El gran plan.

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Los adolescentes se miraron entre sí con diferentes expresiones de análisis. El ambiente se tornó silencioso, incluso los actuales niños de la guardería guardaban silencio, veían a sus cuidadores de manera curiosa y sin entender absolutamente nada.

Pasan aproximadamente cinco minutos antes de que alguien diga algo.

—Mi hermano es un idiota —soltó por fin el menor de los Kamitani, ganando la atención de todos los presentes, incluso de los niños.

—Seguro es de familia —bromeó la de coletas, los gemelos rieron de manera disimulada, Kotarou sonrió un poco y Midori soltó una carcajada.

—¿Verdad, bruja? —la sonrisa cínica no se hizo esperar. Kirin sonrió de manera astuta, mientras la postura de Taka se erizaba.

Kotarou viendo venir un comentario mordaz y posible pelea, intervino de manera seria:

—No es momento para una pelea.

Taka bufo en respuesta, segundos después hizo un pequeño puchero, ante los ojos de Kotarou adorable.

—¿Qué sugieres? —Takuma sonrió pasando un brazo sobre los hombros de Kazuma, quien al tener las miradas sobre él y su hermano, se sonrojó.

—Podemos encerrarlos en una habitación por un par de horas —la atención de los adolescentes y niños viajó hacia la entrada, donde vieron a Usaida recargado en el marco de la puerta, los adolescentes sonrieron al ver a su antiguo cuidador.

Midori rápidamente se puesto de pie y corrió abalanzándose sobre el recién llegado, los demás adolescentes de igual manera se pusieron de pie, llegando junto al hombre ahora en el piso.

—Midori, lo vas a asfixiar —Takuma palmeo el hombro de la menor. A Midori pareció no importarle, pues se aferró aún más a Usaida.

—Ya, ya — beso la frente de la adolescente junto con un par de palmaditas en la cabeza, causando que lo soltara.

—¿Qué propones Usaida?

El mencionado sonrió de manera astuta, haciendo funcionar los engranajes mentales para su plan.

———————

Suspiró antes de abrir la puerta con fingido pánico, interrumpiendo la charla de los dos hombres.

—¡Vengan rápido! —Kirin haciendo gala de sus dotes de actriz, exclamó con pánico, obteniendo la atención de los presentes.

—¿Estás bien, Kirin? —un preocupado Ryuuichi se levantó de su asiento, interrumpiendo su plática con el subdirector.

—¡Kotarou y Taka están peleando! —se acercó unos pasos, asegurándose que ambos notaron el temblor en sus piernas.

Se felicitó mentalmente, visualizando un Oscar en su futuro.

—Kirin, las peleas de parejas...

—¡No, ambos se arrojan cosas! — interrumpió ya con los ojos brillosos, apunto de llorar. Ryuuichi camino hacia ella, la miro serio.

—¿Dónde están?

La adolescente sonrió para sus adentros. Fase uno cumplida.

———————

—¡Hayato! —Takuma golpeó las rejillas del pequeño campo de béisbol. Todos los estudiantes y el nombrado dejaron su práctica ante el repentino grito.

Sin decir nada, Hayato salió del campo a paso rápido, al estar a unos pocos pasos del adolescente hizo una señal para que continuara.

—¡Kotarou y Taka están peleando! —exclamó asustado, tratando de no reír ante el fastidio en la cara del mayor.

—Sus peleas de pareja...

—¡Taka golpeó a Kotarou! —sin ser realmente consciente de lo dicho, emprendió fuga para que el mayor de los Kamitani lo siguiera.

Así lo hizo.

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—¿Ryuuichi...? —antes de poder formular cualquier pregunta, sintió un fuerte empujón, mandando lo directo al suelo.

Escucho las carcajadas de Usaida, la exclamación de terror de Taka y los gemelos.

—¡¿Estás bien, Hayato?! —Ryuuichi preocupado, lo ayudó a ponerse de pie.

Usaida formó un corazón con las manos, guiñó un ojo y finalmente se fue junto a los demás, no sin antes trabar la puerta.

—Ese hijo de...

—Hayato —le recrimino de manera suave el otro.

—Lo siento —sin querer pasar mucho tiempo ahí, fue hasta la puerta tratando de abrirla sin éxito, fue hacia las ventanas obteniendo el mismo resultado.

Ryuuichi suspiro después de sentarse en el suelo, dió unas palmaditas en el piso junto a él, haciendo una silenciosa invitación para sentarse juntos.

—¿Cómo te va con el equipo? —preguntó calmado, sintiendo esa paz tan característica al estar a lado de su amigo. Observó a Hayato sentarse antes de responderle con aparente fastidio.

—La temporada va bien —le respondió dándole una sonrisa, siendo correspondida con la misma dulzura y calidez.

—¿Cuándo te irás?

—En tres días.

—No pueden vivir sin su jugador estrella —bromeó dando un ligero empujón a Hayato.

—Estarían perdidos sin mi.

—Ya lo creo.

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La decepción pinto la cara de todos ante la escena de una simple charla entre amigos. Usaida golpeó su frente con la puerta en clara desesperación, Kirin suspiro al igual que Kotarou y los gemelos, Taka alzó las manos pidiendo que dejarán de ser tan ciegos, irónico a decir verdad.

—¿No pasó nada? —Taka, como buen hermano metiche preguntó por tercera vez en el transcurso del camino, su hermano rodó los ojos cansado de ese tema.

—No.

—¿Por qué? —chillo con cada vez menos paciencia.

—Taka — se detuvo de golpe, mirando a su hermano de forma dura —No pasó ni pasará nada. Hace años Ryuuichi me rechazó y poco tiempo después me di por vencido.

—Pero...pero...

—Pero nada. Por mucho que ame a alguien, no puedo obligarlo a nada. En ese entonces, yo no era una de sus prioridades y sigo sin serlo, lo acepte y estoy bien con eso.

—No te escuchas bien. Ryuuichi es tu persona especial…

—Pero yo no soy la de él.

—Pero...

La mirada llena de melancolía en los siempre fuertes y penetrantes ojos de su hermano, fue suficiente para dar el tema por zanjado.

Mi persona especial.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora