Extra

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Antes de que su madre apareciera en la habitación, Chanyeol se decidió a salir. Pasó frente a su espejo para mirar su aspecto, había atado correctamente su corbata, últimamente hasta eso era complicado. Su padre apareció entonces preguntando si ya estaba listo, al recibir una respuesta positiva continúo preguntando cómo se veía.

—Muy bien papá, de grande quiero ser como tú —logró sacarle una sonrisa.

—¿No estás muy grande ya? —respondió mientras se colocaba detrás de él y comenzaba a empujar la silla de su hijo.

—Mamá sigue llamándome bebé, así que supongo que no.

El adulto llevó a su hijo a la habitación principal donde su esposa estaba terminando de alistarse. Asistirían a un evento y ya se les estaba haciendo tarde, si el tráfico los atrapaba llegarían casi al final de la cena.

—Qué guapa mamá, siempre recordando de quien heredé esta belleza natural.

—Te pareces más a mí —intervino su padre.

Minutos después estaban entrando al pequeño ascensor que instalaron para que Chanyeol pudiera subir o bajar de un piso al otro de la mansión. Aún seguía acostumbrándose a ir de un lado a otro en una silla, días atrás habían visitado a un último especialista que les había dicho lo mismo que los que visitaron antes, Chanyeol decidió que esa sería la última vez que escucharan las palabras "Daño irreversible", "Lo siento mucho", "No hay nada que hacer". Ya no soportaba seguir creándose falsas esperanzas o quizá seguir viviendo. Pero esto nadie más, aparte de él, lo sabía.

El evento se llevaría a cabo en un hotel, desde el momento en que entraron al lobby los flashes de las cámaras de los reporteros los atacaron y los tres posaron para ellos antes de continuar hasta el elevador que los llevaría al piso correspondiente..

No necesitaron identificarse para poder ser guiados a su mesa, la cual ya estaba lista para recibirlos con el espacio vacío de una silla para que Chanyeol pudiera integrarse inmediatamente. Él había estudiado administración para poder ayudarle a su padre en sus negocios, pero su plan era hacerlo más adelante, cuando fuera más mayor, o quizá cuando cumpliera 30, por el momento solo disfrutaba su vida sin preocupaciones y acompañando a su madre todo el día, porque, aunque podía, no le gustaba salir mucho de su casa, donde se sentía seguro.

—Mira mamá, allá está la mesa de postres.

—Aún está vacía en algunas partes, yo creo que apenas terminarán de ponerlos —le respondió con calma.

—Sí hijo —intervino su padre—, espera un poco y no te olvides que primero debes cenar.

En ocasiones lo trataban como a un niño, pero no le molestaba en absoluto, comenzaba a acostumbrarse a ello. No era tan joven, pero las condiciones habían forzado algunos cambios.

—Espero que no me ganen los más deliciosos.

—Suenas como un niño.

—Es que quiero algo dulce.

Prácticamente contó todos los minutos hasta poder ir a la mesa, había tenido que esperar que el anfitrión diera un discurso muy, muy largo y después un brindis. Distraerse en el tiempo de espera para ir a la mesa fue su salvación, se concentró en eso para no tener que saludar a sus amigos. Desde su mesa los veía en la suya, no estaba seguro que ellos ya lo hubieran visto —cosa realmente improbable, inevitablemente los Park llamaron la atención al llegar—.

Pero ellos no lo habían visitado en todo ese tiempo, solo supo que fueron al hospital cuando estuvo internado, pero fuera de eso, nada.

Y tampoco tenía los ánimos para lidiar con ellos.

With you. [ChanBaek]✔️Where stories live. Discover now