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la semana transcurrió sin problema alguno, hyunjin había comenzado a compartir su comida con el mayor, de quién cada día sabía un dato nuevo.
unos más felices que otros.
la madre del pelimorado había muerto cuando apenas tenía seis años, después de eso la custodia de lee había sido un enorme problema para la familia de este, tanto que terminaron botandolo a la calle, por no querer mantenerlo más.
su padre lo encontró y vive con él desde los nueve años, sumado a esto y según minho, no llevan una buena relación.
ambos chicos caminaban hacia la casa del mayor, hyunjin se había ofrecido a acompañarlo y minho acepto sin dudar.
se detuvieron en la entrada.
—¿tienes algún plan de fin de semana? —preguntó el menor bajando su mirada mientras jugaba con sus dedos.
el pelimorado se sorprendió, pero negó.
—¿por qué?
—un grupo de amigos de infancia vuelve de regreso a corea, así que harán una fiesta y quisiera saber si... ¿quieres ir conmigo? —balbuceó.
lee sonrió acariciando el cabello del menor.
—entonces envíame donde nos reuniremos.
hyunjin sonrió lleno de felicidad, dió un pequeño salto que tomo por sorpresa al mayor, riendo después de eso.
intercambiaron números, para luego despedirse, hyunjin llevaba una gran sonrisa en su rostro.
mientras que minho miraba su casa sin ganas de entrar.
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