de que llevo días caminando en círculos, pero no lo sé, todos los árboles son iguales aquí, debí quedarme en el pueblo, estoy seguro de que estaría mejor si estuviera ahí, con Rosa, con Camilo y principalmente con Eliot, ¡Vaya! No sabes lo mucho que extraño a Eliot, sobre todo porque las últimas noches dormí con él, me gustaría poder estar con él en el bosque y tener la valentía para decirle que me gusta.
Todos los días son iguales aquí, me despierto, tomo agua, como alguna cosa que me encuentro en el camino, camino hasta que mis pies no puedan más, entonces me detengo, tomo agua y como alguna cosa que encontré en el camino. Estoy seguro de que he perdido mucho peso, me he tenido que empezar a vestir con la ropa que encuentro en el camino ¡No entiendo porque hay tanta ropa en el camino! He aprendido a crear mi propia ropa, así que tomó las telas y las modificó para crear mi ropa, es la única actividad que me mantiene cuerdo, creo que tengo algo de cordura dentro de todo. Lo peor de estar aquí en el bosque es que ni siquiera sé como volver, no recuerdo el camino al pueblo, debí dejar algunas señales, quizá Eliot las encontraría y me seguiría, debí decirle que me acompañara, estoy tan seguro de que él ya hubiera encontrado a ese príncipe de mis sueños. Fui tan estúpido con mis palabras, no debí decirle que era un simple artesano, claro que creo que es mucho más que eso, estoy seguro de que en estos momentos es el mejor buscador de tesoros que el pueblo podría tener, sí tan solo estuviera conmigo, sin tan solo sus ojos me miraran a mí.
Me levanto de la cama que hice con trozos de la ropa que encontré en el camino, meto las cosas que hice y me preparo desayuno. El té de flores de naranja hace que me duela la cabeza, así que lo remplace con té de una flores rosadas que encontré en el camino, su sabor es el más dulce que he probado y gracias a este, me siento con mucha energía para esas largas caminatas que he tenido durante estos largos días.
- ¿Por qué te enamoraste del príncipe?
Vuelvo a recordar esa voz, parece que es esa chica que se llama Pía, a veces me quedo pegado mirando a la nada y puedo recordar a la chica de pelo blanco y tes gris. No entiendo porque tengo su rostro tan presente en mi mente, es casi tan cercano, como si la hubiese visto ayer. No recuerdo mucho la cara del príncipe, solo recuerdo su pelo rojo y su nombre… ¿Elías? El príncipe Elías. Siento ruido entre las ramas de los árboles, me asusto y tomo mis cosas lo más rápido que puedo y empiezo a correr. Me siento observado, quizá solo sea la sensación de saber que uno esta solo… Estoy solo y tengo miedo, no quiero mirar a los lados, tengo miedo de que aparezca alguien y acabe con mi vida, aun tengo cosas que encontrar, aún tengo cosas saber.
Empecé a correr hasta que dejara de sentir esa extraña sensación de que alguien me estuviera mirando, deje de fijarme en el camino que estaba siguiendo hasta que me tope con una extraña sombra, creo saber quien es, corro emocionado para ver su cara, lo extraño tanto, estoy seguro de que es él.
- ¡Eliot! – empiezo a gritar para que voltee a verme, estoy seguro de que estuvo buscándome todo este tiempo, estoy seguro de que me…
Mi corazón se destruye cuando me doy cuenta de que es un montón de ropa acomodada, mi mente me acaba de jugar una mala pasada. Me siento estúpido, no debí gritar su nombre, claro que no me ama, si solo tiene ojos para Jazmín. Mis lagrimas empiezan a salir, me empiezo a descontrolar, no tengo ganas de seguir viviendo esta mentira, lo necesito, necesito que este junto a mí. Empiezo a llorar tan fuerte que puedo notar como la ansiedad me empieza a comer, me duele todo el cuerpo, estoy tan tenso que mis músculos me duelen, se me cierra la garganta y no puedo respirar, creo que voy a morir, me estoy ahogando, necesito ayuda, ¡Necesito ayuda!
- ¿Tristán? – escucho la voz de un chico, creo que es Eliot.
- ¿Eliot? – le digo - ¿Eres tú? ¡Ayúdame por favor!
Siento que unas manos me abrazan por la espalda.
- Tranquilo, estoy aquí – me dice un chico, creo que no es Eliot, su voz no se parece.
Se pone frente a mi y veo a un chico, su pelo es rubio, creo que nunca había visto a alguien así, ni siquiera se porque sabe cómo me llamo. Su presencia me pone tranquilo, pero tengo miedo, no sé si debería estar aquí, no sé si debería confiar en él.
- Tranquilo, toma un poco de esto – me dice mientras me da una hoja, la coloca en mi boca – ahora máscala, esto te ayudara con ansiedad que sientes, tranquilo, estoy aquí para cuidarte Tristán.
- ¿Quién eres tú? – digo confundido mientras mastico la hoja que me dio.
- Claramente las flores naranjas te afectaron – dice él – pero ya estoy aquí, te prometo que te sacare pronto.
- ¿Me puedes decir quien eres?
El me pone su mano sobre mi boca para hacerme callar.
- Debemos huir, se acercan los lobos – me susurra – vamos, párate sin hacer mucho ruido.
Le hago caso y lo sigo. Me lleva hasta una cabaña, me dice que entre y que tome asiento. No sé si debería confiar en alguien que no conozco, de todas formas, lo hago, estoy solo, él debe saber lo que tengo que hacer.
- Soy Ilan, no me conocer, pero yo sí a ti… Bueno, si me conoces, pero ahora no te puedes acordar de mí – empieza a buscar algunos frascos – Soy amigo de tu padre y del rey también, bueno del antiguo rey, no de Elías… Perdón, estoy tan nervioso, no pensé que te iba a encontrar Tristán, tu padre estará tan feliz de volver a verte.
- Eres demasiado joven para ser amigo de mi padre – le digo, ni siquiera recuerdo a mi padre, pero este chico parece como si tuviera mi edad.
- Tu padre era amigo del mío – me dice – lamentablemente mis padres murieron en el mismo accidente donde murieron los padres de... Bueno, esa es mucha información, ni siquiera se si sabe de la existencia de Eliot, a pero verdad que pensó que era él, aun debe estar enamorado de ese chico – empieza a soltar muchas frases mientras busca desesperadamente en sus frascos – aquí esta – dice al encontrar algo – Toma, muerde esta hoja.
Pone otra hoja en mi boca, su sabor es muy amargo.
- Con esta planta no te volverás a enfermeras por algunos días, le enseñe todo lo que sabia a esa chica que estuvo aquí, ni siquiera me dio las gracias cuando se fue, que descortés de su parte… - se queda mirándome – Lo siento, no veo ha tantas personas, menos a una viejo amigo.
- Ilan, hablaste de un tal príncipe Elías – me quedo mirándolo mientras meto la hoja en mi boca - ¿Sabes quién es él?
- No sé tanto sobre ese chico – me responde – era un niño cuando decidí venirme a vivir al bosque, pensé que iba a encontrar a mis padres, pero ya aprendí a vivir sin ellos, todo gracias a tu padre, por eso es mi amigo.
- ¿Qué sabes de mi padre? – le digo.
- ¡Vaya! Era un gran hombre, lleno de vitalidad, lleno de alegría, digno de llamarlo amigo… Lo siento – ve mi cara confundido – tratare de calmarme Tristán.
Se queda en silencio un rato, mira sus pies mientras se mueven.
- Supongo que recuerdas a Eliot – me dice – gritaste su nombre cuando me acerque para hablarte, ¿Aun te gusta?
- ¿Qué?... ¿Cómo sabes eso?... – miro su cara y le respondo suspirando – Sí, aunque el está enamorado de Jazmín.
- ¡Vaya pareja esa! – me dice riendo – No hay nada que los pueda separar, ni siquiera la enfermedad de las flores naranjas.
No entiendo nada de lo que dice, así que le pido que me explique, pero que lo haga lento, necesito que Ilan se calme. Luego de una larga conversación, creo que entiendo un poco más respecto a la enfermedad de las flores naranjas y del príncipe Elías, aunque sigo sin entender la mayoría de las cosas que me dice mi nuevo amigo.
- Tristán, ¡Debemos ir a buscar a tu padre! – me dice – no sabemos nada de él durante todo este año, ¡Debemos ir a buscarlo!
- ¡Calma! – le digo – aun no entiendo ni la mitad de las cosas que me dices Ilan, necesito encontrar a esa comunidad de las flores rosadas que me dices.
- Llegar allá será un largo camino – me dice – pero podemos empezare mañana, yo te acompañare.
- ¿En serio?
- Claro que sí, le debo una mano a tu padre, se la devolveré tratando que su hijo recupere su memoria – me responde y me da un abrazo, por fin ya no me siento tan solo.

La Caja de Los Recuerdos: "Escaping The Forest"Where stories live. Discover now