Uno: Cuento De Hadas

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5 rosas decoraban su mano izquierda. Tan solo una última y podría volver por fin a su tan preciado lugar.

¿SeokJin seguirá en su casa? No estaba seguro de a qué día estaban, aunque por más que fuera fin de semana él no era mucho de salir. Mucho menos después de lo que había pasado. Podía asegurar que seguía triste por eso, y lo odiaba.

Odiaba que estuviera triste por su culpa. Porque SeokJin merecía lo mejor, merecía ser feliz y él lo había hecho llorar.

Lo siento cariño, pero fue lo necesario. Tenía que hacerlo para poder vivir felices para siempre en nuestro cuento de hadas, justo como lo prometimos.

Había fantaseado tantas veces con poder decirle esas últimas palabras. Con poder despedirse. Poder consolarlo una última vez. Su mente solo se centraba en eso cuando no estaba ocupado juntando rosas.

Y hoy por fin podría lograrlo.

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— ¿Duele?

— Me duele más ver tu cara de tristeza.

— ¡Agh! Deja de decir esas cosas en momentos como este. — SeokJin golpeo su hombro. Sabía que decirle esas cosas lo avergonzaban y, maldición, eran tan hermosas sus mejillas pintadas de carmín.

Jalo de su cintura aprovechando que había desviado la mirada y lo sentó en sus piernas. SeokJin tardo unos segundos en procesar, pero cuando finalmente lo hizo sonrió rendido.

— Tu ojo se ve muy mal, van a terminar matándote un día.

— Si es por ti, vale la pena.

— Hablo en serio, Min. — Su voz se agravó. — A veces solo desearía estar en un lugar tranquilo. Un cuento de hadas. Donde podamos amarnos sin miedo a nada, ¿te imaginas?

— ¿Un cuento de hadas?

— Si. O un país de las maravillas, como en ese libro nuevo que te preste.

— Sabes que no lo leí. — SeokJin lo miro frunciendo el ceño. Le hizo el mismo gesto y ambos terminaron carcajeándose segundos después.

Se tiro de espaldas a la cama en la que estaba sentado. SeokJin cayó a su lado y lo abrazo. Deseaba poder estar asi por siempre.

— Quiero vivir en un cuento de hadas contigo, Yoongi.

Dió un largo suspiro, sabía que tenía una sola forma de lograrlo.

— Te prometo que algún día lo haremos, cariño. Te lo prometo, voy a llevarte a un cuento de hadas.

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— Yoongi. — El terror en su voz le partió el alma... por así decirlo.

— Cariño...

— T-Tu... — SeokJin corrió a una esquina de la habitación y se froto los ojos con ímpetu.

Cuando él había llegado SeokJin se encontraba escribiendo algo en el escritorio de su habitación, pero el pánico lo recorrió apenas vio a Yoongi.

— I-Imposible, tu... tu estas- ¡Muerto! ¿¡Como es posible que estes aquí!?

— Shhh, no grites o despertaras a todo el mundo. — Hizo señas con sus manos y brazos para que bajara el volumen de su voz, pero su amante en pánico no le prestó atención.

— ¡No! ¡Imposible! ¡Yo vi tu cadáver, no hay forma de que estes aquí! — Suspirando, se resignó a que no le haría caso. — ¡N-No! ¡No! ¿¡Que haces!? ¡Aléjate de mí! ¡Al-

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