Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ II.

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Antes de lo que me habría gustado, mis tacones negros destacan sobre el pálido suelo de mármol del lujoso lugar

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Antes de lo que me habría gustado, mis tacones negros destacan sobre el pálido suelo de mármol del lujoso lugar. Miles de personas gastan dinero tontamente en los juegos infantiles que los trabajadores les venden como una manera fácil de ganar dinero a lo loco. Lo que no saben es que juegan con sus mentes y economías a su propio placer porque son conscientes de que en ningún momento van a ganar absolutamente nada.

— Tú encárgate de conseguir infiltrarte en la habitación reservada en la que están nuestros objetivos. El resto ya sabes cómo funciona— Takeomi Akashi golpea mi brazo con su codo a la vez que señala con su barbilla un pasillo vacío que me lleva de lleno a mi destino.

El único ruido audible es el de mis tacones chocando con la fina moqueta burdeos que decora los pasillos del famoso establecimiento.
" Sin duda alguna Takeomi no es buen guía ". Ruedo los ojos a la vez que un profundo suspiro escapa de mi pecho, mientras trato de no distraerme con absolutamente nada.

— ¡Hey guapa! ¿Qué te trae por aquí?— una voz masculina me saca de mi concentración, y mi mirada se clava descuidadamente en la figura de la cual proceden las palabras.

" Tiene que ser aquí ".

— Estaba buscando mi habitación. Según recepción es la 218— mi aparente desconocimiento y confusión hacen que el contrario sonría, no sé si con inocencia o maldad.

— Da la casualidad de que estás frente a tu supuesto cuarto. Habrá sido un error porque aquí nos hospedamos nosotros— se hace a un lado permitiéndome divisar a un gran grupo de hombres acompañados de mujeres que beben y se drogan como si no hubiese un mañana.

— Oh, tendré que buscar otro lugar entonces. He perdido una gran cantidad de dinero y resulta que solo ha sido un timo, un engaño— bufo como si realmente me sintiera decepcionada y abatida, acción que causa su reacción en el hombre.

Inmediatamente me invita a pasar al cubículo, y yo sin dudarlo acepto su oferta. Soy consciente de que no corro peligro, llevo un pinganillo conectado en la oreja de modo que mis compañeros pueden oír todo lo que hablamos con claridad. Es más, antes de adentrarme finalmente en el plan, he pactado unas palabras clave con ellos. Si digo "mira la hora que es, pensé que era más tarde"; tendrán que esperar para entrar, sin embargo si digo "vaya, es la hora perfecta para empezar con la verdadera diversión"; tendrán que entrar sin pensarlo dos veces para que podamos matarlos a todos y cada uno de ellos.

— ¿Quieres algo de beber, preciosa?— el que parece ser el líder de la banda me ofrece una copa llena hasta el borde de whisky. Yo la tomo con elegancia y la acerco a mis labios, dándole sorbos como si llevase años sin beber una sola gota.

— Gracias por añadirme a la fiesta, vamos a darlo todo— choco mi copa con la suya y terminamos ambos la botella de alcohol en apenas unos minutos.

Por suerte para mí tengo una gran resistencia a la bebida y no voy a emborracharme con solo un par de copas. Aunque pese a ello, las reprimendas y advertencias de mis compañeros de trabajo me ensordecen a través del pequeño y transparente objeto tecnológico.

— Ven aquí muñeca— tomo la mano de una de las mujeres de compañía que va de regazo en regazo sin saber encima de quién sentarse. La coloco sobre mis piernas y mis manos acarician suavemente sus marcadas cinturas. Mis actos sorprenden de sobremanera a los hombres en la habitación, que nos miran con los ojos abiertos como platos sin saber qué decir ante su subida instantánea de libido.

— ¿Vais a darnos un show?— el tono pícaro de uno de los jóvenes hace que una sonrisa ladina se forme en mis labios.

— Si eso es lo que queréis— me encojo de hombros y atraigo la dulce cara de la fémina a la mía bruscamente para terminar uniendo sus labios con los míos. Su lengua se adentra en mi cavidad bucal sin pedir permiso y procede a enredarse con la mía, iniciando un vaivén sensual mientras nuestros pulmones aguantan.

— ¿Qué mierda haces, Hiru?— ignoro con facilidad los comentarios de confusión y reprimida excitación de aquellos que me hablan a través del pinganillo.

Mi mano derecha se posa sin previo aviso sobre el cuello pálido y fino de la mujer, pero sin apretarlo demasiado, simplemente quiero acercarla todo lo posible a mí. Una vez no hay ni un solo milímetro de distancia entre nosotras, soy yo la que introduce su lengua en la cavidad bucal contraria. Noto el sobresalto de la chica por el gemido de sorpresa que escapa de sus labios, sonido que solo yo puedo oír.

— Me estoy poniendo celoso, ¿vosotros no, chicos?— el cabecilla del grupo sonríe de forma socarrona y acto seguido coloca su mano en mi muslo izquierdo para darle suaves caricias y apretarlo de vez en cuando.

" Pobre ingenuo, no sabe lo mucho que estoy burlándome de él por dentro ".

Las cosas pasan tan rápido que no sé en qué momento he terminado montada sobre el regazo de Yumiko; el líder de la pandilla. Mis caderas se mueven de atrás a delante con un ritmo suficientemente bueno como para conseguir tener al contrario gruñendo cual animal salvaje contra la blanca piel de mi cuello. No deja de nombrarme y amenazarme para que no deje de moverme. Si tan solo supiese lo que está por pasar, no sería tan valiente.

" Es hora de ponerme en marcha ".

Como puedo me separo un poco de su pecho y fijo mi lujuriosa mirada en la opuesta.

— ¿Has oído hablar de los afrodisíacos?— paso mi dedo índice y corazón por sus duros pectorales sin apartar mis ojos.

— ¿Con quién crees que estás hablando? ¿Qué pasa? ¿Quieres probarlos?— enarca su ceja derecha y me observa con maldad iluminando su rostro.

Cinco minutos después finjo que me llaman tras comprobar que todos en la habitación han consumido la pequeña pastilla. Me encuentro encerrada en el baño, fingiendo hacer pis pero realmente tirando la droga por el retrete. Es entonces cuando doy la señal.

— Vaya, es la hora perfecta para empezar con la verdadera diversión— al otro lado de la línea escucho varias risas irónicas y emocionadas.

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Hiru Monrou.

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⏰ Última actualización: Jul 02, 2022 ⏰

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𝐈 𝐍𝐞𝐞𝐝 𝐚 𝐆𝐚𝐧𝐬𝐭𝐞𝐫 - 𝐇𝐚𝐢𝐭𝐚𝐧𝐢 𝐁𝐫𝐨𝐭𝐡𝐞𝐫𝐬.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora