Capítulo 13

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Jimin POV

Los días siguientes permanecerían para siempre en mi memoria.

Por las mañanas continuábamos yendo a bucear por los arrecifes y por las tardes nos las pasábamos en la playa, nadando, leyendo o tumbados a la sombra de una palmera charlando. A menudo me conformaba con sentarme a contemplar el mar, saboreando la brisa marina y sintiendo el calor del sol en mi rostro, observando como las palmeras bailaban con el viento.

Jungkook llevaba días sin abrir el ordenador, se despertaba temprano y mientras yo seguía durmiendo paseaba hasta el embarcadero.

En cambio yo prefería los atardeceres ya que Jungkook solía preparar algo de beber y juntos nos tumbábamos en el porche a ver la puesta de sol. En silencio, contemplábamos como el cielo se tornaba de color rosa anaranjado, mientras el mar resplandecía recordando como había prometido amor mutuo bajo la misma luz. Deseaba quedarme para siempre en Malta. Me encantaban los colores, el olor a cáscara de coco seco que había en la playa, el viento caliente que acariciaba los árboles y movía la superficie de la laguna.

Pero sobre todo, adoraba estar con Jungkook. Adoraba las noches y las mañanas, cuando el regresaba de su paseo me despertaba con caricias. Las tardes a la sombra. Me encantaba cada momento, cuando el me acariciaba o cuando yo lo buscaba y lo encontraba a mi lado.

Pero bajo el placer que obtenía a cada momento me acordaba de que aquello no iba durar. Intentaba no pensar en que pronto tendría que regresar Seúl, y a mis días grises, a las aglomeraciones del metro, a los paraguas mojados y a los lunes por la mañana. Y sobre todo a ser el secretario de Jungkook.

No volvería a pasar más noches juntos. Ni a compartir mi amor con él. Trataba de no pensar en ello, pero los días pasaban con rapidez y, de pronto, era mi última noche en la isla. Me encontraba apoyado en la barandilla del porche observando junto con Jungkook la puesta de sol.

No estoy preparado, no puedo enfrentarme a esto todavía, pero tendría que encontrar la manera de hacerlo y de asegurarle a Jungkook que no había olvidado lo que acordamos desde el principio. Gire la copa entre mis dedos.

—Me resulta curioso pensar que esta será la última vez que hagamos esto. —Era la última vez que veríamos la puesta de sol. La última vez que me sentaría en la oscuridad para observar a los murciélagos. La última vez que haríamos el amor en aquella enorme cama. Ya sabía que llegaría este momento. —Mañana, a estas horas estaremos en Seúl.

—Si— Dijo Jungkook. Él debía alegrarse de esto regresaría a su despacho, al lugar donde tenía todo bajo control.

Jungkook POV.

El sol y el mar habían derribado mis defensas y había olvidado la lección que había aprendido hacía tiempo sobre como guardar mis sentimientos y mantener el control. Me había relajado y entregado a Jimin. En un principio me había parecido bien, pero empezaba a preguntarme si no había cometido un error.

Me había parecido una idea sensata. ¿Para qué iba a estar dos semanas y media frustrado cuando éramos adultos y podíamos llegar a un acuerdo? Todo iba a ser fácil. Tenía un tiempo límite. No tendría que discutir acerca de cuándo o como decirle adiós. Cuando pasaran las semanas, todo habría terminado, así de sencillo.

Pero no había pensado en lo rápido que me acostumbraría a Jimin, a su risa, su calor, y la pasión salvaje que había destacado entre nosotros. No había pensado en que llegaría a desearlo de esa manera. Siempre había podido controlarme y sin embargo, necesitaba tocarlo, saborear el sabor salado de su cuerpo, sentir su sonrisa contra mi cuello. No podría volver a hacer nada de eso. Trate de convencerme de que todo saldría bien, de que me distraería el trabajo, pero cuando me imaginaba durmiendo sin Jimin acurrucado a mi lado, sentí un nudo en el estómago y un vacío en el pecho.

Mi jefe y yo de luna de mielWhere stories live. Discover now