Te Enamoraras de Mi

Capitulo 8

Eda, Se encontraba en un momento pacífico, ningún torbellino ni problemática, todo su pensar era para su futuro bebé. El doctor le había recordado la importancia de mantenerse lejos de los ambientes estresantes y poco agradables.

Bien, ahora resulta que todos sus ambientes estresantes eran la oficina y sus personas "favoritas" Selin y Serkan, este último por volver a ser el mismo desalmado de antes. Claro que el no tenerlos cerca le servia de algo, aunque todavía sufría por no tener a su amor cerca de ella, viviendo este proceso juntos.

Engin y Piril tuvieron la maravillosa idea de hacerle una visita, tenían algo importante que anunciar y querían contárselo a Eda.

—Estoy muy emocionado —expresó Engin, tenia una enorme sonrisa plasmada en su rostro, abrazaba a su esposa a su lado—. Eda, esta es la mejor noticia de mi vida.

La mirada de confusión de Eda era intercalada en la pareja, no entendía nada.

—Me alegro por ustedes, pero enserió, por favor hablen ya.

La pelirroja y el castaño se miraron cómplices, sosteniendo sus manos con las del otro.

—Eda, estoy embarazada. Tú bebé y mi bebé serán amigos —soltó Piril, dejando salir algunas lágrimas, gimoteando—. Lo siento.., es que me hace demasiado feliz.

Engin abrazo a su esposa y le susurro palabras con cariño. Eda se quedo sin habla, simplemente se levantó de su silla y dio algunas vueltas en su sitio mientras canturreaba completamente eufórica.

—¡Esto es maravilloso! tendrán un bebé, yo tendré un bebé, es el año de bebés —se lanzó encima de sus amigos abrazandolos—. Serán los mejores amigos.

Piril y Eda se pusieron sentimentales comenzando a llorar juntas, mientras que el pobre de Engin no sabia que hacer para ayudarlas con el desorden emocional de embarazadas.

—No... bueno deberíamos celebrar. Hagamos una fiesta de anuncio.

—Pero... todavía Serkan no sabe de la existencia de su hijo, tendrán que hacer el anuncio de su bebé, yo no puedo.

Eda detuvo su llanto, comunicando su situación con pena, pasando sus  manos por sus ojos para eliminar los rastros de su llanto.

—¿No planeas contárselo? Se esta haciendo preguntas, cree que tu estado de salud es grave, con lo obsesivo que es,   piensa que es mejor que estés lejos mientras te recuperas.

—Mejor que lo crea así, Engin. No siento que sea el momento —suspiró volviendo a tomar asiento frente a ellos—. Además con la pérdida parcial de su memoria no creo que se lo tome bien.

—Es su hijo, Eda. Serkan tendrá que saberlo de ti —aclaro Piril.

—Ya lo sé, se lo diré, pero no ahora.

La pareja asintió. Después de una larga conversación tuvieron que irse a la oficina, al parecer Serkan los necesitaba y estaba hecho una furia porque no se habían presentado al trabajo. Eda se puso a reír cuando Engin hizo muecas remedando las palabras de su amigo con burla.

—Nos vamos Eda, mi amigo se esta poniendo como una cabra. Te vemos luego, cuídate y cuida de mi  sobrino.

Les dio una sonrisa en respuesta y se despidió de cada uno. Eda entró en casa y fue a su habitación a cambiarse, hoy iría al muelle a oler la brisa marina y a deleitar sus papilas gustativas con una deliciosa comida, tenía ganas de comer fuera.

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El sonido de las olas era todo su enfoque, pensaba en como su pequeño se emocionaria igual que ella con cualquier cosa relacionada al mar. Era emotivo y dichoso mirar ese futuro.

—Veo que te encuentras mejor —inquirió una voz gruesa, completamente reconocible para Eda.

—Serkan...

—No te entiendo Eda. Me dices que te enfermas y que te encuentras indispuesta, por si no lo has notado, tenemos una empresa e intentamos cumplir con los proyectos.

Le estaba reclamando, ¿como podía? Es que no entendía que indirectamente le decía que no quería verlo.

—No tienes por que recriminar nada. Engin y Piril ya te informaron que lleve el peso de la empresa sobre mis hombros, me merezco un descanso.

Serkan chasqueo la lengua, su mandíbula se endureció y la vena de su frente apareció por la cólera.

—Tienes el cuarenta y cinco del porcentaje de acciones en la empresa —alegó—. Se supone tu presencia por mayoría si o si.

Eda suspiró y lo miro directamente a los ojos, no sabía que decir, así que le dijo la verdad.

—El doctor me recomendó alejarme del estrés.

—Enserió... ¿Eso qué tiene que ver?

—Al contrario de ti, la gente encuentra la tranquilidad en actividades fuera del trabajo —respondió—. Tu me causas estrés, tu y tu actual novia.

—¿Selin?

—No la menciones, me enoja que a ella si la escuches y conmigo no te diste ni siquiera la oportunidad.

—Bien... Te escucho.

Serkan se sento en el banco justo a su lado con la mirada al frente. Ella lo miró sorprendida un fueguito de esperanza creció dentro de si y una sonrisa se asomó.

—Bueno, todo empezó con la beca...

Eda empezó a relatar lo más importante de su historia, con el inicio y hasta el día de su boda.
Las expresiones de Serkan iban desde la duda, al asombro y la neutralidad.

—No puedo Eda, ese Serkan es tan distinto a quien soy —fue lo primero que dijo—, entiéndeme, he perdido mis memorias.

—Te entiendo, verdaderamente lo hago, pero tu ¿me entiendes?

Serkan no respondió. Eda lo observo tratando de encontrar una pizca de compasión y amor en su mirada, el volvió su rostro hacia ella y la miró.

Conectaron y el corazón de Serkan latió precipitadamente, no le gusto la sensación, esa de no tener el control de sus emociones. Trago grueso, no sabía que responder.

—Vuelve al trabajo cuando estés lista, adiós.

Se fue dejando a Eda en ese banco con los ojos cristalizados, paso las manos por su cabello castaño, frustrada, no entendía a Serkan su comportamiento era tan inestable e inesperado que lograba conmoverla y desornar cada uno de sus sentidos, pero de algo estaba segura. Serkan la quería cerca, era obvio, estaba dispuesta a recuperarlo mientras no se volviera complicado podría lograrlo.

Eventualmente Serkan se volvería un sobreprotector, receloso.

Tenía un plan.

Y sabia a quien acudir.