𔓕 crónicas de un espantoso esposo, minchan.

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B. CHRISTOPHER

los niños al verme casi sufren un ataque de epilepsia, corrieron los tres hacía mi como esa navidad cuando llegué vestido de Santa Claus, no nos habíamos visto en un buen tiempo y en verdad sentí que me había perdido demasiado, aun cuando siguen igual de bajos y regordetes. besé la cabeza de cada uno con mucha alegría, al menos hasta que la tensión regreso al lugar, pues minho azotó la puerta del departamento una vez que estuvo adentro con nosotros. 

—creo que deberíamos de poner horarios ya sabes, para que tú y yo... —le dije.

—¿tú y yo? 

—me refiero a los niños. 

—ah —frunció los labios—. bueno, como sea, puedes venir a verlos cada quince días, los fines de semana y tal vez en las festividades puedas venir un par de horas porque pasaremos la navidad con mis padres en su casa en europa —como siempre los lee ahorrando el dinero que ganan. 

—¿en europa? no te puedes llevar a los niños a europa sin mi permiso, ¿cuándo pensabas decirme? 

—no tengo que explicarte nada —los niños nos miran asustados, así que solo suspiré y les sonreí de nuevo. 

—¿qué tal si me esperan en su alcoba? iré con ustedes en un momento —de nuevo emocionados se fueron corriendo dejándome a mí y a minho solos en la sala de estar—. minho... 

—no quiero hablar contigo, solo juega con los niños y luego vete en silencio —honnie iba a caminar a la que una vez fue nuestra habitación en ese pequeño departamento cuando lo tomé de la mano evitando que siquiera diera un paso más—. christopher, suéltame, no empecemos de nuevo con esto. 

—nunca me has dejado explicarle que pasó.

—es que tú no entiendes nada —sus ojos de repente estaban llenos de lágrimas y su voz era cada vez más cortante—. te amaba mucho antes de que tú me amarás a mí, es lo único en lo que te superé y te lo recordaré cada vez que se presente la oportunidad —jadeó limpiando sus ojos con la manga de su suéter—. eres horrible, ¿por qué soy el único que siempre pone todo su esfuerzo por este matrimonio? y tú solo, solo... —comenzó a llorar de esa forma horrible que le caracterizaba y que de mala suerte había heredado manse. 

—minho, sé todo lo que has hecho por nosotros dos, por eso es mi turno —lo tomé por los hombros para que me mirara a los ojos, pero solo seguía llorando y llorando. 

—no, no es cierto, no vas a hacer nada porque seguramente estás muy feliz con esa mujer ¿no?, lo que en verdad lamento es que mis hijos vayan a crecer en dos casas completamente diferentes. 

—¿de qué hablas, minho? estás siendo demasiado extremista —me empujó lejos suyo solo para dar dos pasos atrás. 

—la cena siempre la manda mi madre, así que solo espera, espero puedas cuidarlos al menos hasta las ocho, saldré —tomó las llaves de su auto y se fue, sin siquiera mirar atrás. 

como prometió su madre llegó con la cena, cuando me vio no me dirigió la palabra y solo les dijo a los niños que me dijeran que ya me podía ir, aun cuando estábamos en la misma habitación. me lo merecía. 

cuando me despedí de los niños, ellos estaban cenando con su abuela en el comedor de la cocina, ellos parecían estar muy bien sin mí, de hecho, creo que se habían acostumbrado a que yo ya no estuviera en casa. eso solo me deprimió aún más y en algún punto de la noche, terminé en un bar a altas horas de la noche con hyunjin como acompañante de tragos.