Cᴀᴘíᴛᴜʟᴏ 32

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Adhara se quedo dormida después de un tiempo, y Stefan conducía con tranquilidad, sentía el viento en su rostro, estaban por llegar a Delaware, quería que se distrajera un poco de todo lo que pasaba, además él no podía aguantar un momento más a su...

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Adhara se quedo dormida después de un tiempo, y Stefan conducía con tranquilidad, sentía el viento en su rostro, estaban por llegar a Delaware, quería que se distrajera un poco de todo lo que pasaba, además él no podía aguantar un momento más a su hermano Damon, al llegar estaciono en un hotel, la bajo con cuidado.

Pidió una habitación doble y los dos durmieron ese día, o por lo menos lo que quedaba de horas.

El sol le dio a ella en el rostro abrió sus ojos con cuidado y se sentó en la cama, no había soñado nada, era real, ella y Stefan se habían ido del pueblo, entraron por la puerta y era Stefan.

— Por fin despiertas — cerro la puerta — Fui por algunas cosas

En la cama dejo un vestido tinto un par de tacones, Adhara lo miro y él sonrió en respuesta.

— Necesitábamos ropa para fiesta — se encogió de hombros — A menos que quieras ir en pijama

— Cierto — dijo ella estirándose

— Bueno entonces arréglate y nos veremos abajo — dijo para salir de la habitación

Adhara se arreglo con lo que tenia y bajo, Stefan la esperaba.

— ¿Qué haremos primero? — preguntó

 — Primero hare que conozcas el lugar y después — sonrió — Sera la fiesta

Y así estuvieron recorriendo cada rincón de aquel lugar hasta que llegaron a un bar donde comenzaron con un tequila.

-— Jamás he tomado — dijo ella

— Bueno hoy será el día

— Que así sea — los dos levantaron su trago — ¡Salud! — dijeron al mismo tiempo

Recorrieron casi todo los lugares, Delaware, Carolina del Sur, Minnesota, Carolina del Norte, Charlotte, Tennessee y cada lugar diferente la fiesta era mejor, los dos estaban ebrios y no se permitían descansar estaban de fiesta en fiesta, bailando disfrutando, pero siempre Stefan cuidando de ella.

Por otro lado los dos hermanos originales habían llegado de nuevo a Mystic Falls, pudieron expulsar a Marcel de la ciudad y recuperarla, Niklaus se sentía de nuevo el rey, el hibrido despiadado, al llegar a su casa, los dos entraron y estaba en silencio.

Ninguno de los hermanos pudo decir nada pues la puerta fue abierta y por esta aparecieron Rebekah y Kol, los dos hermanos se alegraron al verlos de regreso, pero ninguno de los dos podía perder el tiempo.

— Iré a cambiarme — le dijo ella desapareciendo de la vista de los presentes

 — ¿Dónde estaban? — pregunto Elijah

— Buscando a la amada de Klaus — respondió mientras se servía un trago

— ¿Qué dices? — pregunto el hibrido

ERES TÚWhere stories live. Discover now