In Another Life [YeonGyu]

5

YeonJun se dirigió al hospital por enésima vez esa semana, con las manos en los bolsillos de su chaqueta y la nariz enterrada en la bufanda roja que lo protegía del clima frío.

Habían pasado dos meses desde la visita de BeomGyu a su casa, y desde entonces, YeonJun descubrió que al llegar al hospital se había convertido en una rutina diaria para él. E incluso si no apareciera, aún pasaría sus días enviando mensajes a BeomGyu, ya sea texto, correo electrónico o algún video chat.

Exhaló por la nariz y entró en el hospital, saludó a la mujer de la recepción (que ahora lo conocía por su nombre) y se quitó la bufanda del cuello. YeonJun sabía donde tenía que ir.

Subió esos pasillos familiares, saludó a los rostros familiares y rodeó ese rincón familiar que sabía que lo llevaría a la habitación de BeomGyu. Se le escapó otro suspiro, lento e informal, pero pronto aprendió a contener el aliento cuando notó a otra persona sentada fuera del pasillo, a varios pies de la habitación, donde los visitantes podían pasar su tiempo.

YeonJun miró al pequeño chico por un largo segundo, sabiendo que no levantaría la vista por nada. Tenía la cabeza baja y su atención solo pertenecía a un PSP que lo entretenía.

Normalmente, YeonJun se abría alejado en ese instante para hacerle visita a BeomGyu, pero cuando se acercaba a su habitación, podía escuchar voces provenientes del interior. Una de las voces provenía a BeomGyu. El otro, no tenía idea. YeonJun hizo una pausa y agarró la correa de su bolso. Dudando, se giró, girando sobre su pie para mirar al pequeño que estaba sentado junto a él. Sintiendo que sería grosero interrumpir la conversación de BeomGyu con quienquiera que fuera la otra persona, YeonJun se acercó a los asientos y se sentó en la silla del extraño del juego.

YeonJun golpeó sus dedos silenciosamente contra sus pantalones.

"... ¿Estás aquí para ver a Choi BeomGyu?" Preguntó YeonJun en un tono nivelado.

"No. Mi amigo lo hace". El otro habló en voz baja, bajo y melancólico. O tal vez no melancólico, si no más bien como apático.

Apatía-kun. El apodo apareció en su cabeza de YeonJun por un breve segundo. No estaba muy seguro de porque.