Soulmates [KTH+PJM]

22

-Disculpa por quedarme dormido ayer en tu casa. -Taehyung estaba avergonzado.

Ahí estaban, Taehyung y Jungkook, hablando en un café lujoso de Seúl, eran alrededor de las ocho y unos minutos más de la mañana. Kim se disculpaba por sus acciones y el menor solo le sonreía para que se calmara.

-No tiene porqué disculparse, el sueño no puede controlarse. -le dijo con amabilidad.

-Está bien. Gracias por invitarme a desayunar.

-Es un placer para mí.

La cafetería era un ambiente tranquilo y algo grande, era cerrado, pero tenían ventanas de vidrio en cada ciertas partes. El par de chicos estaban sentados de costado hacia el enorme ventanal del lugar, así haciéndoles ver afuera diferentes partes de las calles.

Llevaban minutos esperando por sus pedidos, que en cuanto ya los tenían frente a ellos, comenzaron a degustarla. Mientras desayunaban Taehyung le contaba anécdotas chistosas de su vida a Jungkook riéndose de sí mismo. Cuando el castaño fijó su vista un momento por el ventanal observó a un chico mirando a Taehyung. Así que posicionó de nuevo sus ojos en Kim, él le sonreía entre habla, volvió a mirar hacia afuera encontrándose con el chico anterior.

-Jimin. -escuchó él.

-¿Qué? -cuestionó cuando escuchó ese nombre.

-Que Jimin es muy divertido. -habló Taehyung.

-Ah... -le devolvió la sonrisa Jungkook algo tímido-. Taehyung.

-¿Mmh?

-Es que... -miró afuera mientras hablaba, así que Taehyung también observó hacia allí-. Está lloviendo.

Eso lo decepcionó, ya no estaba el chico de cabellos castaños claros contemplando a Taehyung, además de que llovía.

«¿Jimin?» Se preguntó a sí mismo. «Sí, es él, es igual al de la foto, solo que ahora está castaño.» Pensó Jungkook.

-Debería irse a casa. Está lloviendo.

-Tienes razón. -ambos se miraron y volvieron a sonreír.

☪︎

Al llegar a casa, Taehyung estaba tan cansado que se dirigió a la cocina por un vaso con agua. Necesitaba hidratarse. Arrastraba sus pies contra el suelo algo desganado, respiró profundo dejando salir el aire que contuvo sin darse cuenta. Una vez estando donde quería estar, abrió los ojos en sorpresa al percatarse del desorden y las cosas tiradas por todos lados.
Al adentrarse más, sus zapatos pisaron unas que otras hojas rotas, llevó su visión en aquel álbum con las hojas arrancadas de la rabia por aquel castaño de mejillas bonitas.

Se agachó a la altura en la que pudo sostener en manos el objetivo, pudo ver en el fotos de él y Jimin, escrituras a mano que con facilidad sabía que era la letra del pálido, miró las hojas regadas a unos escasos centímetros de él y las cogió, observó de hoja en hoja con su mente en blanco. Se desconectó del mundo exterior, y al recordar en lo que estaba, automáticamente lo primero que pensó fue en Jimin.

Dejó todo lo tomado con anterioridad y salió disparado en busca del castaño, llamándolo, mas no lo encontró por ningún lado, él no estaba.