CAPÍTULO 7

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ASHER

— Eso fue lo mismo que me dijo el oficial Darlot. — respondió extrañada — ¿Eres vidente?

Reí por lo bajo de su chiste.

— No soy vidente señorita Fernsby. 

— Ya veo.

— Vayamos al campo de fútbol. — sonreí — Fumar en los baños no es lo mío.

Lyham negó instantáneamente con la cabeza.

— En este momento tenemos clases, los horarios son estrictos en la preparatoria, no estás en tu castillo para hacer lo que quieras. 

Pensé que me seguiría, una parte de mí me hizo creer que Lyham Fernsby era mucho más fácil, pero tal ves convencerla me costaría un poco más de lo que pensaba. No necesite mucho tiempo para encontrar una idea muy buena de chantaje, gracias a dios siempre supe todo sobre la preparatoria, e incluso sobre cada alumno, se me iba hacer muy sencillo chantajearlos a mi gusto.

— También está prohibido que un chico haga visitas nocturnas a tu habitación. — me agaché y me puse a su altura hasta que nuestros rostros se quedaron frente a frente — ¿Me equivoco señorita?

Lyham abrió los ojos como platos, fácilmente note su nerviosismo al escuchar mis simples palabras, ella sabía que estaba en problemas pero no quería aceptarlo tan fácilmente.

— ¿De qué estás hablando? — arqueo su ceja — ¿Cómo que visitas nocturnas?

En ese momento me puse a carcajear.

— Lyham, deja de hacerte la inocente. — agregué — Talves tengas alas, pero créeme que no son alas de ángel, yo diría que son alas de una gárgola.

Su rostro cambio ante mi respuesta, se veía ligeramente ofendida.

— No sé de qué hablas. — replicó — Pasas demasiado tiempo fumando hierba.

— ¿Estás segura de que Jason no te visita por las noches? — me acerqué ligeramente a su rostro — Espero que la presidenta del comité estudiantil sea lo suficientemente valiente como para aceptarlo, dudo que seas una cobarde. — le mire fijamente — ¿Qué relación tienes con Jason?

— Solo es amigo de mi hermano, es todo. 

Siempre me gustó jugar con la mente de las personas, pero sobre todo, siempre disfrute observar cómo reaccionaban ante ciertas situaciones estrésantes o difíciles de manejar.

Era prácticamente lo que hacía con Lyham, quería saber hasta dónde podía llegar.

Note como su rostro se ruborizaba ligeramente. Al instante apartó la mirada, una clave señal de vergüenza, ella sabía que no podía mentirme. 

— ¿Tienes mied...

Antes de que pudiera terminar mi pregunta, Lyham me interrumpió.

— Si es verdad. — soltó de repente — Jason suele colarse en mi habitación, pero es mi novio no pienses mal.

Sonreí par mis adentros.

Siempre consigo lo que quiero, y aunque ya sabía que Jason y Lyham son pareja  a escondidas, quería escuchar admitirlo a alguno de los dos.

Me aleje de ella y la observe desde mi altura.

Se veía tan pequeña e indefensa a mi lado, como si fuese una muñeca de porcelana.

— Vamos al campo, no creo que quieras que todos se enteren de tu relación secreta.

— De acuerdo ... — acepto a regañadientes.

                                                                    o • o

Llegamos al campo de fútbol y todo estaba tal y como yo lo recordaba.

Era como si hubiese vuelto en el pasado, a aquel día en el que mi madre me mostró la preparatoria, en donde me dijo claramente que terminaría estudiando para finalmente concluir con mis estudios y ser un orgullo para la monarquia.

Que mierda de planes hizo mi madre con mi vida.

Lyham y yo caminamos hasta los bancos que estaban  en cada costado de la cancha de fútbol, luego nos acomodamos en uno de ellos justo debajo de un árbol, que nos daba bastante sombra a pesar de que casi ya no tenía hojas por la temporada de otoño.

— ¿Cómo sabías sobre mi relación con Jason? — intrigada se sentó con las piernas cruzadas — No hay nadie que lo sepa, ni siquiera mi mejor amigo Harry lo sabe.

— Se lo necesario Lyham, y si digo que se lo necesario es básicamente que lo sé todo.

Ella parecía estar sorprendida.

Lyham no tenía la menor idea de que yo sabia precisamente quien era ella desde hace muchos años, le estuve siguiendo durante este tiempo y finalmente la tenía frente a frente. Ella era muy distinta a como me la habían descrito, me habían dicho que era una chica exageradamente callada y tímida pero de eso no parecía tener mucho. Llevábamos poco tiempo hablando pero mis ganas de conocerla más y más iban aumentando con el paso de los minutos.

— ¿Cuántos años tengo? 

La mire y sonreí.

— Acabas de cumplir 17. — respondí — Se nota que no confías mucho en mi palabra.

— Logan me dijo que tuviese cuidado contigo, y si le sumamos que apenas nos conocemos, por obvias razones debo desconfiar un poco.

— No deberías desconfiar en un príncipe, nuestra palabra es muy importante.

Ella carcajeo.

— Desconfío de los príncipes con tatuajes.

Bastante buena usando palabras, tan sarcástica y creativa en cada frase, al igual que yo.

— No soy un criminal señorita Fernsby.

— Das más pinta de pandillero que de príncipe para ser honesta.

Algo que si era cierto, era que esta chica es jodidamente directa, no parece guardarse nada.

— Para ser la presidenta del consejo estudiantil, no tienes modales frente a un heredero.

— No eres un ejemplo a seguir, así que no debo tenerte una clase de respeto.

Me sorprendía su actitud. Frente a los demás tenía una imagen pura y sofisticada, pero frente a mí parecía ser bastante rebelde en comparación a su personalidad frente a los chicos de la preparatoria. Mierda, me quedé impresionado.

Tal ves yo tenía el maravilloso poder de hacerla ver como en realidad es.

Una chica rebelde, directa, y bastante sarcástica.

— Dime Fernsby, a parte de Will ¿Tienes hermanos?

— Había olvidado que sabes todo sobre mi, pero no, solo tengo a Will. — respondió — Cuando tenga la oportunidad te lo presentaré, creo que aún no se conocen. 

"Eso es lo que tú crees Lyham" pensé para mí mismo.

— Deberías explicarme un buen día, como es que sabes todo sobre los alumnos de la escuela — resopló — Espero que no le digas a nadie sobre Jason y yo.

— Un buen día te lo contaré, y no, no le diré a nadie ya que no es mi asunto.

— Bueno, gracias. — asintió ligeramente con la cabeza — ¿Qué hay de ti? ¿Tienes hermanos?

— Soy hijo único.

Lyham me miró y sonrió cínicamente.

Su sonrisa me hizo sentir algo que nadie me había hecho sentir antes.

Fue una sensación muy extraña que recorrió mi cuerpo.

— Eres bueno mintiendo, pero yo soy mejor haciéndote creer que te creo. — respondió.


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