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Después de ver a ji yeon corrí a ver a Romina a su casa, no soportaba la idea de que probablemente ella ya supiera la verdad y mi vida dependiera de lo que ella fuera a decir
En cuanto llegue golpee la puerta de su casa como si mi vida se fuera ahí mismo, abrió la puerta bastante rapido y me miro con frialdad
—¿Supongo que vienes por lo que yo creo verdad?—Menciono
—¿De que carajos hablas?—pregunte asustada
—¡Por dios ya no mientas mas!—Dijo furiosa
—¡Se perfectamente la relación que tienes con Sae byeok!—golpeó mi mejilla
—No sabes nada de mi...—Dije con tristeza tocando mi mejilla debido al impacto que recibió
Ella río y se acercó a mi
—Se todo de ti, probablemente hay cosas que no, pero créeme que jamás me hubiera esperado que hayas sido un asco de persona con la única que de verdad te quería...—Dijo fríamente
Esas palabras habían sido otra bofetada mental a mi misma, las lágrimas que amenazaban por salir, por fin lo hicieron.
—No pude controlar lo que siento...—Ataque con enojo.
—Pero pudiste perfectamente decirle a ji yeon y preferiste quedarte callada...—Hablo con enojo.—Ya no hay nada que te justifique, y créeme que ji yeon sabrá la verdad...—Termino.
—¡Por favor déjame explicarle!—Suplique con dolor.
—Te daré una maldita oportunidad mas...—Hablo con firmeza.—Lárgate del país y no vuelvas más, no dire nada pero no te quiero volver a ver, mucho menos cerca de ji yeon, terminaras con sae byeok y te largarás de aquí, si no te aseguro que le enseñare cada maldita prueba a ji yeon, desde hoy estas muerta, ¿oíste? —Termino.
Mi corazón se estaba cayendo a pedazos, la mirada de odio de Romina penetraba todos mis escudos que había creado, puede que tuviera razón, pero porque carajos no se ponía a pesar en mi.
—A partir de hoy estas muerta para mi, y si no te largas de aquí también lo estarás para ji yeon..—Dijo azotando la puerta en mi cara.
No podía contestar, al menos en ese momento no, las lágrimas caían en cascada por mis ojos, mi corazón dolía más y más, Romina, la persona que en su momento me dio todo, me odiaba.
Y no me quería imaginar si Ji yeon sabía de lo que sucedía, otra vez tenía que elegir entre mi felicidad y la de Ji yeon.
—¡Espero que cuando despierte no encuentre tu asquerosa presencia en este país!—Grito del otro lado Romina.—¡Y dile a tu amante que puede seguir acostándose con quien se le plazca!—Grito de nuevo.
Supongo que era momento de no ser egoísta esta vez y pensar por alguien que realmente si abría hecho todo por mi...
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—Sae.—Hable firmemente.
La coreana tenía una sonrisa preciosa en su rostro, me estaba contando sobre los planes que tenia para ambas.
—Hay departamentos por aquí cerca. ¿Quieres ir a verlos?—Pregunto tomando mi mano.
Su bella sonrisa sobre mi me destrozó el alma, era mi felicidad o la de ji yeon, aunque mi corazón lo negara y mi mente me decía que es lo correcto, hablé con decisión.
—Ya no quiero seguir en esta relación.—Hable seriamente.
Ella me miro extraña, su nerviosismo comenzó a brotar.
—Es broma... ¿Cierto?—Pregunto hacia mi.
—No, no es broma, me di cuenta que jamás pude sentir lo que tú dices sentir por mi, mi corazón le pertenece a alguien más, intente llenar ese vacío contigo pero no funciono, cada que te veo solo puedo recordar las náuseas que me dan por haber estado con una persona tan fea como tú, y no solo físicamente...—Intente demostrar odio en mis palabras.
Cada palabra que salía de mi boca, se iba quebrando mas mi corazón, sabía que no era lo correcto y quería decirle que todo era una jodida mentira.
La expresión de dolor de sae byeok me termino de partir en pedazos.
—¿M-me u-usaste?—Hablo con finas lágrimas escapando de sus bellos ojos, los cuales alguna vez me miraron con amor.
—¡Quería saber hasta que límite serías tan asquerosa, pensé que realmente amabas a mi amiga pero la cambiaste en cuanto pudiste!—Me levante y le ensarte una fuerte bofetada.
Ella quedó perpleja, su mirada estaba perdía y su mano tocaba su mejilla.
—Se que puedo cambiar...—Hablo llamando mi atención.—¿N-no te gusta mi aspecto? P-puedo cambiar si tú quieres...—Hablo entre lágrimas.
Sae... No necesitas cambiar absolutamente nada de ti, te amo con lo más mínimo, pero esta vez no podía decirte eso...
Su mano se aferró a la mía pero en un arrebato me aleje.
—Espero nunca me vuelvas a buscar porque yo jamás lo haré...—Dije yéndome de ese lugar.
No quería mirar atrás, sabía que iba a romperme todavía más, corrí unas par de cuadras y mis ojos sacaron todo lo que en su momento no.
Las lágrimas no paraban, todos los besos y momentos que pase con sae pasaron como un tren.
Rápido pero doloroso, solo podía pensar en el bienestar de ji yeon, aunque eso incluyera lastimar a la persona que más amaba.
