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{Enero 2007}

El domingo había llegado, las dos familias estaban en el auto camino al pequeño campo donde harían su día de campo.

Los dos cachorros estaban en su silla especial dormidos mientras sus manos estaban unidas y colgando enmedio de los dos asientos, a su lado estaba el castaño acostado en el hombro de su alfa y este estaba al lado de la ventana dormido también.

El único que hiba despierto -aparte del rubio- era el Omega rizado que estaba emocionado viendo a través de la ventana todos los paisajes.

El rubio Hiba concentrado en el camino sin voltear a ver a nadie más, estaba un poco cansado y tenía miedo de perder el control del volante por distraerse, pero hiba sonriendo, él también estaba emocionado por el día de campo.

Todos habían despertado muy temprano, el campo estaba a dos horas de la ciudad y debían llegar temprano para escoger un lugar donde no pegara mucho el sol para que no molestará a los bebés.

Después de unos -muchos- minutos, el auto para en una gasolinera, tal parece que todos lo sintieron por qué todos despertaron, el morenito tallaba si ojo con su puño intentando alejar el sueño, a diferencia de él, él omeguita lloraba intentando tener la atención de sus padres.

-Aquí estamos amor, tranquilo bebé -dijo el castaño

-Ven aquí Boo -dijo el alfa tomándolo en brazos

El omeguita estiró sus pequeñas manitas al alfa moreno y este lo tomo de las axilas para abrazarlo a su cuerpo después, el cachorro de inmediato escondió su carita en el cuello del alfa aspirando así el olor que su padre emanaba.

-ico -susurro el pequeño

-Huele rico Omega? -preguntó el alfa sonriendo

-Ti -volvió a susurrar

El moreno soltó una risita sintiendo a su cachorro pegarse más a él -como si fuera posible- para aspirar audiblemente el aroma del mayor y llenar sus pulmones de esa fragancia que solo él tenía.

Por si parte, el alfita moreno solo observaba las acciones del menor con ojitos brillosos de cariño, sus mejillas se pusieron rojitas cuando el Omega castaño y el alfa lo atraparon viendo a su bebé de esa manera.

-Que ocurre alfa? -preguntó el moreno

-Puedo ablazar a meguita? -preguntó

-Claro que si cachorro, ven acércate -dijo el mayor

El cachorro se acercó a él con precaución, realmente el alfa le daba un poco de miedo, cuando estuvo cerca el omeguita saco la cabeza del cuello de su padre y al verlo se aventó a él dejando un beso baboso en su mejilla derecha. Eso causó un gran sonrojo en el alfita.

-Mira que bonito tomate -dijo el castaño

El pequeño moreno escondió su cara en el pecho del Alfa mientras soltaba una risita de vergüenza causando que todos los adultos rieran y el omeguita lo imitó escondiéndose de igual manera.

Después de cargar la gasolina necesaria el alfa rubio continuo con el camino al campo.

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Las dos horas de viaje terminaron y ambas familias llegaron a su destino.

Ahora estaban acomodando las mantas en el campo para poder bajar la comida y postres que habían preparado los omegas. Los dos cachorros estaban sentados en el césped mientras jugaban entre ellos.

Meguita «Zouis» Original Donde viven las historias. Descúbrelo ahora