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Dos semanas desde aquel incidente extraño con Yerim

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Dos semanas desde aquel incidente extraño con Yerim. En todo este transcurso de tiempo ha recibido comentarios y observado un comportamiento lujurioso de su amiga hacía ella.

Yerim le gustaba, es precisamente por esto que aquellos actos por su parte la ponían bastante nerviosa, sin que la dejase reaccionar siquiera pero siempre teniendo un poco de compostura mental e ingeniárselas para poder escapar de las tentaciones que la pelinegra le ponía.

Hablando de tentaciones. Cada una de estas era peor apenas avanzaba el tiempo, ya no eran sucios juegos de palabras. Hasta la atacaba visualmente, me refiero, usando prendas provocativas. No ropa corta, nada de eso, cada quién está en el derecho de hacerlo. Pero Yerim se atrevía a usar lencería y andar así por el departamento siempre acechándola.

El día de hoy, subió un nivel más. Jinsol se encontraba cocinando, cuando la mayor se acercó a ella sólo en unas bragas de encaje, haciendo que su trasero resaltase de buena forma y su intimidad se viese apretada. Vestía una blusa corta, al parecer, no traía sostén, sus pezones se marcaban.

Jinsol mordió su mejilla interior, tratando de actuar como si eso no le hubiese causado nada y rogándole a Dios que su polla no despertara. Enfocando con su estrategia de siempre, sus pensamientos en cosas distintas.

—¿Qué estás haciendo hoy, Jinsoullie? — Eran las nueve de la mañana, seguro la joven ya moría de hambre.

—Estaba fritando unas salchichas — Señaló el satén — Mientras que mezclaba esto —Ahora señaló un gran plato con una mezcla y un cucharón dentro.

Yerim se acercó a este, negó al instante —Jinsol no has mezclado bien. Mira, te enseño. Acércate.

La rubia lamentó no haber comprado una estúpida batidora cuando tuvo la oportunidad. Sin tener más opciones se acercó, mantuvo su distancia. Claro, hasta que Yerim tomó su mano entrelazándola con la de ella.

Ahora, la mayor se encontraba de espaldas a ella, con su trasero semidesnudo pegado a su entrepierna. La rubia apretó los ojos, ese pequeño roce la puso dura.

Yerim empezó sus movimientos, comenzó a batir —Procura no despegar tu vista, Jinsol-ah, debes aprender a hacerlo bien — Ella parecía risueña mientras que la contraria era un infierno por dentro.

Su pene quedó completamente erecto por primera vez, el pequeño roce que sintió al principio se convirtió en una presión parte con parte. Yerim sabía, sabía que seguramente la menor estaba en un estado completamente ido del mundo, así que de repente, movió sus caderas formando un pequeño circulo. Mordió su labio inferior al sentir el gran miembro de la menor rosar contra ella, definitivamente estaba muy dura y Jinsol necesitaría ayuda con eso.

La pobre rubia sólo tenía dos opciones. La primera era rasgar las bragas de la mayor, sus bóxers y finalmente tomar posesión de su cintura; adentrar su polla y follarla duro de una vez por todas. También estaba la segunda, que era salir corriendo como flash al baño.

Eligió la última.

Eligió la última

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—Ah... Joder — Gimió al recibir el orgasmo en su mano.

Se levantó del sanitario y lavó sus manos, gruñó al ver su reflejo en el espejo. Yerim hizo que llegase al punto de tener que masturbarse. Como fue dicho anteriormente, Jinsol gustaba de Yerim, pero nunca se atrevió a masturbarse pensando en ella.

Quitó su playera y se metió a la tina. Se relajó por completo cerrando los ojos, y sumergiendo la mitad de su cabeza en el agua.

No sabía cómo vería a su amiga directamente después de haberse masturbado con ella en mente. Era una locura, Jinsol quería creer que la pervertida era ella, que sus hormonas se habían disparado de repente y por eso cada acción que Yerim hacía la ponía dura.

Aunque todos sabemos que no es así.

Mientras tanto, la pequeña Diabla yacía puchereando en su habitación frente al espejo mientras planchaba su cabello.

—¿Por qué Jinsol no me deja chuparle la polla? — Habló como si sus peluches la escucharan.

—Lo sé señor osin. Somos amigas, pero creo que no capta lo mucho que quiero tener esa paleta en mí boca.

—¡Le guste o no ningún humano portante de un pene se resistiría! — Exclamó casi en un grito.

Suspiró, sabía que necesitaba calmarse —¿Sabes? Se la chuparé mientras duerme.

Jinsol jamás se esperaría algo como lo qué pasó a continuación.

Jinsol jamás se esperaría algo como lo qué pasó a continuación

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¿ 𝙋𝙪𝙚𝙙𝙤 𝙘𝙝𝙪𝙥𝙖𝙧𝙡𝙖 ? 𖦆 𝚂𝚘𝚞𝚕𝚁𝚒𝚖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora