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•Una mariposa•

•Una mariposa•

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-¿No estas con la vasija?- Hablo la rubia, miraba el paisaje ignorando los movimientos de ____

-Tsukumo, Quiero que me digas que han dicho esos viejos...-

-No te gustara para nada, pero, como ya sabes, se ha culpado a yaga, al que suponen es el geto real y a gojo...también se te asocia a ti el incidente-

-¿Qué? ¿Yo?-

-Se ha declarado cómplice del suceso por ser hmmm algo así como "el único gojo" –Hizo las comillas con sus dedos y con una expresión incómoda –Por eso si te ven, van a matarte. Otra cosa...Tienen capturado a panda para atraer a yaga y ahora la ejecución de la vasija continua. ¿Qué harás, ____?-

-Desde antes gojo-sama, sabía que algo en su contra pasaría. Se me encomendó proteger a yuuji con mi vida.- Puso sus manos cerca de su rostro y lo tapo –Pero antes quiero salvar a panda-

Sorprendida se hizo delante de él -¿Salvar a panda?-

-Eso atraerá al director yaga. Yaga es parte importante de la adolescencia de gojo-sama, no permitiré que cuando el salga, no estén los que son importantes para el.-

-Suenas como un rarito de esas novelas. Bien, haz lo que creas correcto. – se giró y caminó alejándose del afligido hechicero, quien apenas sintió que se había alejado la mujer, lloró. Sin esperarlo llegó el peli rosado que se había preocupado por él pero solo pudo quedarse en su lugar, no teniendo el valor para decirle sobre las bajas en el accidente. Siguió llorando sin importarle que itadori lo mirara.

Ya era de noche, Choso, itadori y ____ se encontraban en un centro comercial abandonado, itadori dormía en las piernas del sirviente y él le acariciaba el cabello, todo siendo visto por choso. –Deberíamos buscar otro lugar para que mi onii-chan duerma más cómodo. Mañana será un día cansado, el qui-

-Lo sé, choso. Yuu se durmió en mis piernas cuando me senté en las escaleras.- Hablo rencoroso, aún mantenía cierto enojo hacia quien casi lo mata, pero se mantenía serio, por muy raro que fuera era el hermano del peli rosado. El pelinegro miró de arriba abajo, para retirarse. -¿Qué, a dónde vas?- no recibió respuesta, pero tal vez ese era el momento correcto para hablarle a itadori. Suspiro y se preparó, aunque algo pasó primero por su mente.

-Sukuna.- Ante el llamado una de esas líneas en los pómulos de itadori se abrió, dejando ver un ojo rojo. Mirando atento. -Sukuna ya recuerdo todo. Hasta los seis años de la pequeña- Eso hizo que se abriera más el ojo, en sorpresa. -Pero ya no siento ese revoltijo, esos abrazos y caricias tan vividos que comencé a experimentar luego de nuestro pacto, me repugnan... Solo siento desprecio y lo asqueroso que fue mi yo del pasado, esperando a una maldición tan putamente bastarda. Sentí su miedo, tristeza y rencor, amor y anhelo, para ti y la niña. No me corto la yugular por la petición de satoru.-el ojo de sukuna solo lo vio por un rato más y luego lo cerró. Sintiendo un gran peso en su pecho decidió alzar delicadamente la cabeza del contrario y dejarla reposando en las escaleras, se levantó y fue por su espada. Siendo lanzado hacia él él objeto, era choso.

Hiren | Ryomen Sukuna || CANCELADAWo Geschichten leben. Entdecke jetzt